Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

Temas disponibles en este blog

miércoles, 12 de agosto de 2009

Vender a los rusos y comprar a los chinos

A mi me parece bien que los paraguayos consumamos yerba mate nacional y no la de otros países, como supongo que los argentinos, por ejemplo, preferían la yerba argentina, a la paraguaya. Siempre y cuando el producto sea bueno y, sobre todo, barato. Si el bolsillo no da es imposible comprarse un producto caro, por nacionalistas que fuéramos.
Si la yerba paraguaya se pone cara, seguro que comenzará a entrar yerba argentina más barata. En tanto y en cuanto tengamos plata en la cartera como para pagar podemos darnos el gusto de comprar yerba nacional más cara. Si no tenemos la plata, el nacionalismo queda para otro momento. Eso es así aquí y en cualquier parte del mundo. Fue así ayer; es hoy y, a lo mejor, sigue siendo mañana.
Se recordará cuando los importadores de automotores pegaron el gripo al cielo por la venta de autos usados traídos del exterior. Aquellos no pudieron contra esa competencia, porque se habla de precios; de capacidad de pagar; de lo que hay en el bolsillo. Con el tiempo, se instaló la venta de autos usados baratos y en buen estado.
Los importadores de vehículos nuevos apelaron a todos los recursos posibles para que ellos mantengan una suerte de monopolio. También golpearon las puertas del Poder Ejecutivo para que les dé una manito con algún decreto que ponga trabas a la importación de vehículos, sobre todo de Iquique.
Con todos los reaseguros del Ejecutivo para frenar la importación el país está lleno de ofertas de autos muy bonitos, en buen estado y, sobre todo, baratos. Mediante esta masiva oferta la clase media está volviendo a tener vehículo. La dignificación, pues, de la gente pasa por el bolsillo.
El presidente Fernando Lugo ahora "peló" tres decretos para que la ropa procedente de China ya no esté accesible a la gente de menores recursos porque algunos fabricantes de ropas de Paraguay no pueden competir con la producción foránea. Y si no pueden, deben buscarse otras actividades que les sean rentables.
No es posible que, a decretazos, tengamos que hacer empresas que, a la larga, tampoco funcionan. Si se aumentan las tasas aduaneras por importación de ropas orientales, va a tener que comenzar - una vez más - la invasión de ropas argentinas y brasileñas que ingresarán (es un disco rayado) de contrabando y con esto se deja en la calle a 140.000 asalariados generados mediante la importación de las prendas procedentes de China.
En un slogan suena bien eso de "consumamos lo que el país produce" siempre y cuando sea bueno y barato. La globalización lleva contra las cuerdas a los empresarios que no saben competir y que para aguantar deban apelar a decretos que provocan desempleos, emigración, rompimiento en la cadena de pagos y destrucciones de familias enteras (si la misería entra por la puerta, el amor se escapa por la ventana).
Estamos en tiempos de la globalización. Vendemos carne a los rusos y compramos ropas de los chinos. A los rusos convienen nuestros precios; a nosotros, los de China. ¿Por qué debemos tener el derecho de vender carne a los rusos y que los chinos no tengan el derecho a vendernos ropas buenas y más baratas que las nuestras?
En la globalización la lejanía es lo de menos. Así es la cosa en esto de comprar, vender, producir, importar, exportar. Esta es la regla y no la de Gaspar Rodríguez de Francia, o de los López, o del Virreinato del Río de la Plata.
Hoy el que produce una camisa buena a menor precio, vende; el que confecciona una camisa buena, pero cara no vende, así tenga el confeccionista todos los decretos proteccionistas en sus manos.
El nacionalismo tiene sentido cuando tenemos suficiente plata en el bolsillo como para comprar, incluso, lo que en Paraguay producimos más caros. O sea, darnos el gusto del capricho nacionalista.

No hay comentarios: