Detrás de la puerta, esto

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Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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martes, 13 de diciembre de 2011

Alcance de la palabra GANADERO

En algún momento se discutió sobre qué hay que criar para ser reconocido como ganadero en Paraguay. Algunos dicen que ganadero es aquel que solamente cría vacas. Creo interesante seguir el debate iniciado sobre la ganadería. Yo defiendo la teoría de que las cabras, las ovejas, los cerdos, hasta las abejas son especies contempladas dentro de la denominación general de GANADERIA, al menos en puridad (cualidad de puro) y que, por tanto, el que las cría también están en el rango de ganaderos.
La Real Academia de la Lengua Española (RAE) en su edición XXII del año 2001, otorga tres acepciones a la palabra ganadería:
  1. Conjunto de los ganados de una región o país. //
  2. Conjunto de reses bravas de la misma casta que se conocen con el nombre del propietario (1).//
  3. Crianza, granjería o tráfico de ganados. //
En cuanto a la palabra ganadero, según la máxima autoridad académica mencionada tiene cuatro acepciones:
  1. Perteneciente o relativo al ganado //
  2. Dicho de un animal: que acompaña al ganado. //
  3. Dueños de ganados, que trata en ellos y hace granjería. //
  4. Persona que cuida del ganado.
La RAE aclara además que también se llama ganadero a aquel que tiene mayor número de cabezas (2).
Veamos como define la RAE la palabra ganado:

  1. Dicho de una persona: Que gana (3). //
  2. Dicho de una cosa: Que se gana (4). //
  3. Conjunto de bestias que se apacientan y andan juntas. Ganado ovino, cabrío, vacuno (5). //
  4. Conjunto de abejas que hay en una colmena (6). //
  5. Acción y efecto de ganar (7).
  6. (No viene al caso).
Todo cuadrúpedo es bestia según la RAE. Ovejas, cabras y cerdos son cuadrúpedos,  por tanto, también son bestias las ovejas, las cabras, los cerdos. La segunda acepción de la palabra dice: animal doméstico de carga, por ejemplo el caballo, la mula, el burro, etc.
¿Cómo define la RAE la palabra ovejería?; la primera de las tres acepciones dice: "ganado ovejuno". La oveja, pues, es ganado y se dice ganadero al dueño del ganado, en puridad según la academia española y; en consecuencia, el criador de ovejas es ganadero.

Hasta hace algunos años, la Asociación Rural del Paraguay tenía como asociaciones incorporadas a las de los criadores de cerdos, cabras, ovejas, etc. Se entiende perfectamente que estas son incorporadas a una entidad de ganaderos porque también los criadores de las llamadas "especies menores" son ganaderos.
No deseo pecar de desorbitádamente preciso, sin embargo rescato la cuarta acepción de la palabra ganado que dice: Conjunto de abejas que hay en una colmena. Por tanto, no nos equivocamos si llamáramos ganadero al criador de abejas.
Pero, en Paraguay al criador de abejas se llama apicultor; no por eso deja de calzarle la palabra ganadero a la luz de la definición otorgada por la RAE.
Redundando un poco más diría que en España a la estancia se llama preferentemente ganadería. En España como en Paraguay se dice ganadero al que cría ganado. También aquí llamamos estanciero al que tiene un establecimiento ganadero. En España también se conoce con el nombre de estanciero al que tiene una casa de campo.
En un criadero de cabras de Paraguay al que cuida de ellas se le llama peón y no cabrero como se usa en Argentina, México y España. Cabrero es el pastor de cabras según la RAE.
En Paraguay mucha gente dice "es un bodrio". Bodrio es un caldo mal hecho con sobras (*). También es la sangre del cerdo condimentado para la morcilla. Pocos usarían aquí la palabra bodrio para referirse al contenido de la morcilla, nuestro conocido y apetecible mbusiá.
El desuso o desconocimiento regional de la palabra no anula el sentido puro y universal de la misma.
En Paraguay, la ganadería se divide en dos grandes grupos: 1)- Mayor y; 2)- Menor.
En la primera están los bovinos y los equinos, preferentemente; en el segundo, las cabras, ovejas, cerdos, etc. Los que crían ganado mayor también suelen dedicarse a la de los menores. Los que crían ganado mayor y menor son, esencialmente, ganaderos.
Espero que en otra oportunidad podamos intercambiar ideas y pareceres sobre la trastocación de la palabra, la idea y de los conceptos. Digo esto porque en Paraguay, cuando de lenguaje se trata, existe una peligrosa corriente de alterar lo puro por algún interés (que nada tienen que ver con la gramática, la lexicología, la lingüistica, el castellano propiamente dicho) en este caso proveniente, sobre todo, de sectores sociales que confiesan su enemistad con los criadores de ganado. La palabra ganadero fue vilmente manoseada y nunca defendida no tanto a favor de los criadores sino por el valor y el significado de las palabras.
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 REFERENCIAS:
(1)- Es España, por ejemplo, se dice que tal toro de Lidia, presentado en tales o cuales corridas o faenas, pertenece a, por ejemplo, la "ganadería de Juan Pedro Domeq". Para la Unión de Criadores de Toros de Lidia de España la palabra ganadería es definida como conjunto de "reses vacunas bravas, de todas las edades y sexos, cuya crianza y conservación es común".
(2)- No especifica de qué especie, tampoco se refiere a que sea la especie bovina.
(3)- No viene al caso.
(4)- No viene al caso.
(5)- Viene al caso.
(6)- Viene al caso.
(7)- Apiario.
(*) “A nadie le faltaba el bodrio necesario para ir pasando” (Pío Baroja, “La feria de los discretos”).



Historia de la ganadería paraguaya

T ranscurridos 18 años de la llegada de los primeros españoles a la Bahía de los Carios, el primer plantel bovino llegaba al Fuerte de la Santa María de la Asunción. Dada las excelentes condiciones de los campos de pastoreo de las comarcas guaraníes, fue alentada por los pioneros del reino a importar, con muchas penurias de traslado sin dudas, aquellas primeras cabezas de estos cuadrúpedos que les permitirá seguir,como en España, con la costumbre ganadera. Trece años antes de la llegada de las primeras siete vacas y del primer toro importado de España por los hermanos Scipión y Vicente Goes había llegado la primera manada de caballos mediante Álvar Núñez Cabeza de Vaca.
El historiador español Pedro Antonio Vives Azancot, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que Paraguay en el siglo XVIII todavía seguía siendo un "lugar extraño, olvidado, de segunda fila" y que Asunción no pasaba de ser "un almacén distante, mal combinado y con un paupérrimo surtido"1/, de modo que pensar en que la ganadería bovina en estas lejanías, tras la incorporación de las vacas tropeadas por un tal N. Gaete y el mismo Juan de Salazar (foto, arriba), desde las costas del Brasil 2/, fue más bien por la bondad de la naturaleza que por un plan político económico de la colonia.
Esta primera hacienda fue llevada hasta las cercanías de los aduares del cacique Maquiracé, en Tapuá (San José de los Campos Limpios de Tapuá desde el 1 de febrero de 1785) que era una planicie libre de bosques, benigna para el cuidado de la nueva hacienda, a la que los nativos, emparentados con Domingo Martínez de Irala (foto de abajo), casado con Yvoty Sa´yju (Leonor), y otros capitanes de este. Las tierras ocupadas actualmente por el campo de exposiciones de la Asociación Rural del Paraguay en Mariano Roque Alonso eran partes de aquellas que contenían los primeros bovinos locales.

Trece años después de la primera importación de bovinos, en 1568, Felipe de Cáceres introducía en Asunción otra partida de vacas y toros traídos desde el Alto Perú. Desde el año siguiente, Cáceres fue autorizado por el rey de España a repartir tierras y ganado a los capitanes.
Esta hacienda, sin dudas, amalgamó aún más la relación hispano con los indígenas y obligó a dar inicio a una planificación de las tareas rurales en base a esta incipiente actividad junto a la milenaria agricultura que se practicaba en la comarca. Muy pronto la ganadería tuvo que practicarse en zonas bien separadas por empalizadas de troncos y ramas de árboles y los cursos hídricos, de modo que los cultivos no se vean dañados. Ya en 1578 Juan de Garay firmó una ordenanza obligando a los vecinos a construir corrales donde meter el ganado para que no destruyan "las rozas" 3/.
Más adelante, por mediados del siglo XVII, comenzaron los enfrentamientos entre los nativos de Tapuá con los guaicurúes y payaguaes atraídos por la hacienda. Por 1680 la zona fue arrasada por estos y sus pobladores migraron hacia el este hasta el valle de Capiatá 4/ donde se formaría luego, con sus descendientes, el pueblo del mismo nombre. Aquella guerra guaraní fue también promovida por la codicia despertada hacia los bovinos. Por 1670, el general Pedro de Orrego y Mendoza tenía una estancia en el valle de Tapuá Guasú con ganado y agricultura 5/.
Un siglo antes, por 1580, Juan de Garay decide repoblar Buenos Aires con nativos guaraníes y criollos trasladados desde Asunción. El contingente también llevó al menos mil caballos, doscientas vacas, quinientas ovejas, yeguas, carretas, bueyes y otras cosas indispensables, respaldado por 39 soldados armados a cargo de Alonso de Vera, sobrino de Pedro de Mendoza, afirmaba el padre Lozano. En 25 años de ganadería vacuna en Asunción y alrededores ya había suficiente como para rehacer la ganadería en el estuario del Río de la Plata, desde los campos próximos al Fuerte de Buenos Aires.
Si bien la idea de que la ganadería bovina fue incorporada a Tapuá por la necesidad alimentaria de los españoles es totalmente descartable, sí se puede afirmar que con su explotación se dio inicio a una serie de modificaciones socio culturales y, como señaláramos más arriba, hasta cruentas y prolongadas guerras entre pueblos indígenas y españoles.
Para finales del siglo XVI, todas las tierras del Río de la Plata, desde Buenos Aires hasta Asunción, estaban invadidos por ganado bovino salvaje cuya cacería estaba permitida para extraerle cuero, cebo y la lengua, la única parte que usaba para alimentarse 6/.

En síntesis: Habiendo suficientes recursos alimenticios en Tapuá y el Fuerte de Santa María de la Asunción, proveida especialmente por los indígenas parientes, los españoles se preocuparon introducir el ganado bovino 18 años después de la fundación del fuerte. En resumen también se puede decir de esta primera parte de la historia ganadera en Paraguay que en menos de 50 años, la especie bovina se multiplicó por miles sin que el hombre pueda controlarla por lo que, incluso, se volvió salvaje, permitiéndose la caza indiscriminada de la especie.
El manejo del negocio ganadero a partir de las misiones jesuíticas primero y, del Estado, después, han permitido el constante sostenimiento, de la exportación de cuero y cebo, interrumpido de vez en vez por medidas políticas de los gobiernos de Buenos Aires. Las diferencias entre la nueva Confederación Argentina y la República del Paraguay del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia han obligado a éste a entregar animales (vacas y caballos) criados en las Estancias de la Patria (formadas en base a los bienes de los expulsados jesuitas) con lo que la población paraguaya pudo soportar las necesidades alimentarias por causas del aislamiento en el periodo post independentista.
La hacienda bovina para cuando comenzó la Guerra contra la Triple Alianza superaba las 1.500.000 cabezas, consumida casi en su totalidad, repoblandose los campos con el aporte de los criadores entrerrianos y correntinos, en el sur del país, dándose inicio a la incorporación de las industrias saladeras del norte en 1912 la formación de nuevas empresas pecuarias entre 1912 y 1920 (Saccarello, Spinzi, Núñez, Irigoyen, Richar, Urrutia Ugarte y Compañía, Girard, Storm, Liebig´s, Aceval, Macchi, etc.); la reorganización de la sociedad ganadera inmediatamente después de la guerra contra Bolivia; la importación de animales pura sangre de razas europeas a partir de 1940 y; la importación de ganado cebuíno desde el brasil por los Sarubbi de Caazapá a mediados del siglo XX 7/.