Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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jueves, 21 de febrero de 2008

Ya no más desatinos

Lucas, un sanpedrano, jugaba al fútbol con otros compatriotas cuando, de pronto, cayo fulminado por un golpe cardiaco. Murió en el acto ante el asombro, susto y estupor de los presentes. Fue en Málaga el 7 de diciembre. A la tragedia se sumo otra: la falta de medios económicos para repatriar sus restos hasta Choré, su pueblo. La colectividad de nuevo se puso en acción.
El caso del compatriota fallecido en un campo de fútbol de Málaga bien vale para reflexionar. Es bueno preguntarnos si hasta cuando podremos solucionar la repatriación de nuestros paisanos fallecidos, y si hemos encontrado la solución para, según estimaciones oficiales, los 500 paraguayos que fallecen al año actualmente en España.
Todas las contribuciones periódicas, los eventos organizados por clubes, discotecas y asociaciones, las rifas y las modestas cuotas a los que apelemos no serán suficientes para hacer frente a la repatriación de nuestros muertos y que, fácil, demanda al año unos 3.500.000 euros (500 féretros por 7.000 euros cada uno).
Si en España formamos parte de una colonia de 150.000 paraguayos, aunque esta cantidad no está avalada oficialmente, somos muchos como para tener al día, al menos, un compatriota fallecido y cuyos restos deben ser enviados al Paraguay.
Entonces, la única solución pronta y segura es el seguro personal que cada uno de los paraguayos deben adquirir de cualquiera de las casas de seguro que existen en España y cuyo precio anual no supera los 75 € (6.25 euros al mes).
Si todos los paraguayos pagáramos este seguro no tendremos que desesperarnos por la repatriación de los restos del compatriota. Será un problema solucionado en menos que cante un gallo por la empresa aseguradora. Y terminará la triste como desagradable opción de mantenerlos restos en un frigorífico forense o incinerarlo cuando se cumpla el corto plazo fijado por las autoridades sanitarias.
La prevención es hija mimada de la prudencia.
Asumiendo cada uno, rigurosamente, nuestras respectivas responsabilidades personales, habremos de sacarnos una buena carga social de nuestras espaldas, como a las de los demás. Nos hacemos de un seguro y ya está. Se trata de una cuestión de sentido común. No pensar en un seguro personal es exactamente un desatino.

¿Qué pasaría?

Algunas voces se alzan en el firmamento paraguayo en torno a la presencia de los compatriotas en España. Entre esas se escuchan con relativa frecuencia las que acusan a las mujeres de venir para prostituirse y de que los hombres dejan en Paraguay a la deriva a sus esposas porque en Europa se han hecho de nuevas parejas. De que algunas paraguayas se dedican a la prostitución y de que algunos hombres abandonan a sus legítimas esposas en la lejanía de la patria no dejan de ser cierto pero es injusto, falaz y absurdo meter a todos en la misma bolsa.
En España, probablemente seamos 150.000 venidos de nuestra tierra. Entre nosotros habrán los que gusten ejercer la prostitución, que hayan hombres y mujeres que hayan abandonado la casa para juntarse con otras personas, los vividores, los bebedores, los que se mueren en circunstancias trágicas, los que son maltratados por otros, etc. Todo eso y mucho más pasa en un colectivo donde somos muchos. Del mismo modo, los marginales de Paraguay seguirán siendo tales en Paraguay.
Algunos se quejan porque en España supuestamente los españoles nos maltratan y por eso hay voces que condenan a España. En la otra punta de esta misma madeja, en el Paraguay hemos tenido, seguro, casos en los cuales se han maltratado a extranjeros (recordemos los tiempos en que todo el país recibía a tantos miles de coreanos, árabes, chinos, quienes no eran santo de la devoción de los xenófobos paraguayos).
Porque algunos españoles manifiestan inconductas no seremos tan ligeros y creer que todos los españoles son iguales.
Intentando el justo medio opinaríamos, pues, que los compatriotas - hombres y mujeres, jóvenes y adultos - que estamos en España somos personas que por falta de trabajo especialmente hemos recalado en esta Península, con el dolor de alejarnos de nuestras casas, de nuestros parientes y amigos, de nuestras plazas, calles y clubes. En su sano juicio nadie diría que los paraguayos han venido de puro infieles con sus parejas o porque piensan sólo en la prostitución como medio de vida.
Se viene para trabajar en lo que se pueda. Por eso la mayoría atiende ancianos y niños, porque es lo que hay para la mayoría y que lo hacen también los dueños de casa, los españoles, cuando no tienen otro trabajo. Se viene porque en el Paraguay no hay trabajo. Y sin trabajo no hay familia que funcione, por eso la sabiduría popular dice que cuando la miseria entra por la puerta el amor sale disparado por la ventana. Por tanto estamos ante una causa (falta de trabajo) que produce efecto (separaciones, depresiones, infidelidades, ausencias, etc.) que debemos saber asumir y solucionar con lo que tengamos a nuestro alcance.
Y se viene a España para que esas familias abandonadas en el Paraguay no pasen hambre por un día más. Para pagar el agua, la luz y el teléfono celular. Y la escuela de los niños. Y para comprar un expectorante cuando la tos no deja dormir al pariente. Los contingentes de emigrados no paran de llegar en la búsqueda del legítimo bienestar. Y debiéramos preguntarnos si qué pasaría en el Paraguay si no se produjera esta forzosa migración.
¿Qué pasaría si un buen día, como por arte de magia, los 150.000 paraguayos trabajando en España retornan al Paraguay , para que, en familia, podamos tomar todos los días nuestro tereré a la sombra de un árbol?
Que todos vuelvan para que las parejas no estén separadas, para que nuestros hijos y nuestros padres no sufran más. Pero - esta es la cuestión - qué comemos, cómo pagamos nuestras deudas, cómo irán los niños a la escuela, cómo nos curamos y vestimos.
En tanto y en cuanto la colonia paraguaya en España solucione los problemas en Paraguay que el Paraguay no nos puede solucionar, nos parece absolutamente tonto seguir la corriente a aquellas opiniones que ponen en tela de juicio el trabajo de los compatriotas en la Madre Patria a través de medios de comunicación masiva de Paraguay, inclusive.

