Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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jueves, 11 de octubre de 2012

Caballero pueblo, sus ruinas


Las casas de Caballero, tras el esplendor la inadmisible ruina. Las fotos que ilustran este artículo son las que fueron tomadas en la casa de la derecha.

Me parece apropiado el título, las ruinas del pueblo de Caballero. Restos, escombros, decadencia. Las matas del guapo´y, el higuerón, el devastador de casas, convirtiendo en desecho lo que habrá sido alguna vez una vivienda solariega, de gente fina, educada, de pudientes. Casas y casas de Caballero arrasadas por el abandono. Eso vi desde la carretera y me detuve. Cámara en ristre caminé hacia ellas, hacia el abandono, la que ya es nada.
El tren ya no cruza por aquí pero cuando en aquellos tiempos iba y venía por estas comarcas el Caballero pueblo que enamoró al demiurgo Emiliano era otra cosa: floreciente, con sus cáfilas de carretas y berlinas que fluían entre el centro y la estación del ferrocarril, entre chiperas, alojeras y cagajones de caballos junto a los palenques de los corredores largos.
El tren que hacía de Caballero un pueblo unido a Asunción y Buenos Aires, pero también a Villarrica, Luque, Encarnación y ramales ferroviarios, hoy ya no está.


La casapuerta de la casa que fue, a lo mejor, tienda o residencia, a 200 metros de la estanción de Caballero.

Gente rica era la de aquellos inicios del siglo XX en Caballero, con tiendas de primera, almacenes de ramos generales acopio de frutos del país. Eran años de cuando el judío León Ravinovich compró un extenso monte en la zona. Y mujeres bonitas, de familias modestas y de abolengo, tan bonitas como para que Emiliano R. Fernández escribiera “Caballero pueblo che pepó o mo peva / ikatuve´y va nde hegüi avevé”.
Pero hoy muchos echaron a volar del pueblo.
Muchas otrora residencias hoy están en completo abandono y destrucción. “No, no sé de quién es la casa, algunos dicen que era de un ingeniero que trabajaba en el ferrocarril”; habrán sido ingleses, digo intentando una conversación, el joven de encoge de hombros. Sale del negocio que atiende y observa conmigo la casona de en frente cuyas rejas del ventanal son sorteadas por la rama, ya gruesa, de un higuerón atrevido y perverso. Pienso que salió del negocio más por educación conmigo, un extraño, que por sorprenderse como yo por tanto abandono.


El esqueleto de las ruinas, una imagen del páramo de Caballero.

Sentí en su impasibilidad un poco de su desprecio hacia esa ruina, como que prefería que nada haya en el sitio donde están los muros, las puertas, las ventanas, el techo decadentes; “¿quiere entrar a sus habitaciones?”, me pregunta, impertérrito, y le respondo que no. Me despedí y caminé calles abajo, hacia la que fuera la estación.


Y por este portal entraron la flor y nata del pueblo de Caballero, en el departamento de Paraguarí. Años de bonanza.

Esta siesta perezosa sin más que yo como caminante por estas calles de pasto, arenas y vacas, sorteando las bostas de estas, me hacen suponer que la larga casa de hacia mi izquierda habría sido algún hotel con un bar en uno de sus salones.
Me arrimo a ella.
Las ventanas están cerradas; pareciera que alguien vive aquí. Si fuera el bar quién sabe cuántos famosos pasajeros o sencillamente anónimos del tren tuvieron que haber ocupado sus mesas para comer presurosos o para hablar mal de los amigos o, sencillamente, para divagar con placidez mientras se aguardaba que alguien llegue en el próximo convoy.
Esa otra casa de la esquina pudo haber sido una tahona que llenaba de vedijas aromadas escapadas por la vieja chimenea.


El higerón se hizo de las paredes y del techo como el reptil a su presa.

Y esa otra casa – qué manera de quebrantar el corazón - que parecía ser una residencia, en plena diagonal, totalmente ganada por el guapo´y mañero que como reptil a su presa, se hizo de sus muros y de las tejavanas.
Detrás, los árboles frutales centenarios y los dos pozos de agua abandonados. La arboleda muestra en sus tallos heridos por los termiteros y sus ramas desfallecidas el cansancio en su vejez. Los brocales de las cisternas pueden desmoronarse de un momento a otro. Los achacosos mangos, el naranjero seco, muerto, fulminado por la cancrósis, la ovenia que se niega a marcharse de su vida vegetal.
¿Vino alguna vez Herminio Giménez a esta casa?, a lo mejor en aquel solariego patio, hoy apelechado, abatido, haya ejecutado el bandoneón para alegría de sus amigos o, quizás, para seducir a la niña más bonita de la residencia. Los artistas fueron así y seguirán siendo en Caballero, en Villarrica, Asunción y donde haya un sentimiento incapaz de decir sino a través del canto, del bandoneón, la guitarra, el arpa, el violín, o de un piano.
Quizás en la ventana de esta mansión, hoy arrasa por el abandono, Nereo Alvarenga, Chocho Alvarenga, Juan Torales y Aristides Valdez hayan llenado de música en aquellas madrugadas del verano caballerense.
Tiempos de bonanza y poder fueron aquellos de principios de siglo pero, también, de amenazas de revoluciones constantes. Años de poder de Cirilo Cardozo, Marcos Álvarez, Aniceto Ferreira, algunos de sus influyentes jefes políticos. Años de cuando José Gill atacaba a liberales, posteriores a los de cuando Albino Jara secuestraba trenes.


