Detrás de la puerta, esto

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Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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martes, 4 de diciembre de 2007

Caballos en los inicios del siglo XX en Paraguay

Aunque le parezca increíble, el caballo aportó lo suyo en la historia paraguaya hasta que fuera sustituido por el motor. Este, el motor a combustión, acaso como merecido homenaje al noble bruto, lleva en si un poco del equino por lo que su fuerza se mide por la que es capaz de tener un caballo (Horse Power, HP).
En los primeros veinte años del siglo XX fue, como en todo el mundo donde existía caballo, el elemento indispensable de trabajo. Por entonces, y por muchos años posteriores, el equino y, consecuentemente, el carro, estuvieron presentes entre ricos y pobres cabalgadura o tiro.
Su importancia se inyecta, así las cosas, a los documentos oficiales en los cuales aparecen como parte de los gastos e inversiones del Estado. La Presidencia de la República del Paraguay, las Fuerzas Armadas y la Policía se constituyen en este sentido como las instancias que más mencionan al caballo (incluyendo a mulas, bueyes, carros y carretas) en resoluciones, decretos y leyes y que pueden ser leídos en los archivos de la Imprenta Nacional, Biblioteca Nacional y algunas bibliotecas privadas.
El Paraguay sufrió varias guerras civiles a lo largo de su historia; en la etapa comprendida entre 1900 y 1920 transcendieron las de 1904, 1909 y 1912, en los cuales el caballo fue el principal medio de transporte de los combatientes. El tren fue otro.
En cada revolución las estancias paraguayas eran ocupadas por los revolucionarios (de uno u otro bando) en busca de caballos que eran requisados sin decir agua va. Los ganaderos sufrían la permanente requisa por la que cobraban, con suerte y paciencia, algún tiempo después al gobierno, siempre que no hayan guerras civiles que entorpezcan las gestiones.
Desde 1912, los sucesivos gobiernos paraguayos se vieron en la necesidad de pagar a los ganaderos por sus animales requisados, a la fuerza claro, por uno u otro contendor. La revolución, estaba vista, era imposible sin caballos.
Grandes empresas proveedoras de forrajes han funcionado en el Paraguay en los primeros veinte años del siglo XX al sólo efecto de responder la demanda de alimentos para caballos. Grandes sumas de dinero eran destinados del presupuesto nacional a la compra de forrajes para la caballada de la administración pública.
Por el año 1920, cuando el gobierno ya usaba vehículos motorizados, no dejaba sin embargo de apelar a sus caballos. Así, en la Presidencia de la República había unos cincuenta equinos (caballos, yeguas y potrancas) para montado y tiro y que, según un decreto firmado por José P. Montero, fueron llevados parcialmente a remate, incluyendo tres coches “Victoria” y dos coches (carros) “Coupé” “en mal estado”. Los animales habían comprado “el señor Papalardo” (sic.) y Chiriani. Este también fue el adquirido el coche “Victoria” “en buen estado”.
Hipología se llamaba una materia en la flamante Escuela Militar (que luego sería el Colegio Militar “Mariscal Francisco Solano López”) donde estudiaban los primeros cadetes. Por lo que se puede deducir, no era concebible un militar de aquella época que no supiera de caballos.
Consecuentemente, los veterinarios eran verdaderas piezas humanas claves en las estructuras militares del país, por lo que La Remonta pasó a ser como la niña bonita del Ejército paraguayo.
Con la masificación de los transportes motorizados, el caballo pasó a segundo plano en el Gobierno paraguayo. A partir de la década de 1950 su uso fue reducido a lo necesario para cubrir necesidades de seguridad.

La Navidad y "Los 3 Sudamericanos"

