Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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sábado, 11 de julio de 2009

Libros en nuestra web

En la web de Puerta de Emergencia (www.puertademergencia.com) hemos agregado una columna sobre libros, no tanto para dar a conocer los últimos, sino en un intento de que la gente, sobre todo en Paraguay, lea. Los libros son silenciosos como marginados maestros en tanto no se los hojeen y se llenen de polvos en las bibliotecas donde duermen sus sueños, incluso de generaciones.
Una notable lectora de libros es Virginia, la hija de 17 años de mi apreciada Dolores, una formidable profesora de la Universidad de Derecho de Granada. Un día la joven me dijo que si ella tuviera todos los libros que querría tener en su biblioteca, sus padres quebrarían.
Una reflexión como la de Virginia no tuve la suerte de escuchar aún en Paraguay entre los de la nueva generación con las que me vinculo. Esa postura viene de quienes se vinculan a diario con los libros.
Familiarizarse con los libros, los textos, los autores, las editoriales, las exposiciones, las librerías nos facilitan acercarnos con rapidez al Primer Mundo, aún residiendo en el Tercer Mundo. La respuesta de Virginia es contundente para subrayar una de los detonadores de la columna sobre libros en dicha página.
Es mejor leer bien un libro, aprender de él y aplicar la enseñanza, que disponer de una biblioteca con 10.000 volúmenes en un cuarto de la casa sin que se los deban leer jamás. Apenas sirven para las apariencias y como estas no conducedn a nada, pues nada es tener semejante inversión, sino para alimentar la vanidad tonta.
Retomando diría, entonces, que en la columna de libros de la web rescataremos aquellos libros que ya hemos leído y cuyos datos los tenemos archivados para cuando haya la ocasión de usarlos. Es así que pensamos comentar aquellos publicados muchos años atrás, inclusive, como los que sacara a luz la editorial Napa u otros nacionales y extranjeros.
Los que fueron producidos por el sabio Moisés Santiago Bertoni Torreani son una verdadera delicia de sabiduría que bien valen refrescar a las nuevas generaciones. Bertoni publicó sus trabajos en Alto Paraná hasta días antes de su fallecimiento en setiembre de 1929.
El deseo, en fin, reiterando, es que los libros se lean. Que se lean para liberarnos de la esclavitud de la ignorancia. Para acceder a tan siquiera un poco de cada sabiduría. En una revista científica americana se publicó hace algunos años una reflexión que viene como anillo al dedo: Si Sócrates - decía - levantara la cabeza y viera a filósofos que se niegan a opinar de terrorismo, clnación, etc., se vlvería a morir.
El conocimiento siempre tiene las puertas abiertas para quienes deseen llegar tan siquiera a los umbrales de la sabiduría.
En esta misma columna y en otra oportunidad me referiré a los sitios asuncenos por donde se puedan acceder a libros usados, baratos y útiles para el intelecto.