El patio con su pozo y su arboleda comenzó a morir.

La educación no quedaba atrás.
Se licitaba por aquel 1912 la construcción de dos aulas en la escuela sobre un plano aprobado por decreto en 1909. Los niños se instruían en la de aquí como en una de cualquier ciudad importante. Y los que fueron educados en aquellos tiempos ya no están, al menos en las casas que observo, todas abandonadas, destruidas ante los ojos de propios y extraños sin que importe a nadie, ni a los dueños, los herederos, a la autoridad, extrañamente a nadie. Un pueblo de fantasmas en horas de sus siestas excesivamente holgadas.
Cuando el tren dejó de venir la gente se marchó hacia no se sabe dónde. Y también murieron, como los ingenieros ingleses mucho antes. Y Herminio Giménez, Aristídes Valdez, todos sus artistas de aquellos años de oro de Caballero. Y fueron desapareciendo, claro, los herederos.
Son cien años...
Y las casas, aquellas distinguidas, de las que en sus salas sonaban en las media mañanas y en las tardecitas cuando el cielo se tiñe de rojo, los acordes de algún piano alemán, mientras los varones, vestidos de traje y sombrero, caminaban o cabalgaban por sus calles retornando y, las damas, amparadas en recatos a toda prueba, ocupaban sus zaguanes, las sombras de sus parraleras, de sus mangos y ovenias a la espera de aquellas noches únicas, románticas, a pura luz de luna, estrellas y luciérnagas, a puro canto de grillos, sapos y ranas.
Y esas casas hoy son apenas las que, angustiado, observé: unas ruinas, con las mismas sensaciones, acaso, de las de Honoré de Balzac que les hicieron escribir sobre aquellas de su "Eugenia Grandet": "fantasmagóricas, lúgubres y siniestras lugares".

lunes, 8 de octubre de 2012

Yhú

Arena en todas partes, el perfil de Yhú, Caaguazú.

Aquí bien se puede filmar películas sobre desiertos. Arena por aquí, arena por allá; una curiosa réplica sin querer de las ciudades del desierto de Néguev, aunque sin camellos y dromedarios. Yhú, o Río Negro, se encuentra aquí, en Caaguazú, ocupando 678 kilómetros cuadrados en estas planicies arenosas y amparada por el norte y el este por las sierras de Caaguazú.
A yhú llegué por primera vez en 1980 por la ruta de 50 kilómetros que parte de Caaguazú. Ruta es una forma de decir, un camino miserable de arena en gran parte; un viejo camino indio que carga como la maldición de los infiernos. Así y todo, los yhuenses forjaron el pueblo. Fui en VW, “escarabajo”, y aquella última vez dije “nunca más” porque me era torpe eso de, sabiendo que los arenales de sus caminos me obligan a bajar del coche, pala en ristre, para ir sacando por metros al vehículo del atasco, insistir en la aventura de visitar la comarca.


La plaza "Uno de Mayo", bien iluminada, sitio de los yhuenses.

A más de 30 años, sabiendo que se puede llegar por ruta asfaltada por Cecilio Báez y General Resquín, retorné este fin de semana y me encontré con un pueblo como sacado de la galera de un mago. Sobre las ruinas de su pasado, una ciudad cambiada, con ganas, floreciente; “esto comenzó a crecer hace tres años”, me dijo el intendente, Arturo Jara, un joven médico de unos 30 años de edad.

( De Izq. a Der.) Eladio Jara, María Antonia Espinoza de Jara (dueña del hotel Jar Esp), Miriam Buzeta Melgarejo (una de las dos herederas de la Casona Melgarejo) y Arturo Jara Espinoza, intendente municipal de Yhú.

A ver, cuénteme, le digo al intendente, cuénteme las cifras de Yhú y soltó: 42.000 habitantes, 1.044 kilómetros de caminos vecinales, 107 compañías, ocho comunidades indígenas, con una termal, la única quizás, en medio de una extraña duna que casi nadie conoce.
Le pido que mencione los apellidos de Yhú y desgrana: Cuevas, Melgarejo, Jara, Espinoza, Oviedo, Cardozo, Aquino, Roberti, Salmena, González, Elizeche, Gutierrez… y recorro el pueblo y veo algunas casonas ocupadas por los abolengos del pueblo. En una de las cuatro esquinas de la plaza “Primero de Mayo” está aún en pié la que construyó Luís Rolando Melgarejo, aquel yhuense de porte aristocrático, modales finos y del traje blanco de lino puro en las fiestas de gala en el pueblo.
La casa de adobe tacuarillas y madera, que sirviera de sede de la sucursal del Banco del Paraguay, luego Banco Central del Paraguay y; finalmente de un respetable almacén de ramos generales y compra y venta de frutos del país, fue construida por Melgarejo, heredada tras su fallecimiento por su hija Nidia Beatriz Buzeta de Melgarejo y, tras el fallecimiento de esta por sus hijas Marta y Miriam Buzeta Melgarejo. La emblemática casona, blanqueada de cal, hoy sigue su trámite sucesorio, cuenta Miriam.

La "Casona Melgarejo" era vivienda de Luís Rolando Melgarejo y sede del Banco del Paraguay.

Vuelvo a la historia genérica. Por el siglo XVII el pueblo fue creado por los primeros conquistadores españoles; en sus cercanías, en San Joaquín, los jesuitas montaron sus misiones y de estas influencias Yhú se hizo de lo suyo. Tras la Guerra contra la Triple Alianza se refundó con los apellidos mencionados como de otros. Fue capital departamental hasta 1945, quizás por su riqueza forestal y la gran producción de yerba mate.
Recorro sus calles. Veo la terminal, la municipalidad, la plaza “Primero de Mayo”, la flamante iluminación pública, la escuela “Luís Rolando Melgarejo”, con cien años de existencia, la iglesia donde se venera la imagen de la Virgen del Rosario, el club social que, me cuentan, fue creada por Melgarejo, que por lo visto era un hombre muy importante de Yhú e interesado por la excelencia.
El Club social fue fundado por León Valeriano Buzeta, yerno de Melgarejo. La idea del intendente actual es convertirlo en un ciber que me parece desacertada, debe seguir siendo el club social que, me cuentan los memoriosos, reunía a la mejor gente en aquellos años de esplendor. No puedo dejar de alentar la recuperación de su biblioteca. Con buena voluntad todo se puede.
A propósito, fui a mironear en la fiesta bailable organizada en el marco de los festejos patronales. Pensé que, como cae en el rango de las fiestas oficiales, los varones irían vestidos de traje, pero vi que algunos iban en bermudas y chancletas. El evento, como si todo fuera poco, empezaba a medianoche. No me sentí atraído por ingresar al recinto, fui a dormir.
El domingo 7 de octubre de 2012 ando por sus calles arenosas y pienso que es muy extraño esto de la arena en Yhú; de repente arenas blancas, otras rojas, o marrones y; arenas como de las playas de ríos y mares o; en cualquier parte de talco. Pienso: un rally como en los desiertos de Arabia será una buena razón turística para Yhú. Debieran considerar esta posibilidad los del Touring Club como los de la Secretaría de Turismo.

La procesión de la imagen de la Virgen del Rosario, patrona de Yhú.

Acompañé la procesión de la imagen de la Virgen del Rosario por varias calles del pueblo (el intendente dice “ciudad” y aclarando que quiere que Yhú siga manteniendo el señorío del pueblo rico de los tiempos de puros abolengos) y me lleno de polvo. No le vi al intendente en la procesión; había mucha gente en la marcha mariana, a lo mejor yo nomás no le ubiqué en el gentío.
Me alojé en un coqueto y flamante hotel llamado “Jar Esp” que tiene 20 habitaciones para albergar hasta a 50 pasajeros y que se encuentra en la esquina de las calles Julia Miranda Cueto y 14 de Julio en diagonal con la plaza. La hostería, que es de los padres del intendente, garantiza buen pasar en Yhú. Yo lo pasé bien, les cuento.

El flamante hotel "Jar Esp", en la esquina de la plaza.

Dos palabras sobre la plaza: Pregunté al intendente la razón de su nombre, “Primero de mayo” Alguna vez lo de "primero" debería cambiarse por "uno"), y no supo explicarme. Será por lo de los trabajadores, aunque Yhú no tiene mucho por ofrecer, por ahora al menos, en cuanto a fuentes de empleos como para hablar de empleados y obreros. La plaza es muy coqueta, amplia, arbolada, con muchos bancos y juegos para los niños. Es el sitio donde concurren los yhuenses cuando las tareas han culminado. En los días de la festividad de la Virgen del Rosario la plaza era una fiesta permanente, todo un ejemplo social.
“La gente está en la plaza con toda garantía porque aquí la seguridad es total. No hay asaltantes, ladrones, drogados; los jóvenes de la ciudad rechazan el crack, no dan lugar a la indecencia”, dice el médico intendente.
Y vuelvo a pensar sobre la casa que está en una de las esquinas de la plaza, la que fuera sede del banco: está muy abandonada aun cuando una mujer y sus hijos vivan bajo sus derruidos techos por las termitas. “La voy a mejorar”, dijo una de las herederas.

Un alto de la procesión de la imagen de la Virgen Rosario en el barrio que lleva su nombre para una serenata.

La bocina del ómnibus suena en la siesta calurosa anunciando que parte hacia Caaguazú. Algunos visitantes abordan en la esquina de la casona abandonada mientras la “cachaca” sonaba estridente desde el poderoso equipo de sonidos de una camioneta lujosa estacionada frente a un negocio de comidas.
Victoriana Talavera Villalba es una maestra jubilada y me cuenta de los esfuerzos por instruir a los niños a lo largo de estos últimos 50 años en estos lugares yermos, rasos y desabridos. “Anduve a caballo recorriendo las escuelas del extenso territorio todas las semanas y hoy, al término de mi misión, puedo decir que el esfuerzo no fue en vano: muchos ciudadanos útiles han egresado de aquellas aulas administradas con mucho entusiasmo aunque con pocos recursos”.
Faltan universidades en Yhú. Hoy con las rutas asfaltadas y su conexión directa con varios puntos del país anuncian convertía la ciudad en un punto neurálgico de Caaguazú.

