Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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jueves, 30 de diciembre de 2010

El guaraní

Un señor vecino me preguntó si yo hablo guaraní. Le respondí que sí, que como todos hablo el "guariñol", el mezclado o "jopará". Muy poca gente habla el guaraní puro, como los académicos, los conductores de programas radiales o de televisión, como Lucio Ruíz Díaz o Ramón Silva y por ahí se va cerrando.
Yo también digo en castellano lo que no sé cómo se diría en guaraní. "Chembo problema che celular", es el título de una conocida polka jahe´o (plañidera). ¿Cuántas veces escuchamos decir al campesino "nda conocei la solución upe problema pe" (desconozco la solución a ese problema); "a agradecé tereí ndeve" (mucho le agradezco).
Si buscamos un guaraní puro entre los campesinos paraguayos probablemente no encontremos. Todo es jopará.
El que habla guaraní es muy permeable al castellano como a los modismos. "Ijetu´u", "jaiku´a voi upeva", "oikoité", "o veveté", " e pillá pio", "purete", son frases y palabras surgidas de las profundidades de la criollada reciente. Un tiempo, por la década de 1960, era frecuente escuchar "nakore", "flamante, heí i revolver pyahuva", "ejerana"...
Hoy se dice en guaraní "gracias" cuando agradecemos o "gracia mante". Generaciones anteriores a las nuevas acostumbraban el "diose lo pague" o "aguyye ndeve". "Guyyevé" es agradecimiento que hoy prácticamente está en desuso.
En algunas partes del interior, como en Villarrica, se mantiene la costumbre del "adiós" de los caminos, una costumbre indígena y al cual se refiere Carlos Zubizarreta en "Acuarelas Paraguayas".
En Villarrica es rigor social saludarse en la calle con el sencillo "adiós". Allí solo los mal educados y desubicados dejan de saludar, todo un pecado social para la comunidad guaireña.
El "adiós", que nada tiene que ver con el idioma propiamente dicho sino con la costumbre, es para los villarriqueños algo de gente amable (jhoryva), gestado en la matriz de su antigua hospitalidad.
A propósito, la hospitalidad del paraguayo es, al decir de Zubizarreta, para él deuda "y no constituye mérito ni favor". Es profundo, solo los paraguayos entendemos este lado del coterráneo, nuestro lado.
El guaraní es rico en frases propias, aunque ellas estén matizadas de castellano; frases que sostuvieron al paraguayo en sus momentos más difíciles. En ellas se evidencian sus pensamientos, tendencias, sus deseos, angustias, rencores, su verdadero perfíl.
"Kuña ha caramelo sapy´aiterä" (mujer y caramelo es nada más que para un momento) denota el machismo heredado del indígena y del conquistador español. "Ate´y opá mboriahupe" (la haraganería genera pobreza) promueve el trabajo, la creatividad, el entusiasmo por producir. "Bailerä: músico,mitä rusú, cuñá, guaripola, mirón ha permiso" (Para un baile: músico, jóvenes varones, mujeres, caña, mirones y permiso) denota sobre todo tiempos de tensión política en Paraguay (por lo de "permiso", policial, para organizar fiestas bailables).
El paraguayo no se complica a la hora de hablar en guaraní. Habla jopará y ya está. "A cargata saldo che celularpe", no necesita traducción al castellano, es el guaraní del criollo más "puro". El campesino dice "tele" o "televisión", incluso "cable" al aparato receptor de televisión y no "ta´angá mbyry" como intentaron los puristas del guaraní. "Ndoikoi upeva" (no es así) diría el pila y a otra cosa mariposa.
Dicen que los paraguayos, sobre todo los campesinos, son resistentes al castellano, pero en su cotidiana manera de hablar se nota que no es así. Lo que sí no es del "pila" el uso del castellano como idioma corriente por temor a las chanzas del par quién no dudará en atacarle con un mordaz "moó pio ñembo castellano" (¿de donde sale este hablándonos en castellano?) con lo que todo intento por avanzar con dicha lengua queda en la nada y como caso cerrado.




1 comentario:

francisco dijo...

Y hablando del uso de "adios" me viene a la memoria lo que cuenta el finado Monseñor Saro Vera,un inovidable amigo, en uno de sus libros de paraguayismo; que cuando salieron con un amigo argentino a pasearse por las calles de Villarrica, al cruzarse con cada transeunte era el saludo con un adios. El "curepa" sorprendido dijo: pero como che, aquí se conocen entre todos.