Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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sábado, 15 de diciembre de 2007

Puerta de Alcalá

Esta es la famosa Puerta de Alcalá de Madrid. Se la llama así porque, hace tiempos, en este lugar estaba la puerta por la que se entraba viniendo de hacia Alcalá de Henares y que se cerraba con candados a las seis de la tarde, por seguridad. La diseñó el arquitecto Francesco Sabatini y se terminó de construírla en 1778. Se la construyó para celebrar la entrada en la ciudad del Rey Carlos III. Se encuentra en el área real, frente al parque de El Retiro, a una cuadra de Cibeles y algo más de cuatro cientos metros del Museo del Prado. Venir a Madrid y no fotografiarse junto a este precioso monumento es falta grave. En América Latina tuvo mucha fama después de la intensa difusión de aquella música que dice "ahí está, ahí está / viendo pasar el tiempo / la Puerta de Alcalá". La foto la tomé en el verano de 2007.

Cleo, la gata de Lisa


La tierna imagen adjunta la tomé en el parque "El Retiro", cuando el último verano se estaba marchando de Madrid. Sí, gatos (observe que son dos) y paloma conviven muy bien. Esta foto me recuerda a "Cleo", la gata de mi nuera, Lisa, que cuando ella (Lisa) y su marido, Héctor, se fueron a vivir a los Estados Unidos, había quedado en casa. Mónica, mi hija, me comentó hoy que "Cleo" sigue siendo muy "interesada". ¿Cómo es eso?, pregunté.
- Claro - me respondió - los felinos son muy interesados; son egoístas. Se nos arriman, nos hacen mimos, juegan con nosotros cuando les importa; cuando no, se alejan.
La otra vez Cleo se desperezó tras su larga siesta sobre el ropero del dormitorio y sin decir agua va se avalanzó sobre Mónica, quién dormía plácidamente en la cama. Huelga comentar el susto que mi hija se pegó con los casi cuarto kilos de peso de la gata sobre ella.
Cleo atrapa ratones, pero no los come. Los lleva bajo la cama. Cuando se percatan en la casa del ratón muerto, la siamesa es de las que ponen carita de "yo no fuí", con un "naumm" que invita a mimarla. Ahora hace calor en Paraguay, por lo que prefiere no dormir sobre el pecho de Mónica, como lo hace en invierno. Ahora prefiere las alturas del ropero, aveces con la madre de mi hija o, sobre la muralla de los fondos de la casa, por donde observa a los pajarillos, aunque sin molestarlos. Cleo no es de atrapar pajarillos, prefiere las ratas. Extraño a esa gata, por más "interesada" que sea en tiempos de verano. Volveré a "El Retiro" para buscar a aquellos gatos que me recuerdan a la lejana Cleo.