La maestra jubilada Victoriana Talavera Villalba, amada y respetada por la comunidad.

En el pueblo funciona una nueva cooperativa y sus miembros se remangan: quieren sacar ventajas a las vacas lecheras de los vecinos; “esto debe ser una cuenca lechera para vender la producción a los compradores menonitas”, me dicen entusiasmados.
El intendente quiere montar una radioemisora legal “para difundir buena música paraguaya y clásica”; los cooperativistas también quieren tener su propia radio. En Yhú hay una radio comunitaria pero de escaso alcance. En el pueblo, pues la gente escucha una radio de Vaquería y otra de Caaguazú. Los canales de televisión por aire de Asunción se ven vía satélite.
De la bodega de la esquina del hotel compro gaseosas y agua mineral y cargo al coche. Son las seis y media de la tarde del primer día de la temporada con horario cambiado. Tomo el camino empedrado hacia San Joaquín mientras el arrebol tiñe el cielo sobre las sierras de Caaguazú; formo parte de la caravana que retorna de Yhú luego de su principal festividad religiosa.
Escucho una música paraguaya, bebo mi agua mineral y pienso en lo que queda atrás, en los arenales, la casona abandonada, la procesión de la mañana, la radio que falta al pueblo, en esta historia paraguaya atrapada en el desierto.
El aire fresco de la sierra pega en mis brazos y mi rostro. Me encanta el pueblo, volveré…

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Las siete cajas y mi libro

Para cuando este comentario termine de escribir capaz que más de 130.000 personas ya hayan visto la película “Las siete cajas”. Bueno, por lo que escuché en la radio, vi en la tele y leí en los diarios, la peli era una de esas que para qué les cuento por lo que también fui a formar fila, compré la entrada y me metí a la sala para que, abusando de pleonasmos, yo vea con mis propios ojos lo que se promocionó a todo dar.

Fui al Shopping del Sol a almorzar en uno de estos últimos domingos. Vi que la fila de compradores de entrada no era tan larga por lo que luego de mi comida china me fui para la cola. Pagué los 15 mil guaraníes que costaba esa primera función y tras comprar la boleta, observé que tenía todavía 30 minutos de tiempo para ir a la feria de libros que se montó frente al shopping. Encontré “Poesías completas” de Fray Luis de León y de San Juan de la Cruz. Un excelente material de lectura.

Ya no tuve más tiempo que lo necesario para hojear y pegar un vistazo al prólogo. Ya debía ir a la fila para ingresar a la sala.

Cuando tomé mi asiento en la sala de proyecciones aquello era murmullo de expectativa en medio a aromas de pororó, maní tostados, algodón de azúcar, grageas de chocolates, etc. sobre lo que se espera ver.

Y empezó la función.

Claro, primero los inacabable avisos publicitarios y, luego, los avances de las próximas películas a exhibirse en esa sala. Avances que, como siempre no se entienden de qué se trata, si de una película de amor, de terror, o espionajes propios de la desaparecida KGB o de qué cuernos, lo cierto y lo concreto que estos “repartos” nos muestran autos volando, primeros planos de pistolas disparando, fuego, corridas, ululares de sirenas policiales, trompadas aquí, trompadas allá, un beso apasionado entre dos personas que se aman y helicópteros zumbando por sobre ciudades. De esas cosas.

Por fin la película que fue tema de conversación de todos los medios periodísticos. El escenario: el Mercado Cuatro.

Un jovencito andando con una desvencijada carretilla, una joven que corre, que se asustan, que advierte que grita “¡¡Corré, Viutor!!”, etc., etc. Crimen, celos, corrupción, mafias, todas esas cosas que se ven en la películas y se leen en las novelas de acción.

Mientras la película corría, yo pensaba en mi libro guardado en una bolsita de plástico. Quería hojeas mientras los demás veían la peli pero la oscuridad y mi vista ya golpeada no me permitían cometer semejante pecado contra el esfuerzo de unos paraguayos en el competitivo mundo de la industria cinematográfica mundial.

Pero yo quería leer mi libro. En la pantalla veía de vez en cuando unos planos generales del mercado, unos personajes que intentaban mostrar su lado siniestro, hablaban en guaraní, castellano y “jopará” y que a medida que corrían los minutos yo más quería leer los poemas de los famosos españoles cuyos nombres figuran en el flamante libro adquirido de la feria.

Pude ver 35 o 40 minutos de la película. No logré engancharme, hablando mal y pronto en el argumento, en las tomas, en los artistas. A lo mejor porque a la película puse a competir con mi libro, cinco mil guaraníes más caro que mi entrada a la sala.

Lo que me queda claro es que la película no me gustó que por eso yo no exclamé, o reí, o aplaudí como algunos que se sentaban cerca mío ¿Qué tanto podía asombrarme?, ¿Qué es una película paraguaya?, ¡estupendo!, un logro paraguayo, ¿y por eso yo tengo que hacer lo que hace o dice la manada?. No me gustó, no me llenó y ya está.

