Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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domingo, 15 de noviembre de 2009

El castellano paraguayo y los emigrantes

Somos prisioneros del egoismo y de envidia. Les digo porque por egoistas y envidiosos no aceptamos las palabras utilizadas por los paraguayos que vuelven del exterior. En este fin de año recibiremos, felizmente, a muchos compatriotas radicados en Argentina, Estados Unidos, España y el resto del mundo que se han ido porque aquí no tenían oportunidades laborales.
Todos ellos vuelven con sus giros, términos y regionalismos idiomáticos.
Me parece estupendo que todos ellos vuelvan con lo suyo, con eso que se les "pegó", como las entonaciones que muchos paraguayos, absurdamente, detestan. A cuentas del "ñande ningo paraguayo" (somos paraguayos) se obliga al emigrado a que no deje de hablar como hablaba cuando salió del país. Me parece una estupidez grande como una casa.
Creo saludable el hecho de que los paraguayos venidos de España, por ejemplo, usen nuevas palabras del castellano y lo apliquen en Paraguay. La "fregona", por ejemplo, es una palabra que saben y usan todos los días los paraguayos en la Madre Patria. La "fregona" es el "repasador" nuestro, pero más completo, más práctico. En algunas tendas de Asunción se vende este elemento para la limpieza de la casa.
Desde luego, el libreto es el de siempre: el que llega, usa sus términos y; en que lo recibe, lo critica y busca desacrecitarlo con un "nangana", "moó pió", "o ñembo español", y todas esas tonterías inspiradas en el egoismo y la envidia.
¿Acaso no decimos "colectivo" a los ómnibus o micros? "Colectivo" es una palabra que "copiamos" a los porteños; mal no estaría, pues, que los emigrados a España nos pongan "de moda" en Paraguay la palabra "autobús", como se dice en España.
En vez de limitarnos a decir "computadora", bien podemos decir como en España, "ordenador" ¿Cuál es el problema para que también nosotros llamemos "movil", como dicen los peninsulares, incluyendo a los paraguayos residentes allí, al telefono "celular"? El único problema sería el bloqueo de los envidiosos y egoistas que, puenteados, se hace que el castellano paraguayo enriquezca.
¿De qué tener vergüenza para hablar con nuevos términos? Tampoco debemos avergonzarnos para hablar en armonía con los sintaxis, los géneros y números. La barrera está en nosotros. Nos quedamos o avanzamos. Si queremos seguir "arriero portepe", "peichante", "maera pio", entonces critiquemos a los compatriotas que vienen con lo nuevo en el lenguaje; si queremos dar un paso más hacia adelante, usemos las palabras que traen, descartando (si queremos) los indecentes pero al menos, sepámos qué significan.
La presencia de al menos 1.000.000 de paraguayos en el extranjero a partir de los primeros años de ésta década, sirvan también para enriquecer nuestro lenguaje.