Detrás de la puerta, esto

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Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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miércoles, 30 de marzo de 2011

El carro Milord

En el marco del Bicentenario Nacional, el artesano asunceno Luís Prette terminó de armar un carruaje Milord del siglo XIX, según podemos leer en el diario Última Hora del 30 de marzo de 2011. El transporte está hecho de madera de lapacho. La idea es que el coche recorra el casco histórico de Asunción.

El paseo en él costará 30.000 guaraníes (unos 8 dólares) por persona. Este modelo, llamado también Birlocho, Cabriolet y, en Madrid, Manuela es la evolución del carruaje Victoria (en homenaje a la reina Victoria de los ingleses).

Los madrileños de fines del siglo XIX e inicios del XX lo llamaban indistintamente Manuela o Birlocho. Lo usaban las personas ricas y pudibundas. En este coche viajaban comitres y posesores de muchos sirvientes; el Simón era lo que hoy es el taxi, de uso popular. El Milord tiene capota, es bajo, ligero, cuatro ruedas, y asientos para cuatro pasajeros, a parte del del cochero en el pescante.

Un asiento para dos personas que van en el medio, entre el cochero y el asiento de atrás (en la testera), se llama "bigotera" que se esconde debajo del elevado pescante si no hay quién lo ocupe. El Milord no tiene portezuela y es tirado por uno o dos caballos adornados con cascabeles.

Hasta hoy este tipo de carro circula a diario en Sevilla, Andalucía, paseando a turistas. Se trata de un coche de ciudad para paseos a todo lujo.

Pío Baroja en "Las noches del buen Retiro" describe los paseos en tardes de verano en los alrededores de El Retiro en Madrid a bordo de carros como el Cabriolet, Milord, Berlina, Landó y Simón. "La masa de carruajes marchaba despacio y al retornar se dirigían rápidamente al centro", ofrece una evocación el escritor español.

Graham Shellby también menciona al Milord o Birlocho en su obra "Madame Lynch, el fuego de la vida".

Decíamos que el Milord es la evolución del Victoria.

A propósito, el 18 de mayo de 1920 el presidente José P. Montero firmó el decreto 11.701 por el cual autorizó subastar coches Victoria propiedad de la Presidencia de la República y que fueron adjudicados del siguiente modo: Un coche "en mal estado" al señor Franco en 1.100 pesos; otros dos, "en buen estado", fueron comprados por el señor Chiriani, en 4.850 pesos y 4.600 pesos, respectivamente.

William Barret menciona en su novela "Una amazona" que Elisa Lynch ganó en una partida de ajedrez a Francisco Solano López un Victoria inglés.