No quise hablar por boca de ganso y por eso fui a verla. Pero, procurando entrar en tema, no entré. Intenté, pero no me dio el cuero. Quise amar la película pero no pasó a un “quise”. Y después, nada. Bueno, salí del cine y fui a una cafetería del shopping, pedí un capuchino con un mixto caliente y me puse a leer, lentamente, mi libro.

Entonces, lo que puedo decir de la película es que mi libro estuvo excelente, el café fabuloso, y el aire acondicionado de la cafetería inmejorable.

De la película lo que les puedo decir en concreto es que vi durante no más de 40 minutos. No me atrapó, para mi – discúlpenme la franqueza – no fue la gran cosa; que para mi el hecho de ser película paraguaya no es suficiente para aplaudir, admirar y desbarrancarme en adjetivos favorables. Me pareció uno más, que debemos seguir procurando por hacer cada vez mejor nuestras respectivas tareas y nada más.

Según los comentarios la promesa era grande: una película de aquellas. Y como me dijo Miriam en primer lugar nunca creas en promesas, “el mundo está lleno de ellas”, y me quedé pensando ¿De donde lo que vos sacás todo eso”, la pregunté sorprendido; “y Paulo Colho dice en su libro”, me respondió. Otra vez el libro…

Me preguntan si les recomiendo que vean; sí, pero lleven un buen libro y apuesten a un buen capuchino por si las moscas….

jueves, 19 de julio de 2012

Las calles y plazas son de la ciudadanía

La voluntad ciudadana se hizo sentir a través de las redes sociales. No fue fácil despabilar a la gente sobre aquellos asuntos de interés colectivo (listas sábana, 50 millones para Justicia Electoral, inseguridad, etc.) pero a medida que transcurría el tiempo las inquietudes fueron tomando cuerpo hasta que los paraguayos salimos a tomar las plazas y las calles.
¿Cómo empezó toda esa movilización a través de las redes? Trataré de rememorar y unir piezas de modo que la reciente historia sea contada de una manera justa y perfecta posibles.
Algunos intentos a profundidad fuimos engendrando en el 2011 como, por ejemplo, con el deseo de nominar a un paraguayo al Premio Nobel de la Paz o para encontrar a Dalia Scappini, la secuestrada en agosto de ese año. La inseguridad motivó la creación de un grupo en Facebook llamado “Basta Ya!!!” que de a poco fue tomando coraje y salió a las calles a reclamar lo suyo. La “Asociación lista sábana del Paraguay” se hizo de espacio en la red para procurar a favor del desbloqueo de las listas de candidatos para senadores y diputados y, así, nos fuimos haciendo camino.
Entremos en la espesura como decía San Juan de la Cruz:
Por las cosas ocurridas, por una serie de informalidades manifestadas en la sociedad, nos indignábamos y de a poco nos fuimos comprometiéndonos como grupos; por este denominador común surgió “Ya no basta con indignarse es hora de comprometerse” creado por Wilson Dusser.
Este grupo, se reunía en la casa de la señora Miriam Amarilla en el barrio Jara un día a la semana para ir trazando estrategias tendientes a defender los bienes ciudadanos.
Con el permiso para mencionarlo, como dicen los parlamentarios, Roberto Espínola, en el grupo comandado por él (“Basta ya!!!”), empujaba con sus amigos contra la inseguridad y otros asuntos de interés colectivo.
En pocas palabras, todos estábamos en una misma línea desde las redes y fue así que pasamos a apoyar al grupo “Basta ya!!!” en uno de sus eventos, el realizado con la Asociación Lista Sábana, el sábado 12 de mayo de 2012 al lado del Panteón Nacional de los Héroes, que reunió a un centenar de avitués de las redes.
Interín, crecía en el ámbito político, parlamentario y judicial hechos y declaraciones que contrariaban a la opinión pública como la inminente aprobación de un ajuste presupuestario para la Justicia Electoral de 50 millones de dólares para distraer en operadores de los partidos políticos. Los diputados, en cuyo ámbito estaba el delicado tema, no prestaron atención al clamor de la ciudadanía, decidiendo aprobar el reajuste respetivo el viernes 25 de mayo de 2012.
En la noche del 23 de mayo, en reunión del grupo “Ya no basta con indignarse…” en la casa de la señora Amarilla, decidimos que Vidal Vera y yo concurriéramos el jueves 24 de mayo a la redacción del diario Abc, en representación de nuestro grupo, a pedir que se publique nuestro requerimiento a los diputados que rechacen el desangramiento presupuestario. El viernes 25 de mayo abc Color publica nuestra entrevista; “Martínez agregó que así como en la manifestación del 12M (12 de mayo) volverán a tomar las calles si es necesario para reclamar sus derechos”, decía el párrafo final del artículo publicado bajo el título de “Indignados piden que se evite robo al pueblo” (http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/indignados-piden-que-se-evite-robo-al-pueblo-405489.html).


Vidal Vera y yo en el diario Abc Color el 24 de mayo de 2012. En nombre de la ciudadanía pedias que se evite el robo al pueblo.

