Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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lunes, 30 de junio de 2008

Entorno

Fernando Lugo está formando su equipo para encarar la responsabilidad de su gobierno. Como para un buen partido de fútbol, está seleccionando los hombres que creen que serán capaces de defender su valla, crear buenos juegos, marcar goles y ganar el partido. Y como en el fútbol, en esto de conformar equipos para gobierno somos todos directores técnicos, siempre tenemos algunas ocurrencias para justificar que tales o cuales jugadores no merecen entrar al campo de juego porque pertenecía al entorno de Stroessner, Rodríguez (los menos), Wasmosy, Lucho, Nicanor, Lino, Laíno, Ña Deló, Ña Filó, Ña Taní, Albino Jara, Higinio Morínigo, José Gill, José P. Guggiari, Eligio Ayala, Patricio Escobar, etc., etc., etc.
Cuando se habla de “el entorno de”, es como una tarjeta roja: expulsado.
Había una periodista radial de aquellos infaustos días posteriores al gobierno de Stroessner que hablaba mil groserías por hora contra el que sería el presidente Juan Carlos Wasmosy. Pero con el tiempo pasó a ser nada menos que la directora de su radio. También se había “lucido” en aquel certamen de lenguaraces de 1999, cuando Luís María Argaña fue asesinado, con lo que se hizo de una radio.
Parece que en Paraguay esto de hablar groserías y barbaridades varias es un buen negocio, al menos para algunos, quienes, dentro de esta “profesión” encontraron una palabrea clave, seductora, certera: entorno.
Cuando no están de acuerdo con que una persona forme parte, no sólo del poder ejecutivo, legislativo o judicial, sino hasta de las asociaciones de vecinos y clubes para partidos de potreros, extraer de sus respectivos sombreros mágicos la palabra, que dice todo, pero para el sentido común dice nada.
Entorno es el ambiente, lo que rodea, define la Real Academia Española.
Leí en un importante diario asunceno que tal persona no puede ser colaboradora de Fernando Lugo porque fue del entorno de tal o cual presidente. Todavía si dijera que esa persona es inepta y corrupta porque, durante el gobierno de aquel presidente se lo sorprendió con la mano en la masa y que la justicia se expidió contra él y que el presidente también recibió el castigo merecido.
No. Nada de eso.
Se dice que es “del entorno” de aquel presidente y ya está. ¿Y qué pasa si aquella persona “del entorno” era una persona decente, que nunca tuvo reparos de nadie y que estuvo trabajando en el gobierno porque sencillamente es capaz de ocupar el cargo y para el efecto tiene el respaldo de la Constitución Nacional? No. Es “del entorno” y a otra cosa, como acostumbramos a liquidar las cosas, con criterios dictatoriales y poco razonables.
Conozco a directores de diarios que, a propósito, eran muy amigos de Wasmosy, por ejemplo, pero que después fueron sus peores enemigos porque, ¡vaya a saber!, algo no funcionó para que ciertos negocios, a lo mejor, no pudiera hacerlo al amparo de su gobierno. Nadie da puntadas sin hilos en Paraguay, mucho menos algunos que están al frente de las comunicaciones.
Fernando Lugo debe poner a los hombres que le sean útiles en el equipo así sean colorados, liberales, encuenstristas, patriaqueridistas, comunistas, derechistas, centristas, católicos, protestantes, budistas, ateos, cerristas u olimpistas. Será él quién marca el ejemplo para todos los integrantes de su equipo jueguen el partido que permita ganar. Entre tanto, los demás mantengámonos alertas para criticar sus errores cuando sus jugadores están en el campo.
Los paraguayos debemos empezar a tolerarnos, de lo contrario no seremos sino lo mismo que los colorados de Stroessner que no se cansaban de gritar: “¡el mejor amigo de un colorado es otro colorado!”. ¡Basta con esas tonterías!

