Detrás de la puerta, esto

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Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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sábado, 15 de agosto de 2009

Le tomaremos el examen a Guillermo Caballero Vargas y compañía

El 13 de agosto de 2009 es una fecha que los paraguayos debemos anotar para recordar a aquellos señores que prometen hacer algo, por si no lo cumplan, porque algunos de ellos - ya sabemos - son muy mentirosos.
El 13 de agosto último el gobierno decidió aumentar los impuestos a la importación de ropas chinas al mismo nivel que al de los demás países del Mercosur.
De esta manera ya no se traerán ropas baratas a Paraguay y los que ganan sueldos mínimos van a tener que agenciarse para comprarse una sábana de 150.000 guaraníes de Tejidos Pilar, frente a una que costaba 65.000 guaraníes, importada de China.
Veremos si con el sueldo mínimo la gente puede hacerse de ropas comprando de Martel, por ejemplo. Me va a tener que disculpar los de la familia Niela, pero sus ropas, tan bonitas como las chinas, no están al alcance de los bolsillos de la mayoría. Sus ropas son para los ricos.
Digo que el 13 de agosto es una fecha que debemos anotar porque el dueño de Tejidos Pilar, el ex candidato presidencial Guillermo Caballero Vargas, había dicho que después de bloquearse la importación de ropas baratas chinas se generarán 30.000 lugares de trabajo (no cuenta que ahora se van al mazo 140.000). El 13 de agosto el gobierno de Fernando Lugo le dió el gusto.
Le anotamos el 13 de agosto de 2009 como fecha de arranque para que Caballero Vargas y la familia Niela crean fuentes de empleos. También los otros confeccionistas paraguayos. Se supone que para este verano ya tendremos los 30.000 puestos de trabajo, porque ya no entrarán ropas chinas para la temporada próxima. A nadie se le ocurrirá traer con semejantes impuestos.
El 23 de noviembre, anoto, volveré a recordar a Caballero Vargas y a los Niela, tras los primeros 100 días de bloqueo a la ropa china, si cuánta gente ya han contratado. Pero también les preguntaré si sus ropas serán un poco (remarco, un poco) más baratas que las de ahora; si van a pagar solamente sueldo mínimo; si van a poner a los empleados con IPS, vacaciones pagas y en un lugar de trabajo confortable, o deberán seguir confeccionando muchas contratadas en sus casas por pagas miserables (lo sé porque alguna vez estuve involucrado en la confección de ropas para algunas empresas grandes. Terminamos parando en España).
Si sus precios son iguales a los de ahora y pagan sueldos mínimos van a ir planeando estrategias tendientes a frenar futuras huelgas de sus propios empleados porque con lo que ganan no podrán ni siquiera comprar el uniforme para los hijos en edad escolar.
Es que el gato que se quema con la leche, al ver una vaca corre. Ya con los confeccionistas paraguayos nos hemos quemado una vez. Lo de las ropas usadas prohibidas, a instancia de una solicitud de los mismos confeccionistas, todavía tienen presente los que se vestían con esas prendas.
Recordarán que también los confeccionistas habían prometido crear fuentes de empleos si se prohibía la importación de ropas usadas. Se prohibió la operación y hasta ahora se sigue esperando que los empresarios paraguayos cumplan su promesa, crear empleos.
Paraguay todavía tiene empresarios que viven de decretazos.
El empresario - político Caballero Vargas es uno de ellos. Quiere vender sábanas a decretazos. Parece que no sabe generar dinero sino con la ayuda de papá Estado.
Mi amiga Cristina me envió, a propósito, un artículo que corre por Internet. Se llama "La ciega".
Dice que un publicista que pasaba al lado de una ciega, sentada al costado de una vereda, tenía puesto un cartel al lado suyo, junto a una taza para monedas.
El cartel decía: "Por favor, ayúdenme, soy ciega".
El publicista, sin pedir permiso, tomó el cartel y escribió algo con un marcador que llevaba, en la otra cara un texto, lo volvió a poner en el mismo sitio y se marchó.
A la tarde, cuando volvió a pasar por ahí, vió que la taza estaba llena de monedas. La ciega que lo reconoció por sus pasos, le preguntó si qué escribió para que la gente respondiera masivamente. El nuevo escrito decía: "hoy es primavera y no puedo verla".
La enseñanza de esto, que no sé si pasó, es que debemos cambiar de estrategias cuando algo no nos sale. No apegarnos a una misma fórmula para llegar al éxito.
Los decretazos (lo viejo) para que los negocios funciones en tiempos de la globalización (lo nuevo) ya no funcionan.
En Paraguay tenemos empresarios que siguen pensando que ganarán dinero si de por medio hay un decreto como barricada que proteja sus intereses. Son personas que les da pavor la globalización.
Por eso, como dice una parte del texto de "La ciega", "las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo, del miedo al cambio".
Por ahora, los consumidores, nos disponemos a hacer nuestra próxima tarea: recordar a los beneficiados con el decretazo, el 23 de noviembre de 2008, si qué han hecho en ese lapso para cumplir con sus promesas.

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