Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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miércoles, 1 de julio de 2009

¿De qué se quejan?

A veces tengo ganas de decir a los nuevos periodistas que no se quejen de su trabajo y, mucho menos, que anden afirmando, sin ton ni son, que el periodismo es estresante (no hay nada más divertido que este oficio). Deben reconocer que hay mucha libertad de prensa en Paraguay ¡Vaya que se puede escribir y decir cualquier cosa!
Los colegas, de esos que nunca faltan, que se quejan hoy me hubiera gustado que hayan estado en los tiempos de la dictadura para que sepan - para que sean libres de la ignorancia - lo que era ejercer la comunicación a punta de fusiles. "Para que vos sepas", como decía el recordado Chiqui Lezcano, cronista de deportes.
Casualmente hoy, 1 de julio de 2009, se cumplen 40 años de un decreto de Alfredo Stroessner que, una vez más, llevaba contra las cuerdas a la libre expresión. El 1 de julio de 1969, el dictador firmaba el decreto 5.904 que "prohibe la propagación de toda información o noticia oral o escrita que directa o indirectamente contrinbuyera a la susistencia o agravación de los hechos de conmoción interior que son del dominio público, durante la vigencia del Estado de Sitio".
Un 1 de julio de 1986 también fue expulsado del país el padre Javier Alcorcón, director de radio Cáritas, sin que la Justicia por eso haya movido un dedo.
Felizmente los periodistas de hoy ni siquiere tienen idea de lo que fue un estado de sitio que, por ejemplo, obligaba a que los restaurantes se cierren a la 1 de la madrugada, que los policías o militares entraban a la casa de uno sin aviso previo, o que se era detenido en la calle para, si los represores así querían, desaparecer de un plumazo.
Hacer periodismo en medio de ese trajín era otro cantar. La dictadura fue implacable con toda la prensa.
Hoy, mediante la libertad de prensa se llega a las fronteras del hartazgo, contaminación, obesidad, exceso, informativos, a lo que debemos añadir aquellas difamaciones y calumnias arropadas de noticias.
Entonces, ¿de qué se quejan algunos periodistas del nuevo tiempo?

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