Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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lunes, 31 de agosto de 2009

Al rescate de la dignidad periodística


En la noche del 29 de agosto último compartí con mis ex compañeros del diario ABC Color un agradable encuentro (foto). Fue una linda cena en la casa de la familia Britez Espínola. No puedo dejar de contarles quiénes estuvieron: Empezaré por mencionar a los dueños de casa: Inchi Britez y Alicia Espínola de Britez; Luís Alberto Mauro, Héctor Rodríguez y ña Mecha, Rubén Céspedes y Elena, Carloncho Rodríguez y la Chuchi, Eduardo Báez, Juan Luís Gauto y señora, Ilde Silvero e Ilda Rahi y, Serafín Soto Vega y Olivia y; desde luego, Aldo Zuccolillo, mi querido ex director.
Creo que coincidirán conmigo si les dijera que estuve con la flor y nata del periodismo por esa calidad que, como al vino, da el tiempo. Se trata de una añeja reserva del periodismo paraguayo, y lo digo con mucha convicción, certeza y orgullo.
En medio del distendido encuentro, Carloncho Rodríguez rompió el fuego cuando charlamos sobre el periodismo paraguayo actual, en general y; del actual promedio de periodistas, en particular. Carlos no tuvo pelos en la lengua, como siempre, para afirmar, lamentando, la escasa formación de muchos comunicadores de hoy.
Y fue un poco más allá: incluso comentó la conducta de algunos "periodistas estrellas" y de los periodistas "se vende" y "se alquila". Carloncho siempre fue muy sincero, por eso apreciado y respetado en el círculo periodístico.
Hoy, lunes 31 de agosto, muy temprano, escuché a Luís Alberto Mauro en su programa diario por radio Chaco Boreal AM, desarrollar la misma idea; de que la mediocridad se anidó en el periodismo de hoy en Paraguay.
Yo también pienso lo mismo.
La excelencia, la primicia (sacrosanta en el periodismo de los más grandes medios del mundo), ese conjunto de valores en acción que hace respetado y confiable al periodista, parecieran que no son prioridades en muchos comunicadores de estos tiempos.
Esa falta de delicadeza hizo que la prensa paraguaya esté infectada de periodistas que piden dinero por publicar algo, o no publicar. En el Brasil era muy conocido al dueño de un poderoso canal quién admitió que él ganó más dinero por lo que no publicó que por lo que publicó. El silencio es buen negocio para los sinvergüenzas metidos al periodismo.
La prensa toda está golpeada en lo más sensible de su ser, la credibilidad, porque en sus filas militan los infaltables sinvergüenzas.
Me agradaría escuchar en debates medulares a Carlos Alberto Rodríguez, Serafín Soto, Luís Alberto Mauro, al querido maestro Alcibiades González Delvalle, Eduardo Báez, Rubén Céspedes, Ilde y al mismo Zuccolillo, abordando con valentía a la peste que azota al periodismo nacional: la mediocridad salpicada de sinvergüencías.
Veinte años después del derrocamiento de Stroessner es suficiente el carnaval periodístico paraguayo. Los que más saben, los que se animaron a ser periodistas durante el gobierno del dictador, estos periodistas de raza, deben marcar, con palabras sabias, pero severas, el territorio de la excelencia y del respeto periodístico.
Y esta idea, la misma que se desarrolló durante la cena de los ex compañeros de ABC Color, debe ser apoyada por la gente de buena voluntad, por la que está al frente de las universidades, de los medios de prensa, las imprentas, de las instituciones de educación todas.
Es tiempo que los mayores hablen. El gran debate debe venir lo más pronto posible. El país estará agradecido.