domingo, 29 de junio de 2008

Tercera Región

Nadie sabe a ciencia cierta cuántos paraguayos estamos en el exterior. Algunos hablan de un millón mientras que otros mencionan más o menos cantidad. Solamente en España estamos al menos 150.000. Escuché decir a un compatriota residente en la Madre Patria desde hace más de 20 años que “antes nos empeñábamos en encontrar un paraguayo por las calles de Madrid para hablarles en guaraní; ahora debemos escondernos unos de otros. Ya somos demasiados”.
Esta respetada cantidad de inmigrantes paraguayos en España inspiró la creación de varias decenas de asociaciones pero sin mayor peso para resolver sus problemas más acuciantes: trabajo, documentación, vivienda, salud, etc.
Deseos e intentos de conformar una gran asociación de paraguayos en este país europeo hubieron muchos, siempre fracasados, hasta que, finalmente, prendió la mecha en el mes de junio de 2008 conformándose la llamada Confederación de Asociaciones de Paraguayos en España (CAPE), parida el 29 de junio de 2008 en Madrid con la asistencia de representantes de al menos 13 asociaciones y de otras cuatro a ser formadas.
Esta confederación respalda el proyecto “Tercera Región” (3-R) que consiste en la directa participación de los inmigrantes en los asuntos que le afectan, directa o indirectamente, fuera o dentro del país.
Concretamente, R-3 propone insertar a referentes de los paraguayos en el extranjero en las instancias del poder de modo a dar resultados prácticos y válidos en la resolución de los problemas que le aquejan.
Es encomiable la buena voluntad de los paraguayos en España de unirse. La solidaridad no se hizo esperar y en menos de un mes han resuelto conformar la tantas veces postergada confederación de asociaciones.
Este es el primer paso.
El siguiente será más duro.
Reclamará trabajo a puro pulmón. Demandará mucha entrega, muchas noches sin sueños, largos viajes, infinita paciencia para resolver cada uno de los problemas que aquejan a los compatriotas que mensualmente envían dinero al Paraguay.
Los inmigrantes paraguayos en Argentina, España, Estados Unidos, Francia, Italia y en otros varios países son hoy demasiado importantes en la generación de divisas al Paraguay como para desentenderse de ellos. Sólo de España está llegando a Paraguay algo más de 700 millones de euros al año, suma que permite sostener la raleada economía nacional; por lo que es lógico pensar en la receptividad de la implementación del 3-R en el gobierno de Fernando Lugo.
Desde luego, si en el extranjero están al menos 1.000.000 de paraguayos por carecer de oportunidad laboral en nuestro país, es sensato pensar en la implementación de un ministerio de la Migración que atienda especialmente a los paraguayos que están radicados en el exterior y a los que retornan al país.
La voz de cada uno de los migrantes paraguayos en el extranjero durante el congreso de los emigrantes en Asunción el 9 de julio será importante, trascendente y sobre todo útil en la búsqueda de soluciones mediatas e inmediatas a la hemorragia paraguaya hacia lejanos confines del planeta.
Por ahora, los inmigrantes paraguayos en España deben estar felices: por fin conformaron la confederación que tanto procuraron. Buen comienzo para fines concretos y útiles.