Para el mediodía del 25 de mayo, se crea el grupo en Facebook conocido con el nombre de “After Office Revolucionario!!” a cargo del joven Maxi Urbieta, quién convocó a la plaza desde la red Facebook, donde estuvimos todos los que participamos del evento del 12 de mayo. Para ese momento ya los “feisbuceros” estaban dispuestos a abandonar los teclados y ocupar las calles.
El camino recorrido hasta aquel viernes fue escabroso pero no por eso se dejó de avanzar. No fue fácil movilizar a la gente y esto lo manifestábamos periódicamente en las redes; hasta que la provocación de los políticos y los parlamentarios fue intolerable dándose lo que adelantábamos en el mencionado artículo de Abc: “tomaremos las calles si es necesario”. A partir de ahí, “After Office…” tomó la posta, avanzando bien en la movilización ciudadana a través de las redes y los medios periodísticos.
“After Office…” comenzó a aflojar la marcha tras los sucesos aquellos cuando unos manifestantes atacaron los locales del PLRA y ANR, responsabilidad endilgada a Urbieta a quién se asoció con el entonces presidente Fernando Lugo.
Las movilizaciones ciudadanas tomaron vuelo no solo en la capital sino en el interior del país, convirtiendo a la Plaza de Armas, frente al Parlamento, como territorio ganado para sus protestas.

Una de las concentraciones ciudadanas en la plaza de armas, cuando el Senado rechazó la entrega de 50 millones de dólares para operadores políticos.

Con “after Office” fuera del protagonismo, las redes sociales son sacudidas con los sucesos del 15 de junio en Curuguaty (17 muertos) y aquellas, en consecuencia, rugen y de nuevo movilizan a la gente; las baterías civiles apuntan a Lugo que termina destituido, así la Plaza de Armas haya sido copada por sus adherentes.
Entre los días 20 y 22 de junio se gestan en las redes sociales nuevos grupos ciudadanos que proponían la defensa de la soberanía nacional ante el acoso de los gobiernos de Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia, Ecuador y Venezuela, por la destitución de Lugo.
En ese marco, Guillermo Cramer, un joven empresario, aparece en Facebook proponiendo una “Caravana de la soberanía” para el día 29 de junio, mientras que el también empresario Domingo Daher invita para una concentración ciudadana en la Plaza de Armas para el miércoles 27 de junio.
La caravana del 29 de junio termina al lado de la Plaza de las Américas, en Asunción. Manifestación ciudadana en defensa de la soberanía nacional.

Entre tanto, en Facebook surgen dos movimientos con los mismos objetivos: “Paraguay es soberano” y “Paraguay soberano”.
Lo de Daher se desactiva y, pese a los temores porque se deban desatar enfrentamientos entre luguistas y antiluguistas, Cramer continúa con la convocatoria para la caravana realizándose en la noche del 29 de junio con todo éxito (en el itinerario, se plantó la caravana primeramente ante la embajada de Brasil donde se hizo escuchar a todo volumen el Himno Nacional y; luego, los caravaneros rodearon con sus vehículos la embajada de Argentina donde también se hizo escuchar el Himno). La columna de vehículos terminó en la Plaza de las Américas donde los expedicionarios urbanos hablaron desde una vereda en defensa de la patria.
Daher, quién se sumó a la caravana del viernes 29 de junio, operó fuerte invitando a la gente para una concentración a lo largo de la autopista para dar la bienvenida a la delegación de la OEA. Esta movilización, que preocupó sobremanera al flamante gobierno y, en particular, a las fuerzas policiales ya que estas temían que se produjera un inminente enfrentamiento provocado por los partidarios del presidente depuesto, sufrió marchas y contramarchas pero que Daher, que contaba con el apoyo de Cramer, fue empujando la realización a pesar de los pesares.
Esa medianoche del domingo 1 de julio llegando a la madrugada del 2 de julio la autopista que conduce al aeropuerto “Silvio Pettirossi” contaba con algo más de cuatro kilómetros de vehículos de gente que apoyaba al gobierno de Franco y daba la bienvenida a la delegación de la Organización de los Estados Americanos.
El evento ciudadano culminó sin enfrentamientos, como se temía al principio, siendo los últimos en retirarse de la autopista Daher, Cramer y sus amigos no sin antes despedirse del comisario policial que tuvo a su cargo la vigilancia en el sitio.

Mario Cibils, Domingo Daher y Guillermo Cramer, en reunión de prensa, informando en el Hotel Las Margaritas, sobre la realización de la caravana y el recivimiento a los enviados de la OEA (foto, diario La Nación).

Dado el éxito en Asunción, Daher y Cramer contactan con Julio Müller, empresario encarnaceno, para la realización de otra caravana a favor de la soberanía paraguaya que se realizó el sábado 7 de julio arrancando en el sambódromo y culminó frente a la Gobernación de Itapúa, en Encarnación. Fue una ruidosa caravana de unos 150 vehículos en medio de la fría noche.

En un hotel encarnaceno, una hora antes del inicio de la caravana por la soberanía paraguaya en Encarnación. (De Izq. a Der.: Julio Müller, Domingo Daher, Guillermo Daher, Ruth Florentín y Luis Id.

