Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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jueves, 12 de septiembre de 2013

Eso que dicen que es una plaza

                                                 La "plaza" de la Democracia. 

En Asunción hay cuatro manzanas juntas que son la gran plaza emblemática de la ciudad a saber: la que está frente al Hotel Guaraní, al que llaman desde no hace mucho “Plaza de la Democracia”; la que está frente al ex cine Victoria, llamada “De la Independencia”; la que está frente al Edificio Independencia, conocida como “Plaza O´leary” y; la del Panteón Nacional de los Héroes al que llamamos “De los Héroes”.
En estas cuatro manzanas, en tiempos anteriores,  estaban las casas de Rodríguez de Francia, Francisco Solano López y el Mercado Guasú donde no sólo se mercaba sino se intercambiaban las novedades acaecidas en la Asunción colonial y por donde pasaron los personajes más populares de esta Madre de Ciudades.
Estas plazas son el centro del que al principio fuera un fuerte fundado a orillas de la Bahía de los Carios por el tropero Juan de Salazar y Espinoza el 15 de agosto de 1537.
A mediados de la década de 1990, durante la administración municipal de Carlos Filizzola la coqueta como gallarda plaza que está frente al Hotel Guaraní se fue, como se dice comúnmente, al mazo. A cuentas de aprovechar el subsuelo de la plaza para estacionamiento de vehículos, en la superficie dejó un mamotreto que solo genera indignación entre la gente, sobre todo en los asuncenos que, legítimamente, consideran que en sus derechos fueron violados por el médico, entonces intendente.
A lo mejor esta destrucción de la plaza generó también el alejamiento de la gente del microcentro. A nadie se le ocurre visitar las cuatro plazas y encontrarse con un mamotreto en el sitio donde habían flores, verdes, camineros señoriales y una fuente musical. Filizzola, el mismo senador socialista, se anotó el desprecio de la sociedad asuncena desde aquel entonces, además por haber esfumado un platal de la municipalidad cuando la crisis bancaria de aquellos tiempos.
Alguna vez se volverá a recuperar la plaza dañada, a la que desde hace casi 20 años nadie más visita sino borrachos, drogadictos, rateros y mercaderes del sexo.  A lo mejor el intendente Samaniego toma en serio la recuperación de la plaza eliminando las construcciones de cemento que el luguista mandó hacer en el sitio, dejando el estacionamiento subterráneo como está.

Recuperada la plaza destruida, a lo mejor la gente vuelva al microcentro; por ahora ,solo a un masoquista se le ocurriría andar por sus alrededores y, sobre todo, sentarse en sus bancos que tampoco tiene, sí un chimenea extraña, semejante a un extravagante y gigantesco pene.

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