Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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sábado, 17 de octubre de 2009

Galopas y galoperas

Muchos extranjeros piensan que la galopa es una danza bailada con frecuencia y mucho entusiasmo en Paraguay. Y eso, lamentablemente, está lejos de ser verdad. En particular, me hubiera encantado. Nunca faltó en mis viajes al exterior quién me preguntara algo más sobre la galopera.
En un comentario anterior, que lo escribí estando radicado en Madrid, me referí ligeramente a este baile que estando fuera del país los paraguayos extrañamos al borde de las lágrimas. Pero ni bien estamos en Paraguay nos olvidamos de que "debajo de la enramada ya está formada la rueda" y que "sale la galopera su galopa a bailar", porque tal cosa no existe como parte de la danza paraguaya, como lo es la polka, el chamame y la cachaca.
La galopa se hizo famosa por la composición "Galopera" de Mauricio Cardozo Ocampo (1907 - 1982), pero no se baila en las fiestas paraguayas sino en los escenarios a cargo de grupos de danzarines profesionales o aficionados.
La galopa es música para bandas resaltándose la percusión.
Por lo demás, "La Galopera" es, eso sí, una formidable carta de presentación paraguaya en el mundo entero y que fue capaz de provocar el interés constante de la gente, que esperaba - supongo - que esa se danzara permanentemente en Paraguay y que las mujeres bailan debajo de la enramada, que ellas tengan zarcillos de tres pendientes, anillos siete ramales y rosarios de coral. Pero nada de eso es verdad para estos tiempos que corren adversos para el sostenimiento de las costumbres paraguayas.
Lamento decir a los extranjeros que en Paraguay hay preferencias hacia la cachaca (un mamotreto mal copiado de la preciosa cumbia colombiana) que las galopas en general y la Galopera, en particular.
Duele decirlo: cuando nos marchamos del país, la composición de Cardozo Ocampo cantamos a grito pelado ni bien se nos dé la oportunidad y reclamamos una y otra vez que las bailarinas la dancen y que los cantores la interpreten. Ni bien salimos nos desparramamos en encendidos patriotismos.
Después, nada.
Han pasado cincuenta años y no hubo nueva composición que evoque a las mujeres que, cántaro o botella a la cebeza, bailen bajo los enramados de las casas. Nadie se preocupó de esta danza; ni los músicos, ni los poetas, ni los medios de difusión, ni los maestros, nadie. Es una doliente como amarga verdad.
La "Galopera" es bellísima; sin embargo, quiero advertir a los que vengan a Paraguay para escuchar esta y otras composiciones conocidas en todo el mundo ("Recuerdos de Ypacaraí", Mis noches sin ti", "India", "Pájaro campana", etc.) que se darán una desagradable sorpresa, porque las radios las difunden escasamente, casi nada y muy pocos espectáculos en vivo las incorporan. La televisión sencillamente ignoran esta parte de nuestro arte.
Y así sigue la función al compás de la galopa ...