Visto el éxito de la movilización ciudadana, el sábado 14 de julio Cramer mantuvo reuniones con referentes civiles de Hernandarias y, al día siguiente, con referentes de Santa Fé y Mbaracaju para avanzar hacia un plan de unidad ciudadana en defensa de intereses comunes, incentivados por los últimos sucesos de transcendencia nacional e internacional.
Dos referencias para ir terminando: 1)- Las redes sociales demuestran su utilidad a la ciudadanía; 2)- la convocatoria a través de Facebook han permitido identificar líderes naturales que coinciden en el pensamiento con la gente y que a puro pulmón y entusiasmo concretaron movilizaciones en defensa de los intereses colectivos y hasta de la misma patria en los momentos críticos.
Valga esta meridiana exposición para visualizar en contexto del cómo se fueron posicionando los grupos en las redes sociales y, al mismo tiempo, de cómo se promovió la concentración de gente en las plazas y las calles y, sobre todo, cómo concretaron sus objetivos. Demás está decir que estos grupos e individualidades seguirán presionando desde las redes y las plazas a favor de todo aquello que sea de interés común y que algunos políticos como gente en el poder buscan administrar de acuerdo a sus intereses particulares o sectarios.
Bien vale festejar el logro alcanzado por los paraguayos que, finalmente, se sacudieron de la apatía. Se puede afirmar que las redes sociales son una excelente herramienta para la manifestación de los paraguayos y que mediante esa estos identificaron felizmente a nuevos líderes, esos que piensan que nada sucede hasta que algo se mueve…

miércoles, 27 de junio de 2012

Nos plantamos como paraguayos

Pío Baroja es uno de mis escritores favoritos, pese a que en su novela “Las tragedias grotescas” haya escrito que él no cree que “Paraguay valga más que Inglaterra”. Por encima de su postura contra nuestro país y de América Latina toda considero que el español fue un gran escritor.
Su antiparaguayismo, si bien me molesta como paraguayo, no logró influir en mí sino para que yo procure ser mejor dentro de mis posibilidades y a partir de este esfuerzo defender mi propia autoestima.
Yo no creo que Paraguay tenga menos valor que Inglaterra ¿cuánto querrían los ingleses - por decir - tener la tierra fértil, el agua dulce, la energía eléctrica y el clima de Paraguay?
Paraguay es una nación que territorialmente es pequeña, pero es una gran nación que nos enorgullece y nos honra. Somos un gran país. Sobre todo, digno, capaz de mirar con ojos modestamente altivos.
Chiquitos en el mapa como somos (y como si fuera poco, mediterráneo) nos plantamos contra los que desde el exterior nos obligan a hacer lo ante los que sus intereses dictan en desmedro de nuestra soberanía.
Así actuaron nuestro mayores en los momentos difíciles y así, honrando sus memorias, actuamos hoy. Tal cual, seguro, repetirán nuestros descendientes si la tricolor reclama.
Los socialistas de Hugo Chávez, con su canciller como enviado a nuestro país, recibieron una dura lección de cómo el paraguayo, en su mansedumbre, sabe defender su dignidad, a su bandera, a su nación independiente. En increíble y patética intromisión en asuntos paraguayos, el venezolano intentó, en nuestra propia casa, que los tanques militares salieran a las calles a reprimir a los paraguayos y defender a Lugo, el mismo que no puso la cara por 17 muertos en Curuguaty.
Paraguay no tiene la flota inglesa, ni tampoco un Paul Mc Cartney, ni fabricamos Rolls Royce, pero tenemos, entre tantas virtudes, dignidad, somos capaces de mirar a los ojos a cualquiera porque no debemos a nadie, porque no dañamos a nadie, porque sumamos y no restamos, nos unimos y no nos separamos y, sobre todo, no nos dejamos manejar como querrían los dictadores extranjeros.
Seremos chiquitos, un poroto, en el mapeo mundial, pero grandes, gigantes, a la hora de defender lo nuestro como lo hicimos la semana pasada, con la paz, guardando nuestros tanques en cuarteles seguros.
La estupidez, esa degeneración de los instintos, no pudo contra la decencia y la firmeza paraguaya.
Que valga el ejemplo de los compatriotas a otras naciones oprimidas por sus dictadores arropados de demócratas. Que esta muralla paraguaya a las pretensiones dictatoriales del socialismo sudamericano sea el inicio de la verdadera primavera democrática en el continente. Entre tanto, disfrutemos de nuestro logro, de nuestra dignidad, decoro, pudor y grandeza.