Ídolos en España y profetas en su tierra

“Guantanamera”, “Me lo dijo Pérez”, “Cuando salí de Cuba”, “Gibraltareña”, son algunos de los clásicos éxitos de “Los 3 Sudamericanos”, grupo paraguayo que triunfa en Europa desde 1961 y que siguen siendo profetas en su tierra. MUNDO GLOBAL les entrevistó en exclusiva en Madrid para hablarnos de su vida artística y familiar.
Alma María Vaezquen y Jhonny Torales (en la foto, frente al edificio donde se encuentra la radioemisora Intercontinental) son los mismos de siempre: amables, sencillos, divertidos. Hablan con la entonación paraguaya con un poco de la española (“son 47 años que estamos en la Península”, comenta Jhonny). Les entrevistamos luego de un reportaje que le hicieran en radio “Intercontinental” de la capital española.
En el automóvil, conducido por Alma, ella nos dice que la gusta correr en las carreteras. “No, nunca tuve un accidente, excepto aquel que me hizo un conductor que me chocó mientras yo estaba aguardaba mi turno para cargar combustible en una gasolinera. Venía como a cien por hora y me chocó de hacia atrás”. Dijo que si las reglas permiten levanta hasta 140 kilómetros por hora; “yo vuelo bajo”, comenta y ríe.
Cuentan que el primer automóvil que han tenido en España fue un Renault deportivo, luego un Mercedes, también deportivo. “También compramos - añade Jhonny - un automóvil deportivo descapotable verde, con el cual viajamos a Montecarlo”. “Nos lucíamos”, rememoró Alma.
“¿No piensan jubilarse?”, le cambiamos de tema.
“Los artistas no nos jubilamos”, responde Alma; “cantamos hasta donde nos da la voz”, añade Jhonny. Cuentan que siguen cantando, mientras varios de su época ya han abandonado los escenarios. “Nosotros nos cuidamos mucho; no fumamos, no bebemos”, explica Torales, a lo que ella añade que tampoco se drogan, como prefieren hacer algunos artistas.
Ambos son padres de Graciela y Almita, que ya han formado sus respectivos hogares y son madres de sendos hijos. “No, ellas no son artistas - dice Alma - cuando chicas se presentaban en los shows, incluso en la televisión, pero no siguieron este camino. Ambas cantan muy bien, incluso Almita hace danza”.
Les comentamos que son buenos los vídeos de “Los 3 Sudamericanos” en You Tube, en Internet, a lo que Jhonny responde que a él le gusta todo lo que sea informática, “fui uno de los primeros en comprar una computadora hace como unos 30 años. Lo adquirí, a un precio bien alto, en New York, en uno de esos viajes anuales artísticos que hacíamos a los Estados Unidos. Era un ordenador de 4K de memoria. También compré la primera cámara de video de Andorra. Hasta ahora lo tenemos en casa; claro, ya no usamos. Lo guardamos de recuerdo. ”
Creen que actuar en Paraguay en estos tiempos puede resultar caro, por la devaluación de la moneda nacional frente al Euro, a los empresarios artísticos de aquel país sudamericano. La última vez que se han presentado en Asunción, su capital, fue en agosto de 2006, en el teatro del Banco Central del Paraguay.
Pasamos frente a la Biblioteca Nacional sobre el Paseo de Recoletos. Les preguntamos si tienen tiempo para leer algunos libros. “Estoy leyendo la autobiografía del Papa Benedicto XVI”, dice Alma; “a mi - acota Torales - me gusta mucho Frederick forsyth (“El día del Chacal”, “los perros de la guerra”, “El expediente Odessa”), he leído casi todas sus obras”.
A una pregunta recordaron el éxito de 22 años al frente de un pub que tenían en las cercanías del parque Del Retiro, en Madrid. “Allí han venido los presidentes de Paraguay Andrés Rodríguez y Juan Carlos Wasmosy, el hijo del presidente Stroessner, Freddy, personalidades del mundo empresarial español, artistas, futbolistas paraguayos como Carlos Diarte, Sebastián Fleitas y otros”, rememoró Alma.
“Nos mantenemos con nuestros antiguos éxitos que nos permiten estar siempre con el público”, explicó Jhonny; “claro - añade Alma - tenemos muchas canciones grabadas que en Paraguay se desconocen”. A propósito, en su país, “Los 3 Sudamericanos” siguen siendo verdaderos ídolos y se puede decir sin temor a equívocos que son profetas en su tierra. (Publicado en el periódico "Euro Mundo Global", Año XIV, Nº 159, Madrid 15 de febrero de 2008, Pág. 26)

