Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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miércoles, 29 de julio de 2009

Mamotretos con ruedas

Cuando escuchamos a los empresarios del transporte de Paraguay defender esas trampas con ruedas que dicen ser ómnibus no podemos sino acompañar lo que piensan los extranjeros de nosotros, que somos unos salvajes. Muchos, muchísimos, no quieren venir a Paraguay porque creen que aquí nos comemos unos a otros. Y si bien no nos comemos literalmente, al menos muchos se comportan como tales. Los dueños de colectivos, por ejemplo.
El transporte de pasajeros en nuestro país está en manos de una mayoría de ignorantes y sinvergüenzas. Y lo sostengo. Algunos pocos se merecen nuestra consideración. Poquísimos. Unas pocas líneas son un ejemplo (como la 9). Después, nada.
Los que hemos usado el transporte público urbano de España sabemos qué es un servicio serio. A lo mejor muchos dueños de esos cachivaches que tienen de ómnibus ni siquiera se han preocupado de mirar en Internet cómo hacen sus pares del extranjero. Quizás no sepan ni qué es Internet de tan ignorantes que son muchos.
Los 200.000 paraguayos que fueron a España viajan en ómnibus de primera calidad, quizás no tanto porque el reglamento de tránsito así lo exige, sino porque sus dueños saben de calidad. Los de acá sólo saben recaudar. Estos compatriotas que vuelven ya no son capaces de abordar esos mamarrachos con ruedas. Ni los que vienen de Estados Unidos, ni de Argentina, ni de ningún lugar.
En la foto (dé un click sobre ella para ampliarla) que acompaña este comentario se aprecia el interior de un vagón de tren. Es de una de las líneas llamadas "Cercanías" de Madrid. Tal como se aprecia este vagón, así de buenos son los interiores de los colectivos.
Cuando uno disfrutó de estos servicios extranjeros, tiene ganas de manifestarse contra los sinvergüenzas que hacen de empresarios en nuestro país. Y lo peor de todo es que la mayor parte de la población está en sus manos y no entienden lo más mínimo de la responsabilidad social que es inherente a su actividad. Son una mayoría de brutos ignorantes que lo de "empresario" no pasa de ser sino un marcante de cada uno de ellos.

Carteros famosos de Paraguay

La comunicación virtual, esa que viene de la mano del email y de la fibra óptica, lleva contra las cuerdas a un personaje de mucha influencia en la humanidad: el cartero. Ese que todavía lleva la correspondencia, el mismo que reemplazó a los chasquis en Perú o a aquellos antiquísimos carteros de China que recorrían miles de kilómetros. Igualmente a los indígenas del norte de nuestros continentes que se comunicaban por señales de humo. Las sucesivas civilizaciones se agenciaban para que sus protagonistas supieran unos de otros.
En otro comentario me referí a las postas, hitos donde los carteros relevaban sus caballos.
Les quiero mencionar a algunos famosos carteros o empleados de correos paraguayos.
Miguel Alfaro: Sería luego un famoso arquitecto encargado de diseñar la Basílica de Caacupé. Fue auxiliar de correos.
Diego Berino: Fue tenedor de libros en el Correo, además de un referente importante del Partido Colorado. Una seccional colorada de Asunción, la número 17, lleva su nombre.
Guillermo Bertoni: Investigador como su padre, el sabio Moisés Santiago Bertoni Torreani. Fue el encargado del correo de Puerto Bertoni.
Emilio Chenú: fue rotulador en el Correo Central. Pertenece a antiguas familias de abolengo de Asunción.
Narciso R. Colmán: Antes de deicarse a las letras ocupó varios cargos en el servicio de correos de Paraguay.
Jacobo Friedmann: Se encargó del correo de Villarrica antes de dedicarse a la industria azucarera que ahora ahora funciona en la capital guaireña.
Remberto Giménez: Ocupó el cargo de auxiliar en la oficina de correos de Villarrica, antes de ir becado al extranjero para estudiar música.
Alfredo Jaegli: Cuando joven, el autor de "Albino Jara, un varón meteórico", era auxiliar de correos en Asunción.
Ramón Lara Castro: Un hombre vinculado a las cosas públicas. Fue director de la institución.
Leopoldo Ramos Giménez: En su juventud fue brevemente auxiliar en la oficina de Villarrica.
Eduardo Torreani Viera: Si bien no estaba directamente vinculado al tráfico de cartas, estuvo trabajando para la oficina de Correos y Telégrafos como telegrafista de tercera categoría en la oficina de Concepción.
Temístocles Torreani: Padre de Eduardo, fue el jefe de telegrafistas en el norte.
Ulises Zamphirópolos: Fue auxiliar de correos.
Rigoberto Fontao Meza: El autor de "El Arriero", "Che resay", entre otros, fue cartero antes de dedicarse plenamente a las poesías.
Augusto Roa Bastos: Fue cartero.
Acaso no estemos tan lejos de la verdad si dijeramos que la modernidad convertida en esto que es virtual haya matado, finalmente, al mensajero.