Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

Temas disponibles en este blog

martes, 3 de mayo de 2011

Club de lectores de Federico García Lorca

Visité a Julio Dominguez, mi librero. Hace muchos años que él está sumergido entre los libros; se sabe todos los títulos y autores, como todo buen librero. Me agrada mucho hablar con él de los temas que me apetece abordar con alguien como él, empapado de libros. Además siempre tiene en su morral de ofertas algo que me interesa.
Cuando en su pequeña librería de la calle 25 de Mayo nos encontramos con Francisco Pérez Maricevich, la charla se vuelve más intensa, apasionante en algunos tramos, llena de gracia mediante las anécdotas que Pancho sabe de tirios y troyanos.
Un par de veces "atrapé" al doctor Miguel Angel Pangrasio en ese sitio que, felizmente, se va convirtiendo en una suerte de guarida de gente interesante y hasta de verdaderos íconos del conocimiento como Pangrasio. Escucharlo es todo un regalo de la Providencia.
Le dije a julio que compré cuatro títulos de Pío Baroja en mi reciente visita a las librerías de Buenos Aires. Él - Julio, no el escritor español, quién, además, hace más de cincuenta años está muerto - sabe que yo sigo las novelas de Baroja. Me prometió que ni bien caiga una en sus manos, me reservaría.
Le suelo comentar algunos pasajes de las novelas que leo. Y le confesé que él es mi único interlocutor para charlar sobre Baroja. Un interlocutor válido, porque él sigue con interés lo que le cuento que hasta lo anota, inclusive, supongo que para cuando encuentre los libros para su venta posterior. Y por el gusto de saber, ¿por qué no?, imagino.
Le dije también que él, como librero, debiera formar club de lectores de algunos autores. Supongamos,de Baroja, o de Federico García Lorca, o de Augusto Roa Bastos. Que al comienzo sea de tres, cuatro, nueve, quince miembros; hasta que, llegando a cierta cantidad mayor, se cierra y se reinicia otro círculo.
El otro día, por el Facebook, intercambiamos José Luís Ardissone y yo, algunas palabras sobre García Lorca, cuya casa donde nació en Granada, Andalucía, visité ya les comenté en otro escrito en mi blog.
Me agradaría que Julio Dominguez aliente a algunos de sus clientes a formar un ruedo de amigos lectores del poeta y dramaturgo español. Yo tengo un póster de él - del granadino, no de Julio - en mi biblioteca (foto). A lo mejor adopto su nombre para este pequeño refugio de libros.
Pienso que un grupo de amigos de, por decir, los libros de García Lorca no necesita reunir exclusivamente a escritores, poetas, dramaturgos o actores, sino y sobre todo, de esa gente que le gusta su obra y que, eso sí, haya leído algo, algún poema, una obra de teatro, del español para charlar, café de por medio.
¡Cómo me gustaría tener amigos que hayan leído los libros de Baroja!
Sería para mi muy placentero escucharles comentar sus lecturas. Yo aportaría los míos. De eso se trata la idea de formar estas células literarias, como antes se practicaba sin esfuerzo alguno, en las casas, los clubes, las instituciones de enseñanza.
A ver si Julio se pone las pilas y lleva adelante esta idea que, pienso, no es tan alocada. Al fin de cuentas busca la unión de personas consuntivas de libros. A lo mejor hasta es nuestro hilo de Ariadna, en medio de tantas confusiones, quién sabe...