Detrás de la puerta, esto

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Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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jueves, 3 de abril de 2008

Nicanor y Mugabe

Zimbabue es noticia ahora en España. Desde hace una semana los diarios dedican importantes espacios a las elecciones presidenciales en aquel país del sur africano. Allí, un dictador - Robert Mogabe - apela al recurso de todo dictador: trampas por aquí, amenazas por allá, sobornos acullá, para no abandonar el poder que mantiene cautivo y que lo cautiva desde la segunda mitad de 1980.
El país era muy rico hasta que don Mogabe se hizo del sillón presidencial. Hasta entonces, todo lo que allí brillaba era oro
En los periódicos españoles leemos que con Mogabe la inflación de aquel país es actualmente de unos 150.000 % y una tasa de desempleo por sobre el 80 %.
Parece que estas minucias no importa mucho al dictador por eso volvió a presentarse a elecciones, pero como ya no era suficiente coimear a inocentes y pecadores; como los zimbabuenses comprendieron que es mejor un presidente capaz de generar empleos que uno que corrompe con dinero, dejaron de votarle. Pasaron los días y nada se sabía con certeza del resultado de las elecciones. Todo hacía suponer que Mogabe perdió.
La noticia del 3 de abril de 2008 dice que perdió, pero que no perdió demasiado sino lo mínimo como para obligar a otra vuelta electoral. Y el opositor ya habría aceptado que ganó por escaso margen, lo cual ya nos huele a aceite quemado. Tal es la pobreza y la corrupción, pienso, en aquel país africano, que cualquier "negociación" entre políticos podría ocurrir. Claro, reconozco: estoy prejuzgando, con el derecho de quién sufrió tanto de estas universales cosas políticas en países del Tercer Mundo. Si alguna nación sabe tanto del sufrimiento por causas de políticos perversos esa es la nuestra.
No puedo dejar de referirme a Nicanor Duarte Frutos al leer noticias de las elecciones presidenciales en Zimbabue. Nicanor también arrasó con la economía de Paraguay. Empobreció al país con la complicidad de sus correligionarios colorados y de la legión de paniguados militares, jueces, dirigentes sindicales y empresariales, funcionarios públicos y algunos periodistas muy conocidos de Asunción.
Alguna diferencia, sin embargo, podemos anotar a favor de Nicanor: en menos de cinco años logró lo que su colega africano no alcanzó sino en 20 años, provocar la masiva migración de sus compatriotas.
Entonces podemos decir que Duarte Frutos - con quién me agradaría hablar cara a cara, micrófono de por medio, el 16 de agosto de 2008 - es casi igual que Robert Mugabe. Nicanor también "peluqueó" al Paraguay y con su partido cerró empresas, dio carta blanca a una legión de contrabandistas pesos pesados, abrió tranqueras a los narcotraficantes, "garantizó" la tarea de carteristas, piratas del asfalto, rateros, robacoches, polibandis y peajeros a lo largo y ancho del país. "Facilitó" - ya lo dije pero lo que abunda no daña - la emigración de más de un millón de paraguayos hacia cualquier parte del mundo e hizo posible que, si bien la inflación no sea como la del país africano, llegue a niveles suficientes como para que miles de paraguayos se rebusquen en las bolsas de basuras para comer, para que las mujeres se prostituyan, para que los niños dejen de ir a las escuelas y cientos de miles de familias se pulvericen.
Nicanor y Mugabe, pues, tienen mucho de parecido, aunque uno sea medio blanco y; el otro, negro....

1 comentario:

Ayala dijo...

Frustrante! Un largo comentario a este interesante articulo se me acaba de borrar en el complicado proceso de enviarlo! Por favor, ayuda! Saludos cordiales, Mirtha AYALA.