sábado, 28 de junio de 2008

El hombre que caminó 35.000 kilómetros

Francisco Montero Calvache tiene 71 años de edad, aunque aparenta no más de 50 años; nació en Granada, Andalucía y un día, deseando morir, hizo una proeza que hombre alguno en los últimos tiempos pudo repetir: caminar 35.000 kilómetros, desde su casa, en el sur de España, hasta el Tibet, por lo que tiene el certificado del Guinness 1996 para dicho record. Vive actualmente en Campo Real, a unos 30 kilómetros de Madrid, donde el pasado 18 de noviembre cayó de la escalera y se rompió en cuatro partes el fémur izquierdo, sin que se haya repuesto hasta ahora. Nadie le presta atención, vive sólo y, vencido por la soledad y el dolor, quiere morir.
En la planta alta de la casa, en la calle Antonio González Gordón al número 11, ve un poco de televisión y fuma su cigarrillo. No puede bajar los escalones de su casa porque el fémur izquierdo se le había roto en cuatro partes y para restablecerlo la intervención médica no fue tan afortunada como hubiera esperado. Tiene 71 años, aparenta 50, pero en sus arrebatos de sinceridad se asemeja a un hombre de 100 y pico de años.
Esta tarde llueve sobre su pueblo, Campo Real, Madrid. Y hace frío. En la sala de la casa nos cuenta su larga y rica historia humana y también se queja por su estado de salud. “Yo que caminé tanto, ahora me cuesta dar un paso”, nos dice mientras, apoyado en un bastón se sienta en su lugar de todos los días en este espacio de unos siete a ocho metros cuadrados.
Las cuatro paredes están llenas de recuerdos: fotos, medallas, certificados, insignias. “Son los que me acompañan, son recuerdos de mi caminata de cuando quise morir”.
- ¿Morir?
- Sí. Encarnación, mi esposa había muerto por causas del alcoholismo. Fue un 24 de diciembre de 1980. Yo sin ella ya no quise seguir y quería morirme, pero no tenía coraje para pegarme un tiro. Entonces tomé la decisión de salir de casa e ir, a cualquier parte, para que me muera de hambre, frío, calor, cansancio o que algún vehículo que atropelle. Salí el 1 de enero de 1986 y caminé durante 101 días. Llegué a Ciudad del Vaticano, donde, mediante la periodista Paloma Gómez de TVE, hablé con el Papa Juan Pablo Segundo. Yo quería alguien que me aplacará mi tristeza; el Sumo Pontífice no me aplacó. Paloma me ayudó a pagar mi pasaje de vuelta en tren a Granada y seguí triste.
- ¿Qué hizo después?
- Me preparé a volver a salir. Pensé llegar de nuevo a Roma. Llevé muy poco equipaje; ¿para qué?, yo quería morir. Comía lo que tenía a mano, lo que me daban; dormía en alguna casa donde me recibían, o bajo los puentes. En algunos lugares trabajaba y ganaba un dinerito, así continuaba. Por donde llegaba me reporteaban los diarios y por eso me pagaban. Cuando llegué por las cercanías de Italia, miré el mapa y noté que no quedaba lejos Luxemburgo; no sé, unos 500 kilómetros, lo cual no me parecía tanto para caminar. Ya que estoy cerca me iré a conocer ese lugar, me dije. Fui y me encantó. Luego dije, pero aquí cerca está Bélgica. Fui a Bélgica y seguí caminando hasta llegar a Oslo y Helsinki, en Finlandia.
- …
- (quema un cigarrillo) En Finlandia tomé un tren y descendí en la estación de Varsovia, Polonia, justo en el día en que asumía Lech Walesa como presidente de su país. Como encajaba con mi llegada me dispuse ir a visitarlo. Le dije a los guardias que Lech es premio Nobel de la Paz y yo “el peregrino de la paz”, accedieron luego de algunas conversaciones entre ellos y llegué al nuevo presidente, quién me dio un certificado firmado por él que yo estuve allí.
No encontraba sin embargo razón para continuar viviendo, entonces andando por el este Europeo me dijeron que viajara a Calcuta, India; miré mi mapa y vi que quedaba lejos y me dispuse a ir, porque me aseguraron que allí la madre Teresa de Calcuta me ayudaría a sanarme. Llegué a ella. La conocí en persona, es una santa y me regaló un rosario. Pero yo no encontraba la paz verdadera como para seguir viviendo.
- Entonces, ¿qué hizo?
- Me dijeron que llegue hasta el Dalai Lama, el líder espiritual del budismo tibetano. Caminé hasta alli y creo haber encontrado con esa gente, en su espacio, en su paz la mía. Ya había completa 35.000 kilómetros de caminata. Y volví a Granada, donde busqué un trabajo y volví a mezclarme con la rutina, con el consumismo que no es compañera de la paz.
- ¿Cómo se enteró Guinness de su proeza?
- En mi trabajo, un jefe mío me alentó a juntar todos los recortes de diarios y revistas, las medallas, fotos, los certificados y que informe a Guinness; así lo hice, vinieron a casa, conversaron conmigo, comprobaron todo cuanto les dije y me dieron el certificado respectivo.
(Publicado en la edición del mes de junio de 2008, del periódico madrileño "Euro Mundo Global")

viernes, 27 de junio de 2008

Ir o venir

Ahora que la cosa, entendida como la oportunidad del trabajo, no está bien ni en Paraguay ni en España se presenta el dilema de qué hacer. Hay quiénes se aferran a la idea de quedarse en España, si ya estuvieran aquí y; quienes prefieren retornar a Paraguay, porque no tienen trabajo.
También están los que, a cualquier precio, desean salir de Paraguay.
Por todo lo que sabemos a diario a través de Internet, en nuestro país el panorama es poco menos que tétrico. Un amigo me dijo en estos días que a medida que son nombrados los nuevos referentes del gobierno de Fernando Lugo no se vislumbran esperanzas de mejores tiempos. A mi parecer esto es un juicio apresurado. Es más, no debemos esperar de las personas nombradas en el Ejecutivo el anhelado cambio sino de todos nosotros.
Pienso que si añadiéramos un poco de optimismo a nuestros pensamientos mucho estamos aportando para que en el país llegue el cambio. Eduard Lorenz decía que el aleteo de una mariposa en Australia puede desencadenar un tornado en Nueva York. Bien valga este famoso principio “de la mariposa” o “del caos” para comprender que cada uno de nosotros es esa mariposa.
Otra persona amiga me habla desde Paraguay sobre la famosa “calidad de vida” que hay en España. Frente a muchos países de América Latina y África aquí hay mucho más calidad de vida, pero el trabajo empieza a escasear. Así las cosas, no es suficiente pensar que en la Península Ibérica hay calidad de vida; hay que pensar, sobre todo, si aquí hay trabajo para todos. Sin trabajo que permita un sueldo no hay calidad de vida.
Para disfrutar de todo lo bello del Primer Mundo se requiere del dinero.
Muchos paraguayos en Paraguay no tienen la menor idea de la paupérrima vida que llevan miles de paraguayos que mandan dinero a Paraguay mensualmente. Por dignidad y pudor la mayoría no cuenta que, por ejemplo, deben dormir amontonados en cuartos de tres por dos metros; que por que no falte nada en Paraguay muchos dejan de comer y, ni qué decir, asistir a las fiestas; que para vestirse concurren a Cáritas, de la Iglesia Católica.
No es el caso de todos, pero este mal tiende a crecer.
Del mismo modo y en el otro extremo de esta misma recta está el Paraguay. Algunos viven bien de su trabajo; otros, apechugando y; muchos, bastante mal.
¿Qué haría usted si fuera un desempleado en un país distante 13.000 kilómetros del suyo?, ¿seguiría aquí porque aquí hay “calidad de vida”?, ¿si no tiene dinero en la cartera, de qué “calidad de vida” me está hablando?
Ahora que ya se preparan los hombres nuevos a asumir responsabilidades públicas en Paraguay ¿qué podemos hacer nosotros, cada uno, individualmente, por nuestro país, aparte de quejarnos?

