Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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viernes, 29 de enero de 2010

Quitadol

No soy de ver la televisión, me agrada escuchar las noticias a través de la radio. Me hubiera gustado mucho más el invento de Guillermo Marconi si la publicidad actual no fuera tan desagradable como la que propone la marca Quitadol a las mujeres.
Para los que no escucharon, diré que en el aviso una mujer llama a una amiga para que le preste su ropa, pero esta le dice que no tiene pero que otra, amiga de ambas, la puede hacer ese favor; la que precisa prestar la prenda llama a la recomendada y desesperada la solicita, "porque nada la queda bien" a lo que recibe por respuesta que tome un Quitadol fem.
Un mensaje lleno de histeria, mal gusto y pésima onda a lo mejor vende Quitadol (o no venda) lo que no me quedan dudas es que contamina el espectro radial y genera estilos que gustando a unos "creativos" (también probablemente histéricos) pueda introducir otros que poco benefician a la armonía toda, al buen gusto.
El tipo de aviso al cual me refiero también contagió a otra marca que puso por personaje a un supuesto empresario que se le había quemado el negocio y que hablando no hacía sino pintar con bleque a los empresarios en general; quejones, mal expresados, amarretes, negativos por donde se los mire.
¿Cómo afecta a la mayoría un aviso como el de Quitadol?
No sé; lo que sé es que a mi me obliga a bajar el volumen de la radio en el mejor de los casos o, cambiar de estación, en el peor ¿A quién se le ocurre aguantar histerias como las que se escucha a cada rato a través de la radio arropada de una inofensiva publicidad?
Si en la sociedad encontramos síntomas de disfunciones anímicas en las esquinas con semáforos, en los restaurantes, los transportes de pasajeros, etc., es también porque estamos contaminados de los antimodelos publicitarios, como los que nos plantea el laboratorio que fabrica la marca respectiva.
Por esta manera de pretender vender, las radios van perdiendo espacio y dejando que los recursos de Internet se conviertan en sus sepultureros. Vender a través de la publicidad radial demanda no dejar de lado, jamás, la ética y la estética. Hay que reconocer que hay mucha basura en el mundo publicitario radial de Paraguay, que me disculpen los señores publicistas y las empresas publicitadas.
Bastará con escuchar avisos de este tipo para que piensen igual que yo. No es mi idea modificar el pensamiento de nadie; sí, quejarme porque las publicitarias no me agredan como oyente de radio.
No creo, finalmente, que las mujeres, faltándole el respeto a su inteligencia, compren más Quitadol, con semejante adefesio comuncacional. A ver si me doy a entender y que los "genios" de la publicidad radial se sacudan a favor de los que estamos al otro lado de la radio creando algo menos agresivo a los oídos.