Vino a España buscando apoyo para los niños

“Mita Roga” (albergue para niños) es la idea que mantiene firme la directora de Unidad de Proyectos de la Municipalidad de la ciudad de Ñemby, Librada Arrúa Adorno (foto), quien en España no se cansa de golpear puerta para conseguir apoyo para iniciar la construcción de la casa.
Ñemby, distante 15 kilómetros al sur de Asunción, tiene 160.000 habitantes y mucha necesidad de dar respuestas a los niños afectados por la violencia de la sociedad. “Necesitamos un hogar de acogida transitoria para estos menores que se ven sometidos a situaciones de maltrato, tanto verbal cómo físico y hasta violados”, dijo la señora Arrúa Adorno y añadió que en la oficina municipal llegan varias denuncias sobre el particular “y muchas veces nos sentimos impotentes por no tener lugar físico en el cual acogerlos”.
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NIÑOS PARAGUAYOS EN CIFRAS
TOTAL:
1.953.725 de una población total de 5.830.000 habitantes.
REALIZAN TAREAS DOMÉSTICAS: 672.081.
TRABAJAN FUERA DE LA CASA: 241.954 (de 10 a 17 años)
NO CONCURRIERON A LA ESCUELA POR EXTREMA POBREZA: 130.000
FUENTES: Dirección General de Estadística, Encuesta y Censo, Secretaría de la Niñez y la Adolescencia, Dequení, (organismos y entidades paraguayos)
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La entrevistada, que actualmente se encuentra en España, dijo que ya cuentan con el terreno, otorgado por la municipalidad, y que ahora necesitan construir el albergue para lo cual necesitan 60.000.000 de guaraníes (unos 10.000 euros). Para este efecto, la paraguaya desea contactar con organizaciones públicas o privadas, asociaciones varias, fundaciones, ONGs, etc., que tengan la buena voluntad de apoyar este humanitario trabajo. Toda persona interesa en apoyar la construcción del albergue de niños pueden comunicarse con la referida persona a los teléfonos 638 890 066 ó 914 306 547. (Reportaje publicado en el periódico "Euro Mundo Global", año XIV, Nº 159, Madrid, 15 de febrero de 2008, Pág. 13)