Detrás de la puerta, esto

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Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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viernes, 14 de diciembre de 2007

Calé y la seguridad mundial

Sobre el escritorio de George Bush hay tres tasas con restos de café; las colillas de cigarrillos rebozan el cenicero. La noche anterior pasó en velas en su oficina de la Casa Blanca, lo mismo que la secretaria de Defensa, el de Economía, sus asesores militares y diplomáticos y, claro, sus ayudantes de la Secretaría Privada.

El presidente norteamericano está en camisas y con la corbata ligeramente holgada. La barba está sin afeitarse y lee y relee los informes remitidos por el embajador. Se sienta. Piensa y sus imprevistas gesticulaciones denotan su preocupante estado de ánimo. Se rasca la barbilla, pide otro café y pregunta si qué hay de los últimos sucesos que le obligaron a no dormir esa fría noche en Washington.

No, no se trata de Irak, ni de otra amenaza de Al Caida, ni de Fidel, ni del sistema norteamericano de la salud, ni de la amenaza hipotecaria sobre los estadounidenses. Le preocupa algo mucho más delicado.

Y así debe ser para que no se haya dado su merecido descanso nocturno.

El secretario de prensa presenta al Presidente más recortes del Times, New York Times, ABC de Madrid, El Mercurio de Chile, El Comercio de Lima, del Washington Post. Todos los medios publican en grandes titulares de tapa: "Calé le acusó de borracho", "Su embajadorcillo es un cachafaz", "Debe pedir disculpas". Las agencias de noticias repartieron en todos los diarios del mundo la foto de Calé con el dedo índice derecho apuntando a las cámaras de los periodísticas. En las fotos de tapa se notan, nítidas, las crispadas ahortas del parlamentario colorado.

Bush sintió que su transpiración corría sobre la línea de la columna vertebral y que se depositaba en ese delicado sitio de su cuerpo. Estaba pálido.

Nunca pasó por semejante situación, ni cuando las Torres Gemelas, ni cuando la invasión a Irak, ni nunca.

Tomó el teléfono y ordenó a Paulson, su secretario del Tesoro, que tome las providencias necesarias porque esas declaraciones pueden causar serias consecuencias en las finanzas estadounidenses y que convoque, urgente, a una reunión con el presidente del Banco Federal.

Cortó y, él mismo, digitó los números telefónicos de Jackson, su secretario de Vivienda.

-Oye, Jack, postergamos la reunión sobre obligaciones hipotecarias de esta mañana. Tengo un problema serio en Sudamérica - ordenó y cortó sin ni siquiera despedirse.

Tose. Tiene la garganta seca. Pide agua mineral.

- Le he convocado, general - dice a David Petracus - para que me asesore sobre las medidas que debemos tomar como nación más poderosa del mundo ante las declaraciones de Calé. Estamos en una encrucijada.

- Debemos poner en alerta a las brigadas de combate del Ejército y a los infantes de Marina que ahora abandonan la provincia de Al Ambar en Irak y destinarlos a las bases sudamericanas - responde el militar - ¿Y nuestro Upedated National Strategy For Combating Terrorit, cómo queda?

- Suspéndalo por unos días. Es grave lo que pasa en aquel país mediterráneo. No se preocupe, general porque los terroristas exploten la alienación política, los agravios, la información errónea y lal teoría de la conspiración. Tampoco se preocupe de las armas de destrucción masiva en sus manos. La postura de Calé es de extrema delicadeza. Puede desatarse la Tercera Guerra Mundial y esa, sí, pulverizará el planeta.

El Presidente toma el teléfono.

- 00...595....21....a ver. Está sonando (...) pero, otra vez, no coge el teléfono.

click.

Vuelve a llamar, esta vez a otro número del mismo país.

- Oye, James, el Presidente de ese país no me coge el teléfono.

- Buen día, Presidente. Sí, me enteré que se hace el ñembo. A mi tampoco me atiende, bueno yo soy apenas el embajador...

- ¿Qué hacemos James?

- Creo que en 230 años de independencia nunca como ahora corremos el riesgo de perder el liderazgo en América Latina. Estamos entre la espada y la pared. Pida disculpas...

- Pero dijo de mi que soy un borracho y....

- Conmigo fue más grave: dijo que soy un "embajadorcillo" y "cachafáz", ¡que pucha!, con esto nos fuimos al remazo, koore...

- ¿Cómo dijo?

- Nada, es una palabra en guaraní que denota preocupación y que se usa en casos diplomáticos delicados como este, según me explicaron mis profesores de la lengua. Se usa en situaciones frustrantes.

- ¿Y qué le dijo Ramirez?

- Me dió una filípica de arriba a abajo. Y me exigió una inmediata disculpa de la Casa Blanca por haber cometido la equivocación de decir lo que dije. Calé está muy enojado.

- Oh!, my God...

2 comentarios:

Unknown dijo...

that's very funny,ja ja

gra ozu dijo...

esto esta a demas de exelente super-gracioso´.graciela o