sábado, 2 de junio de 2012

Lista desbloqueada

Pareciera que, por fin, los paraguayos vamos a elegir a nuestros directos representantes, a los futuros diputados, senadores y concejales departamentales. Digo pareciera por lo que leo en los diarios y escucho expresar a algunos referentes políticos con los que converso. El martes 5 de junio de 2012, a la tarde, es clave, ya que ese día se reune la Cámara de Senadores para tratar el desbloqueo total de las listas de candidatos.
No puedo dejar de encolarme a la duda ya que serán los senadores (la clase que se niega a la referida liberación total porque así las cosas ellos, que aspiran la reelección, no serían seleccionados por los electores), no hay otra forma, los encargados de dar semejante gigante paso a favor de la democracia. El lobo cuidando de los corderos.
De todas maneras estamos ante un amanecer que promete mucho sol. Dependerá de la ciudadanía que los senadores no sean presos del titubeo y, de una vez por todas, dictaminen a favor del desbloqueo pleno de las listas y a avanzar hacia la nueva sociedad paraguaya. 
¿Qué haremos los electores con las listas abiertas?
Primero, elegiremos a las personas que merezcan nuestra confianza, así sean del partido A, del B o de la C. Elegir es un compromiso del ciudadano; será de su responsabilidad la gestión del elegido y no tanto del partido político, por eso hay que saber escoger.
Segundo, seremos responsables de nuestros votos. Si elegimos bien, habremos de ayudar a la patria; si mal, seremos responsables del error. Esta responsabilidad depositada en el ciudadano le hará madurar como individuo elector y ayudará a granar la sociedad.
Se vienen cambios mediante la presión ciudadana. Los cambios son derechos, pero también plantean oblaciones. Para llegar a este canje la ciudadanía debe volver a la plaza el martes 5 de junio donde me verán de nuevo haciendo fuerza por la nueva patria.

viernes, 1 de junio de 2012

Resistencia desde mi blog

Yo también estoy en las redes, sobre todo en Facebook, pero ahora estoy suspendido. Por eso me reporto a la gente a través de mi blog, éste, así sea menos efectivo y, sobre todo, inmediato que las redes.
Tengo entendido que algo hice mal en estos últimos días para que, una vez más, me sea bloqueada la cuenta. Espero equivocarme y que lo mío no sea sino una equivocación pasajera por parte de los administradores de la red.
Para que me puedan entender les debo decir que desde la red Facebook yo venía alentando, hartado como millones de paraguayos, que no se roben 50 millones de dólares de las arcas paraguayas para repartirse entre operadores políticos. Yo, como muchos, insítía desde la red para que los diputados (apodados "dipuchorros") no robaran. Tal fue la sordera de nuestros parlamentarios que copamos la plaza situada frente al Parlamento.
Finalmente, Senadores atendió nuestro reclamo.
Pero a Senadores pedimos que desbloqueen la llamada "lista sábana" (la cruel manera aplicada por los partidos políticos para meter al Parlamento a los mediopelos, ignorantes e inútiles) de modo que la ciudadanía tenga la posibilidad de elegir uno por uno a los parlamentarios que consideren de su confianza y útiles para la nación.
En este reclamo estaba yo en la red Facebook hasta que ahora no puedo entrar más a mi cuenta. En fin. Por eso vuelvo a insistir, pero ahora por medio de este blog, aunque sé que carece de la efectividad inmediata como para movilizar a la gente.
Porque ahí está la clave, en la movilización. Los senadores no hubieran prestado atención al reclamo surgido desde las redes sociales si no nos disponíamos a ocupar la Plaza de Armas, frente al Parlamento Nacional de Paraguay. Y ocupamos por tres días.
Dicen que los paraguayos nos estamos despertando. No estoy muy seguro que hayamos estamos dormidos profundamente; sí, que estabamos maniatados por un sistema perverso y de múltiples causas y efectos. De todo eso nos sacudimos finalmente. Y hoy los paraguayos salimos a la calle, gritamos, exigimos, reclamamos a nuestras autoridades a comportarse con decencia y a trabajar duro.
Ya estoy acostumbrado a recibir golpes por el uso que doy a la red social. Ya una vez me pasó con la movilización de la gente a favor de la candidatura de un paraguayo para el Premio Nobel de la Paz. Juntamos más de 50.000 adherentes en Facebook. Por detrás se filtraron los oportunistas que intentaron obtener beneficios económicos de la idea y, los que se molestaron por sugerir a un paraguayo para tan respetable galardón. Me "hakearon" (¿así se escribe?) y me sacaron del grupo que yo mismo cree.
En las redes estamos de todos, los perseverantes, los cobardes, los valientes, los sensatos, los necios, los irresolutos, los calentones, de todo.
Lo que no podemos negar es la efectividad de las redes; los egipcios tienen buenas experiencias.
En sístesis, lo que les quiero decirles es que así no esté pudiendo retornar a Facebook reclamaré desde aquí la total liberación de las listas para diputados y senadores; reclamaré decencia a los que ejercen el poder en mi país; exigiré como ciudadano la rendición de cada centavo que se pone en sus manos e, igualmente, reclamaré que los que han hecho mal la tarea reciban el castigo merecido.
La democracia no debe ser blanda con los delincuentes. No tiene por qué ser blanda.
Me quedo tranquilo con mi consciencia. No hice nada mal al reclamar, al exigir, al llevar contra las cuerdas a los parlamentarios que preparaban otro festín a nuestra cuenta. Facebook me puede sacar de la red, pero de donde no podrá sacar es a la ciudadanía que ya ganó la plaza.
En mi último post en Facebook escribí algo breve que se refería a la no sesión de los senadores porque, según argumentaron nuestros representantes, no pueden reunirse bajo presión y yo, por eso dije "¡qué maricoones!". Y fue mi último post. Para Facebook yo le habré faltado el respeto a los parlamentarios chorros de Paraguay, cuando que son ellos los que nos faltan el respeto.
De todas maneras, yo seguiré martillando desde mi blog para que los líderes paraguayos aprendan a ser gente, a portarse bien, a trabajar por la patria y no por sus bolsillos.