Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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miércoles, 12 de marzo de 2008

Aquella visita a San Lorenzo de El Escorial

Venir a Madrid y no visitar San Lorenzo de El Escorial es como visitar Barrero y no degustar sus chipas. Estuve en esta parte de la sierra de Guadarrama a fines del verano de 1991, luego de haber visitado Jerez de la Frontera y Sevilla y alquilado, junto a otros coterráneos, un perezoso autobús que nos dejó a medio camino al volver de aquel monasterio.
Fue un grupo de amigos y que integraron (de los que recuerdo) Arsenio Vasconsellos Portas y señora; Alberto Spinzi y señora; el ingeniero Pedro González, entonces decano de la Facultad de Agronomía y actual rector de la Universidad Nacional de Asunción; doctor Enrique Froilán Peralta (cantor y guitarrero como pocos), decano hasta hoy de la Facultad de Ciencias Veterinarias.
No olvidaremos de cuando el viejo ómnibus alquilado nos dejó en plena carretera y a pleno sol durante un par de horas, más que para enfados para el deleite de los aventureros paraguayos.
Claro, visitamos el monaterio, situado a 47 kilómetros al noroeste de la provincia de Madrid y a 1.032 metros sobre el nivel del mar. Nos paseamos por la inmensidad del monasterio, del castillo y de la catedral; bajamos a las catacumbas reales y paseamos por los salones donde vaya a saber cuántas fiestas reales han sido llevadas a cabo desde el siglo XVIII.
Recuerdo habernos escapado del grupo González, Peralta y yo. Fuimos a mezclarnos con los sanlorentinos por sus calles y plazas y nos tomamos fotografías junto a una suerte de monumento que recuerda a la República del Paraguay, mientras los demás compraban postales de San Lorenzo de El Escorial (en aquel tiempo era más difícil que hoy tomar fotografías y ni pensabamos que hoy tendríamos en nuestras manos las cámaras digitales).
Desde que estoy radicado en Madrid voy a San Lorenzo de El Escorial ni bien me sobre un espacio de tiempo. Y cada vez que recorro el Monasterio y el Real Sitio recuerdo a aquel formidable grupo de paraguayos de 1991 y de las noches antes y posteriores en España a pura bulería, a esencia gitana ...

Cómo hablan los españoles (VII)

En esta entrega nos referiremos a algunas palabras vinculadas a los alimentos, la inmobiliaria y la política, entre otras, rescatando una especialmente: cocido. A los paraguayos les resulta un poco difícil asimilar de buenas a primeras el concepto español de dicha palabra (soberbio alimento hecho en base a carne, frijoles, verduras, embutidos, etc.) ya que el cocido es una infusión hecha con yerba mate (Ilex Paraguayensis) y es más modesto que el café o el chocolate. Añadimos la palabra pucherazo que para nosotros, los paraguayos, es un puchero abundante, caliente y apetecible en tiempos de frío, mientras que para los españoles un fraude electoral. Si se mezclaran por un descuido las ideas traídas de la mano de una misma palabra, los paraguayos de todas maneras ya se han comido un pucherazo en la extensa transición hacia la democracia y; si los españoles probaran nuestro exquisito puchero capaz que, a la larga, den una puntuación mejor a la palabra, al menos para los que venimos de Paraguay.
Adosar - Poner una cosa junto a otra; "chalets adosados en Arroyomolinos", dice la publicidad de una empresa inmobiliaria.
Aseo - Cuarto de baño en el que uno se asea.
Baño - Cuarto de baño donde uso se asea. Si baño y aseo significan lo mismo nos desorientó un aviso publicitario que leímos en el diario Metro (Madrid, martes, 11 de marzo de 2008, p. 2) que dice: "Tres dormitorios, comedor, salón, 1 baño, 2 aseos".
Bulería - Un estilo de música flamenca (foto). La palabra es desconocida en Paraguay."Sangre es una sucesión dinámica de palos flamencos, bulerías, tangos..." (diario ADN, Madrid, 6 de marzo de 2008, p. 6)
Cocido - Comida con abundante carne, embutidos, frijoles y verduras varias. Su nombre completo es Cocido madrileño. Así llaman los paraguayos, cocido, a una infusión hecha de yerba mate y que se bebe, en lugar de café, té o chocolate, como desayuno o merienda.
Dependienta - Empleada. No figura en el diccionario de la lengua española. "Se necesita dependienta" se lee en carteles puestos en los escaparates de las tiendas de Madrid.
Mileurista - El asalariado promedio que cobra mil euros al mes.
Plaza de garaje - Espacio para estacionar vehículo en un garaje. En Paraguay se lo conoce con la palabra estacionamiento.
Pucherazo - Fraude electoral. "Valdoviño protagoniza un posible pucherazo" (diario "Metro", Madrid, 11 de marzo de 2008, p. 5). En Paraguay pucherazo es un puchero abundante y caliente en tiempos de frío. Hoy nos espera en casa un pucherazo. El puchero es una comida típica del país, acaso inspirado en el cocido madrileño.
Solar - Parcela de terreno, lote. Las empresas inmobiliarias de España escriben en sus carteles: Compro solares, pisos, edificios. "Música de nuestro solar nativo", anunciaba un locutor de Radio Nacional del Paraguay por la década de 1960. En Paraguay no se usa la palabra para designar a la propiedad sin edificar, para eso usa las palabras lote, terreno o propiedad.
Summa - Por la sigla de Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid. Cuando en Madrid se pide un Summa, se trata de una ambulancia de esta organización sanitaria. "El Summa le trasladó en estado grave al hospital" (diario ADN, Madrid, 6 de marzo de 2008, p. 4).
(Foto de María Dolores Martínez Cuevas, Mesón flamenco "La Bulería", Córdoba, Andalucía)

Devastará nuestra economía futura

Leí en "Público", el benjamín de los diarios madrileños, un artículo de Daniel Ayllón referido a la fuga de talentos americanos para convertirse en el Primer Mundo en servidumbres de tercera. En su columna del 10 de marzo de 2008 mencionó lo dicho por Carlos Malamud, investigador principal de América Latina del Real Instituto Elcano: "Las clases bajas de sus países de origen no pueden comprar un billete de avión para España y los que emigran suelen ser gente medianamente preparada. Esta fuga de cerebros es una gran pérdida de capital humano y a largo plazo devastará sus economías, aunque ahora se esté compensando con las remesas".
Lo del Paraguay es el vivo ejemplo de este planteamiento. Por ahora todo marcha bien: anualmente los inmigrantes compatriotas remesan unos 650 millones de dólares que son el paño frio sobre la enfebrecida cabeza de un país enfermo en su economía.
Pero para que reciba esa inyección deben salir sus jóvenes egresados de la enseñanza secundaria y muchos miles con formación terciaria, a más de aquellos profesionales que en Paraguay ya estaban siendo útiles a la sociedad.
Un principio elemental del empresariado inteligente dice que para que los empleados talentosos no se marchen es hacerle partícipe del éxito de la empresa. Lo mismo debiera aplicarse con el país. Para que los paraguayos no emigren bastará con hacerle partícipe del éxito del país. El país será exitoso en la medida que sus gobernantes sepan hacer sus tareas, sobre todo con decencia.
De los 150.000 paraguayos en España, miles son personal cualificado dedicados a actividades menores pero que, al fin de cuentas, les permite vivir mejor que en Paraguay. Varios cientos de estos inmigrantes, sin embargo, ya trabajan en sus respectivas áreas profesionales en el país que les acoge. Son médicos, arquitectos, abogados, psicólogos, periodistas, veterinarios, ingenieros agrónomos. Miles de maestras de primarias y secundarias están ocupadas en tareas domésticas en España. Esta fuga de cerebros paraguayos obstaculizará, sin lugar a dudas, a mediano y largo plazo, el desarrollo de la educación en Paraguay.
A este ritmo de corrupción, el país puede quedar muy pronto sin maestras, médicos, enfermeras y profesionales varios con todo la consecuencia que la causa provoca.
La fuga de cerebros no sólo socava el crecimiento económico del país, sino que además daña los proyectos para la transformación política. Los gobiernos represivos persiguen y ahuyentan a los disidentes políticos e intelectuales, quienes más probablemente contribuyen a los cambios.