No te calientes nunca

Como si la prudencia lo abandonara intempestivamente. Su lasciva mirada pasea por el cuerpo de la trigueña como si nadie lo observara. Allí estaba ella tendida, boca bajo, en la arena de Valencia, tomando todo el sol posible en el nuevo verano mediterráneo. No se percata que el moreno lo miraba sin pudores por proteger.
Instaló su sombrilla a pocos metros de la mujer, cuya biquini dorada, resaltaba aún más la tersura de su piel. El hombre, un panzón, de mediana estatura, bermudas verdes y camiseta blanca y roja a rayas verticales, extendió el quitasol, con el logotipo de una empresa de comunicaciones de su país; extrajo una toalla azul, la extendió en la arena, y se tiro sobre ella.
La colilla de su cigarrillo tiró a un par de metros de él. También la goma de mascar que, al minuto, la pisó una señora gorda de pronunciados michelines y de traje de baño enterizo negro.
El hombre se acomodó para continuar leyendo a partir de la página 27 de su libro “El amante lesbiano”, pero no podía concentrarse en la lectura. La de amarillo lo tenía aturdido.
Garraspeó una, dos veces intentando hacerse sentir ante la mujer de amarillo. Pero nada.
Las dos jóvenes violentaron su pulso.
- ¿Eso es de verdad? - se preguntó mientras separaba el anteojo de sol de sus ojos.
Eran dos mujeres de unos 20 y pico de años, rubia, una; trigueña, la otra, que charlaban animadamente mientras paseaban al lado del mar.
Ellas caminaban sin corpiños con los pechos al aire.
El hombre sintió como cien caballos galoparan en sus entrañas y que su sangre se concentraba en las cercanías de su ingle. Sintió afiebradas sensaciones que le hacen manejar por instintos.
Interin la de dorado se puso boca arriba para dejar también sus senos a expensas del sol.
- ¡Choore!, ¡esto jamás vi en Paraguay! - exclamó completamente descontrolado. - ¡Mamita, tesoro sos mi encanto, te voy a dar todo lo que me pedís y …!
- ¿Pasa algo? - escuchó preguntar a sus espaldas.
Eran dos hombres vestidos de azul, policías.
- ¿Me permite su DNI? (documento de identidad español), solicitó uno de ellos. Le extendió su pasaporte azúl.
- Usted tiene vencido el plazo para permanecer en este país. Acompáñenos, por favor ….

jueves, 19 de junio de 2008

Estafan por envíos de carga a Paraguay

Las quejas son una constante entre los usuarios. Ordenan el envío de encomiendas y cargas a tales o cuales empresas paraguayas y terminan muchos con que sencillamente fueron estafados. “Los inocentes pagan por los pecadores”, dice Eligio Palacios, de “Tajy, envíos a Paraguay”. Los inmigrantes guaraníes apelan a este medio para remitir ropas, muebles, artículos electrónicos, electrodomésticos, libros hasta coches, que en varios casos nunca llegan a los destinatarios.
Palacios, que durante la entrevista con EURO MUNDO GLOBAL estuvo en compañía de su socio en el emprendimiento, el también paraguayo Alberto Vega, es parte de la docena de empresas paraguayas instaladas en Madrid para atender este negocio entre los de aquel país sudamericano. El entrevistado dijo a este periódico que “para empezar yo tengo mis documentos en regla, sendas oficinas y depósitos en España y Paraguay, un teléfono fijo al cual nos pueden encontrar todas las personas a quienes prestamos servicios”.
La mayoría de los paraguayos que operan en el envío de encomiendas a nuestro país desde España carecen de documentaciones de residencia por tanto, toda gestión efectúan al margen de la ley española, lo que les obliga a dar a conocer apenas sus números telefónicos móviles (de celulares). Periódicos paraguayos que circulan en Madrid una vez por mes publican regularmente avisos de empresas que hacen trabajos de este tipo, donde la única referencia postal publicada es el número de un teléfono celular.
La ventaja que tienen estos empresarios sobre la mayoría de los usuarios paraguayos es que estos carecen de papeles por que prefieren no denunciarlos en las instancias respectivas.
“Algunos bicicletean con el dinero cobrado por adelantado o sencillamente la usan y dejan de despachar sus cargas, apelando al engaño a los que reclaman”, dijo Palacios, “lo que nosotros no hacemos. Nuestros clientes saben donde estamos, quiénes somos, que estamos radicados legalmente en España, cuestiones válidas para ganar la confianza”.
Dijo también que en Paraguay hay mucha violación de cajas, aunque él admitió que a su empresa jamás le tocaron nada ni en España ni en Paraguay.
Los envíos al Paraguay están sufriendo encarecimientos por el creciente precio del petróleo. Por cada caja de 60 x 50 x 50 centímetros se paga entre 70 y 85 euros, sin límite de peso. El entrevistado dijo que la carga más pesada enviada por un cliente tenía 110 kilos y era una máquina semi industrial. La carga llega en un promedio de 60 días a Paraguay.
(Publicado en el periódico madrileño “Euro Mundo global” del mes de junio de 2008)