Ver: http://efrainmartinezcuevasbologspot.com/2007/12/la-galopera-en-mlaga.html

Atrapado en las redes


Antes que nada debo decir a los que me leen que soy un ignorante en todo esto que es muy nuevo: las redes sociales virtuales. Ignoro los nombres. Conozco unos pocos como Orkut, Sónico, Badoo, Facebook y se me van acabando los datos.
Dentro de mis limitaciones procuro adecuarme para disfrutar de sus gratuitos beneficios.
Pienso que son oportunidades para tener más amigos, para que, ordenador de por medio, durmamos menos porque ya tenemos amigos en India, Tokio y Taipei o para que la cerveza, con el notebook en la mesa, nos resulte más rica en un bar cualquiera.
Escucho y leo muchas opiniones sobre estas redes sociales.
Algunos, cuyos nervios se exitan fácilmente, sin piedad mandan al garete al grupo con el cual no simpatiza y; por el otro lado, hasta casi idolatra al que simpatiza. Noto mucho fanatismo futbolero por una y otra estructura social. Se me antojan olimpistas gritando contra cerristas, boquenses contra riveristas, liberales contra colorados y; hasta - ¿por qué no? - feministas contra machistas.
Un día entré a Badoo, una cadena como cualquier otra, donde propuse amistad a todo el mundo que tenga por sobre los 40 años de edad. Ni bien me afilié ya tuve mis detractores: que es un grupo de "levante" (en Paraguay decimos levante al "programa", al hacer relaciones de parejas con propósitos sexuales; para "ligar", como dicen los españoles), integrado por ardientes hombres y mujeres que no encuentran más placer que el orgasmo al paso. Escuché sobre esta red insultos y dichos graciosos varios que, felizmente, no me dan ni frio ni calor, al menos no me desaniman lo suficiente como para salir despavorido del círculo.
En Badoo tengo amigos con los que me llevo muy bien. Y amigas, claro. Encontré, es verdad, a hombres con inclinaciones homosexuales que sin decir agua va plantean sus intenciones, como mujeres que, haciendo de Badoo su quinqué, va alumbrando camino en busca de quién ofrezca matrimonio.
Si uno no está de acuerdo con las ofertas, pues no las acepta y ya está.
Por lo demás, con la gente que elijo me llevo excelentemente bien sin que la moneda de cambio sea precisamente la relación sentimental. Entonces, Badoo, para mi vale para que amplíe mi círculo de amigos.
En Orkut estoy desde hace un par de años. Ahí también estamos un poco de todos, especialmente la "pendejada" como algunos dicen de los jóvenes que lo ocupan. En este grupo tengo buenos amigos con quienes cruzo saludos y comentarios breves permanentes. Preferentemente utilizo Orkut para alzar mis fotos para que las personas que quieran las vean.
Se dice que en Orkut se habla mucho de pavada. Y a lo mejor. Pero también en nuestro círculo diario se dice muchas tonteras para lo cual basta con escuchar la radio, leer los diarios y ver la televisión. Entre nuestros compañeros de trabajo también escuchamos tonterías a diario. La pavada no es exclusividad de tales o cuales grupos, es un virus sin remedio que ataca a toda la humanidad con o sin grupos virtuales de por medio.
En Sónico tengo un grupo de amigos que en años anteriores fuimos compañeros de trabajo en el diario ABC Color. En nuestro grupo nos divertimos un montonazo a partir de algunas fotos que vamos aportando; a veces, hasta charlamos en serio y sacamos en limpio algunas perlas que nos permiten liberarnos de ciertas ignorancias. Se trata de un círculo muy interesante que, seguro, es semejante a otros que estén en Sónico, Facebook, Orkut y otros que existirían sobre los cuales no tengo la menor idea.
En España hay un círculo que se llama "Rincón de la armonía" integrado por gente que gusta escribir. Es un círculo muy activo y del que participo con gusto. Se habla de poesías, libros, música, un poco de todo. Muy agradable.
Cada uno busca su propio sitio y relaciones. En todas partes hay gente que grita, dice guarangadas, insulta; pero también está la que ejerce la decencia, es alegre y desea una relación sin egoismos con mucho respeto. Están en Orkut, Facebook, Sónico, Badoo...
No es el martillo lo peligroso para el dedo; es la impericia para manejarlo. No es Orkut el ordinario, es el indivíduo que lo usa. Las herramientas están en nuestras manos; de nosotros depende obtener con ellas lo que necesitemos. No es la guitarra la que desentona, sino su ejecutante.
Es una suerte de creacionismo: los relojes son atendidos por un relojero.
Si voy a quejarme de tantos maleducados que andan por ahí, capaz que me olvide de lo que obtengo en mis relaciones con la gente educada. Entonces, mi ignorancia sobre estas redes sociales incluye ignorar a sus marginales y, a partir de ahí, disfrutar, de las ventajas de esta estupenda creatividad del hombre sabio a mi alcance desde la computadora de mi casa.