Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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viernes, 5 de febrero de 2010

La luz que nos prometió Lugo

Si hoy se hiciera una encuestra sobre la popularidad de Fernando Lugo es muy probable que dé el resultado más bajo en todo este tiempo que lleva sentado en el sillón de López. Con esto de la luz y el agua que se corta a cada rato o que, sencillamente, desapareció de mucho hogares desde hace más de 48 horas, debe estar pensando que la gente tiene razón si le piden que se vaya de la presidencia.
Y dirán él y sus amigos que no pueden arreglar lo que los gobiernos anteriores han destartalado. Nadie apuntó con un revolver al señor Lugo para que asuma la presidencia. Se supone que debía de haber estado bien informado sobre lo que le venía si se aventuraba a tomar tamaña responsabilidad.
Que hoy, con todo el sufrimiento que aguanta la gente no se haga el chancho rengo y nos venga con el cuento ese de que los colorados hicieron todo mal en 61 años de poder.
Si hoy el señor Lugo no puede solucionarnos el problema del agua y de la luz pues lo que debe hacer es tomar sus cosas y mandarse a mudar. Repito: nadie le obligó a ser presidente. Cuando se candidató supo que la ciudadanía podía enfrentarse a los problemas que hoy aparecieron. Pues, esto (el servicio básico) debía de haber atendido desde el 15 de agosto de 2008 cuando asumió el poder. Si así no lo hizo es su problema, producto de su ineptitud. Y la solución a su problema es una sola: su renuncia.
Si no le da el cuero para responder por lo que ahora se hizo responsable, lo mejor que puede regalarnos que se dedique a otra cosa. Para presidente, está visto, no sirve. Todo lo que pudo decirnos es que el problema continuará y así las cosas que un rayo nos parta a todos.
Estuvo 17 meses con los brazos cruzados de cara al os problemas de las empresas ahora a su cargo: la proveedora de agua y la proveedora de energía eléctrica. Está visto: no tiene capacidad para manejar estas empresas y si con estas no puede no podrá con todo lo que es el manejo del país.
Entonces que se vaya antes que la gente se junte en torno a su casa, el Palacio de Gobierno, sus ministerios para expresarle su repudio. Porque esta vez, sí, Lugo, le mostró el dedo del medio a cada uno de los paraguayos que cansados de estar en la sartén ahora cayeron al fuego.
No nos vengan después con sus explicaciones - sus insultos - amañadas, amariconadas y regastadas: que los colorados, que la corrupción pasada, que la mar en coche. No.
A ver si aguanta 50.000 personas catingudas de no bañarse durante días ocupando las veredas y murallas de Mburuvichá Roga en protesta por su notable inutilidad para dar soluciones a este problema que amenaza con convertirse en un verdadero caos nacional.
Los que lo votaron no sabían desde luego que con él terminarían iluminandose con quinqués y velas de cebo. El cambio ya está, medio incómodo y tarambano, pero cambio al fin. Tampoco es el caso de aguantarnos por otros tres años a quien no tiene la más pálida idea de cómo gestionar la administración pública y que no sea capaz de asegurarnos agua y energía eléctrica en nuestras casas.

¿Y si adoptamos un arbolito del Parque Ñu Guazú?


De vez en vez voy al Parque Ñu Guazú a caminar. Es una delicia. Miles de árboles ya están crecidos y otros miles fueron recien plantados y están dando sus primeros "pininos" de sombras. Todo el mundo admira la preciosa reforestación que experimenta esas 250 hectáreas, frente al puro campo de hace 30 años.
En estos días de calor, las plantas más pequeñas, amenazan con secarse. Entonces se me ocurrió una idea: regarlas.
La última vez que estuve allí compré una botella de agua y me puse a caminar. Andando terminé de consumir el agua. Pensé que como yo las plantitas tenían sed, entonces volví a cargar mi botellita con agua de uno de los tantos grifos y fui echancho a la raíz de algunas más pequeñas y que amenazaban secarse. Esa vez habré regado a una docena de plantitas.
Si todos los caminantes que tengan a mano una botellita de agua para su consumo hicieran lo mismo, las plantitas nos asegurarán oxigeno en el futuro.
No tengo idea de cuantos caminantes visitan por día el Parque Ñu Guazú. Si anoto 10.000 a lo mejor no me equivoco. Si cada uno tuviera "su" arbolito y lo regara todos los días con las botellitas que lleva en la mano , tendremos árboles, aire fresco, oxigeno puro, vida a plenitud en esas 250 hectáreas.
Los caminantes del parque debemos pensar que así como nosotros tenemos sed en medio del agobiante calor los arbolitos recien plantados también reclaman agua; bien vale darles de tomar para que después nos pague con su sombra y su oxigeno.
No es suficiente plantar un árbol, debemos regarla. A propósito, acompaña a este artículo una fotografía donde se lo ve al presidente Lugo plantando un arbolito en el Parque Ñu Guazú. Bueno sería que él, de vez en vez, también dé de tomar agua a tan siquiera una plantita del parque.