Tema afín: www.puertademergencia.com/index.php/component/content/article/103-paraguayos-en-espana/732-transportadores.de-paquetes-estafan-a-paraguayos-en-espana

Informconf el último vestigio stronista

                                            (Foto: diario La Nación)
En enero de 1963, cuando el dictador Alfredo Stroessner hacía lo que quería en Paraguay, se creaba una sociedad privada que, con el tiempo, pondría en jaque a cientos de miles de paraguayos. Con la bendición del detestable militar sudamericano se hizo omnipotente un tal Venancio Castillo, mentor y artífice de Informes Confidenciales Sociedad Anónima (Informconf).
Esta empresa lucra desde entonces con las informaciones de las personas que cayeron en desgracia comercial, empresarial, financiera y crediticia en el país sudamericano.
La dictadura militar mantuvo bajo sus botas a todos los diarios, radios, revistas, partidos políticos, sindicatos, gremios, clubes deportivos y sociales, empresas, iglesia; no así, a Informconf.
En la década de 1980, a propósito, en Paraguay funcionaba una empresa privada llamada Banco Paraguayo de Datos (BPD) que hacía recorte de diarios, producía publicaciones y los vendía.
El BPD fue perseguido por tierra, mar y aire por orden del dictador, hasta que fue desmantelado, sus responsables metidos en los calabozos policiales, mientras que otros escaparon al exilio y; sus archivos destruidos. Unos cuantos románticos de la época pensaron que se podía tener un negocio de ese tipo en las comarcas del dictador.
El manejo de la información era exclusividad de Stroessner,; de su ministro del Interior, Sabino Augusto Montanaro, y de su tenebroso jefe de Investigaciones, Pastor Milciades Coronel. Nadie debía saber más que ellos sobre cada político, empresario, periodista, empleado, mecánico, albañil, maestra, diputado, senador, ama de casa, despensero, vendedor de periódicos. Nadie.
Con la excepción: Informconf.
Mientras La Tribuna, ABC, Ultima Hora, El Pueblo, Aquí, El Enano, Criterio, periódicos paraguayos eran arrasados por los policías de Stroessner, el archivo de datos de Informconf era intocable y seguía ileso y campante proveyendo informaciones a quien pague por ellas sobre personas y empresas, pese a proclamar que “bajo ninguna circunstancia Informconf divulgará cualquier información acerca de un individuo a terceras personas”.
Desde su creación accedió a los arcanos del Poder Judicial, santo santorum del dictador, para extraer la información de su apetencia. Era el él único que podía tomar el vino de la sacristía, para que, con el tiempo, pueda reunir “ciertos tipos de información acerca de nuestros usuarios”, como advierte con cierto desparpajo en su página web.
                                                (Foto: Internet)
Cayó Stroessner pero informconf siguió su hoja de ruta. Continuó creciendo; creó una oficina para cobrar a los morosos, que si no pagan sus datos personales iban a parar en su banco de datos, cacerola donde hierve hasta despellejarse la víctima de turno. Como juez y parte adquirió poderes que, quizás, no tenga ni la CIA de los Estados Unidos.
Cuando esta empresa privada decidió mandar los datos del deudor (que en Paraguay son millones por el cierre de bancos, financieras y la quiebra de miles de empresas de grandes medianos y pequeños portes) y lucrar con su banco de informaciones los desempleados quedaron como atrapados sin salida, optando la migración para mantener a la familia. Así lo hicieron y, desde donde están, los afectados envían dinero al Paraguay para que aquello no deba colapsar aún más. Muchos miles de estos inmigrantes paraguayos fueron acosados por Informconf hasta arruinarlos. Esta empresa también tiene su buena cuota de responsabilidad en la quiebra del país.
¿Qué piensa hacer el nuevo gobierno para frenar el poder de esta empresa privada?, ¿seguirá teniendo Informconf tanto poder como cuando nació y se enriqueció en tiempos de la dictadura?
(publicado en el períodico madrileño "Euro mundo Global" del mes de junio de 2008)