Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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lunes, 26 de mayo de 2008

La cosa se pone fea

Hoy almorcé con dos importantes referentes de las finanzas y del empresariado español. Charlamos un poco de todo, especialmente de lo que será el próximo gobierno paraguayo y de lo que pasa económicamente en la Madre Patria. Ya he escuchado de boca de otros empresarios ibéricos lo que me han dicho durante la comida; sólo que ahora estos amigos han decidido prescindir del moño, la cinta dorada y del papel de regalo para comentarme que en septiembre se producirá otra sacudida en la estructura económica, capaz de generar imprevisibles reacciones sociales.
Todavía será peor, me advirtieron, por lo que ya nadie invierte, los bancos no hacen préstamos, muchos negocios se cierran, la gente te ajusta el cinturón. ¿Qué nos importa a los paraguayos que los españoles estén pasando por lo que nosotros ya habíamos sufrido?
Nos importa mucho.
A ver:
Son unos 750.000.000 de euros al año que envían al Paraguay los paraguayos residentes en España . Envían esa suma, reducida a unos 300 a 700 euros al mes por persona, porque en España hay oportunidad de trabajo. ¿Qué hace la mayoría de los compatriotas en España para que ganen ese dinero?: lo que los españoles no quieren hacer porque, en el marco de la abundancia se pueden dar el lujo de dejar que los inmigrantes lo hagan: tareas del hogar, atención a los mayores, atención de niños, cuidados de chalet, jardinería, agricultura, etc.
Ahora, los españoles, por el cierre de sus fuentes de empleo, se ven en la necesidad de hacer lo que ocupaba a los inmigrantes. Entonces, ¿quiénes son los perdedores de la paralización de la economía?, todos los españoles y también los inmigrantes.
Muchos paraguayos comienzan a quedar sin empleo. Los que acostumbraban trabajar 30 días, incluyendo horarios extraordinarios, ahora empiezan a ocuparse apenas 10 días por mes, en muchos de ellos; otros, ni siquiera ya trabajan empezando a acumular deudas por habitación, comida, transporte, etc.
En este sentido, las asociaciones de paraguayos (que son muchísimas en España) y las iglesias católicas son verdaderos paños de lágrima para los desocupados.
Los compatriotas están quedando sin empleos. Son muchos. Amenaza con ser incontables poco más. Algunos empiezan a pasar necesidades y esto es preocupante.
Una de las medidas para evitar más hemorragia es dejar de lado todo intento de venir a España por parte de aquellos que lo estaban programando. No estoy muy seguro, pero pareciera que para las mujeres sigue habiendo un poco más de oportunidades laborales. El horno no está bollos por estas comarcas, por tanto hay que pensar muy bien antes de pagar un billete aéreo con destino a la Madre Patria.