Detrás de la puerta, esto

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Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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viernes, 3 de abril de 2009

La higiene entre los guaraníes


"La civilización guaraní" es probablemente uno de los últimos libros escritos por el sabio Moisés Santiago Bertoni Torreani. Él había fallecido en 1929 y el libro fue impreso en 1927 en la imprenta Ex Silvis, propiedad del suizo.
Este trabajo que nos legara es apasionante. Describe constumbres varias del guaraní de todo el continente, incluso del Caribe, sin dejar de destacar cuestiones curiosas como que algunos guaraníes han vivido más allá de los 150 años de edad.
Pone especial énfasis en la higiene y es lo que me agradaría considerar ahora.
Probablemente el paraguayo, con las excepciones que siempre debe haber, sea uno de los que más se bañan en el mundo, por la temperatura tórrida de la zona. Según Bertoni, los guaraníes se llegaban a bañar hasta 12 veces al día, por lo que - afirmaba - la ropa que los españoles les obligaban a vestir les resultaba incómoda, por el hecho de sacarse a cada rato para darse un baño.
El paraguayo, por varias generaciones, vivió sin zapatos, pero con los pies siempre limpios. Las mujeres pretendidas por algún hombre miraban, primero los pies de éste y si los encontraba limpios eran capaces de ganar su corazón. Pero "el arriero py ky´a" (hombre de pies sucios) estaba condenado a la indiferencia y hasta al rechazo de la dama. Primero estar limpios para llegar al amor.
La "raida poty" tenía por orgullo su higiene en la que basaba la fuerza de su donaire. La frase "che mboriajhu pero che delicado" (soy pobre pero delicado), contempla la limpieza. Una camisa acaso puede estar remendada pero, sobre todo, limpia y planchada. Es el orgullo de los de ésta tierra como un precioso legado de los guaraníes.
La siesta era reservada por los nativos y los paraguayos para dedicarse a la higiene de la cabeza, sobre todo las mujeres. El piojo (ky) perseguía a los guaraníes como estos al piojo. A la siesta era la hora de buscarlos y matarlos, aunque los esfuerzos nunca eran suficientes. El cáncano inspiró palabras que hacen a la cabeza de los guaraníes. Así, por ejemplo, aka (cabeza) y ky, o (sacar piojos) significan lavarse la cabeza o el cabello; kygua, es el utensilio que sirve para extraér piojos del pelo y no tanto el que sirva para arreglarlo. A la larga kygua es el peine. Se decía "kygua verá" a las mujeres que danzaban la galopera con una peineta, de las que introdujeron las españolas al Paraguay y que las usaban especialmente las sevillanas, y que tenías incrustaciones de oro y plata.
La pintura que acompaña este comentario es un trabajo de Roberto Holden Jara y muestra un instante de la ceremonia del "ky´o" o eliminación del piojo en una parcialidad indígena del Chaco.
Cuenta Bertoni que los chiriguanás se lavaban la cabeza con semillas machacadas de ñandyra.
La limpieza, pues, es una de las cualidades de los antecesores de los paraguayos la que se practica hasta hoy. si bien tal vez ya no se bañe, por ejemplo, 12 veces como aquellos en verano, al menos se duchan dos veces al día.