Por aquellos años de la década de 1950 y comienzos de los de 1960, en Villarrica era un placer visitar los pesebres de los vecinos de Santa Librada, Paso Pé y Lomas Valentinas. El pesebre de los Aguilar, cerca de la escuela "Paso pé", era muy concurrido por las sopas paraguayas, el clericó y las gallinas asadas a toda hora con los que convidaban a las visitas. Eran días felices que los mitaíes teníamos licencia de nuestros padres para el mbocapú de los mbocavichos y bombitas que comprabamos del almacén de don "Pichí", a dos por un guaraní.
Por aquellos años todavía, que yo recuerde, las fiestas navideñas paraguayas no tenía un grupo musical nacional como luego, a partir de mediados de la década de 1960 por ahí, serían "Los 3 Sudamericanos".
Desde entonces no solo recordaré las navidades villarriqueñas de ni niñez sino también de cuando escuchaba en las radios asuncenas (para entonces ya nos mudamos a la Capital) los acordes del "Din, din don" o "Navidad de flor de coco" sonando por radio Teleco, Paraguay, Comuneros, Nacional, Ñandutí, Guaraní y Cáritas (las únicas radios capitalinas de entonces) con la ya inconfundible primera voz de Alma María Vaezquen de "Los 3 Sudamericanos".
Desde entonces, las navidades paraguayas no son completas sin las canciones de ese genial grupo paraguayo y que hasta hoy cantan cada vez mejor. Desde entonces no me son completas las fiestas de Nochebuena si no están a través del disco Alma María, Johnny Torales y Dionny (quién reemplazo hace muchos años a Casto Darío Martínez) desde que comienza el mes de diciembre.
Hoy, estando yo radicado en Madrid no me son suficientes las bombillas lumínicas de las calles Alcalá, Paseo de Recoletos, de Gran Vía, de las iluminaciones magestuosas del Palacio de las Comunicaciones (que son todas muy bellas) si no escucho, tan siquiera un poco, algunas añejas canciones alusivas a las cristianas fechas, pero interpretadas por "Los 3 Sudamericanos". Como a miles de paraguayos, a mi también se me antoja que la Navidad no es completa sin estos estupendos intérpretes paraguayos y que se ganaron el cariño de todo el mundo latino.
Los paraguayos damos mucha importancia a la Navidad y a todos los elementos que la componen: al clericó, a la flor de coco, al ñembocapú ape ha pepe, la reunión familiar en el jardín, el calor de infiernos de esas noches paraguayas, a los abrazos de la medianoche y a las canciones interpretadas por "Los 3 Sudamericanos" y que habrán de sonar a todo volumen en el equipo de sonidos sacado en el jardín para el efecto.
Todos esos componentes no tendremos los paraguayos que pasaremos esas importantes fechas en España. Pero tenemos cerca nuestro lo que no tendrán todos los paraguayos que pasarán en nuestro país esta Navidad. Nosotros tenemos en España a "Los 3 Sudamericanos" y yo, como si todo fuera poco, les tengo como amigos. A ver si por ahí me doy el gusto de ser invitado por ellos...o que yo les invite. Será una de mis mejores 55 navidades. Es que ellos son excelentes...son la Navidad con aroma a flor de coco, son la Navidad del Paraguay.

Los últimos tiempos de Nicanor

Dentro de ocho meses el presidente Nicanor Duarte Frutos habrá de juntar sus pertenencias personales de los cajones de su escritorio y se vá del Palacio de Gobierno. Seguramente días antes se habrá de marchar de la Casa Presidencial de la avenida Mariscal López. Estrenará, seguro, una casa de película. Ese 15 de agosto, a lo mejor, ni bien entregue la banda presidencial al sucesor electo se habrá de mandar a mudar a alguna playa porque, para eso y muchos caprichos más, plata es lo que más le sobra.
Desde luego, a partir de finales de abril será el hombre más solo del Paraguay, así gane su candidata Blanca Ovelar. Ni bien las urnas revelen quién será el nuevo inquilino del Palacio de López, don Nicanor tendrá suficiente tiempo para leer las últimas obras de García Marquez, las felices ocurrencias de Helio Vera o, si quiere, "Nido de narcos", mi libro sobre narcotráfico en el Paraguay.
Porque tiempo, sí va a tener de sobra. Nadie le visitará. Nadie le llamará por teléfono sino para reclamarle algo. Nadie perderá su tiempo sometiéndose a largas antesalas en la pieza contigua a su oficina. No le invitarán para inaugraciones de escuelas, hospitales, calles, plazas, seccionales coloradas, puentes; ni para cumpleañitos infantiles. Será el campeón del tiempo libre. Tendrá tiempo para recorrer los pasillos del Palacio y hasta puede que visite la sala de prensa para charlar con los colegas, con los mismos a quienes tenía por enemigos.
Empezará a sentir la soledad del poder.
Y, como lo conocemos un poco acelerado, se pondrá nervioso. Esta soledad será para él lo que fue el viento norte de julio y agosto para Rodríguez de Francia. Y despediría a embajadores, ministros, presidentes de entes públicos. Los militares de alta graduación que vayan buscando pista para bajar. A lo mejor, igualmente, se enojará mucho porque los funcionarios a su cargo ya no le darán bolilla sino al electo.
Como el nuevo presidente habrá de ser el nuevo ocupante de Mburuvichá Roga tendrá que desalojar ese recinto con cierta antelación para que se arreglen los baños, se destranquen las cañerías, se cambien las tejas rotas, se pinten las paredes, se fumigue y se metan los muebles nuevos de la nueva familia presidencial. Serán meses de atender la mudanza.
Me supongo que sus últimos días de poder utilizará igualmente para la transferencia de propiedades. A lo mejor desde el 15 de agosto de 2008 aparecerá como absoluto propietario de las estancias, que por ahora supuestamente es nomás de un pariente suyo, y aquel avión a chorro que le regaló un industrial cigarrillero, ¡por fin!, estará a su nombre y no al de un militar de la Fuerza Aérea. A propósito, a lo mejor ya está muy preocupado por ese avión a reacción que venía usando y que estaba guardado en el hangar de Ramón, un amigo suyo, y que casi todas las noches salía con rumbo desconocido.
Sus vecinos de barrio "El Tronquito" de Coronel Oviedo, también ¡por fin!, podrán documentar todo lo que sabían de antemano: las casas que había comprado usando a la parentela.
A lo mejor, desde el 15 de agosto de 2008 aparezca al frente de alguna empresa de comunicación. Quizás algún diario, alguna radio o un canal de televisión. O un holding. Plata tiene para comprarse ahora mismo ABC, Ultima Hora, La Nación, Ñandutí, Canal 9, Primero de Marzo, Cardinal. Sí, el gobierno le fue fructífero, ya verán.
Y no faltará periodista que de criticarle pase a defenderle cuando trabaje bajo el peso de su dinero. Como hizo Wasmosy ni bien pasó a ser ex presidente. Se recordarán que (Wasmosy)había comprado radio Uno, el diario El Día y El Popular. Una venenosa detractora de sus gestiones pasó a convertirse en su más ardiente defensora porque fue contratada, nada más y nada menos que para directora de su radio.
Quién sabe si desde el 15 de agosto, ya como legítimo propietario de alguna radio, Víctor Benitez no sea su azote con el cual seguirá dando a sus miles de detractores.
En los ocho meses que le queda de poder tengo la legítima tentación de pensar que ya tiene armado su equipo de abogados para lo que vendrá: querellas y reclamos judiciales a tutiplés. Los agujeros negros de su administración serán el deleite de abogados, contadores, consultores de todos los orígenes, analistas, periodistas, chamanes, políticos de nuevo cuño y de los flamantes ministros, viceministros, directores y jefes de secciones. Aduanas, Itaipú, Ande, la telefónica estatal, Yacyretá, Vallemí, Hacienda, Banco Central, Obras Públicas, guardan seductores secretos administrativos que empezarán a salir a la luz del sol desde el 16 de agosto con la magia venida de la mano del nuevo Gobierno.
Entonces, don Nicanor, que no es un nene de pecho, se hará de su propio equipo de abogados. Suponemos que cada profesional, dicho sea de paso, no le cobrará el sueldo mínimo por el servicio. Menudo trabajo espera al letrado a su cargo que, por un buen puñado de dólares, se jugará el prestigio personal y profesional defendiendo lo indefendible.
Esto es lo que se viene para el presidente que se va luego de cinco años de una administración que sólo le fue útil a él, sus parientes y a sus amigos. Ahora ya es tarde para desandar caminos. Don Nicanor hizo todo el esfuerzo necesario para que el país esté patas para arriba. Y logró su objetivo. Desde que asumió el poder procuró para que miles y miles de paraguayos huyeran de su tierra. Y logró su objetivo. El plan administrativo de nuestro ovetense Tendotá procuró dejar sin comida a miles de familias compatriotas. Y ¡vaya que lo había logrado con notas sobresalientes de la Logia Universal de la Delincuencia Suprema!
Quizás, la vida da muchas vueltas, por ahí y en meses más venga a España y que más de un paniaguado compatriota le invite a su casa, a sentarse a su mesa, a salir a tomar una cerveza por ahí como si no pasara nada, como si todo estuviera justo y perfecto en los 406.752 kilómetros cuadros de Sudamérica que parece que todavía es de Paraguay. No faltará quien se fotografíe con él junto al oso de la Plaza del Sol, que le acompañe a escuchar un mariachi en la Plaza Mayor de Madrid o a visitar a los paraguayos un domingo cualquiera en Valdeacederas. No faltará, en fin, quien proteja su relación con otro nefasto presidente paraguayo bajo la frase "lo pasado, pisado". En este sentido espero equivocarme; por lo demás, Nicanor empieza ahora a poner sus barbas en remojo.