A la hora de contar, nada más nuestro que el “He´i voi ningo …” de tal o cual persona
medianamente famosa. El singular vivo y sonoro del disperso “lo mitâ ningo he´i” implacable,
impertérrito. La verdad verdadera del paraguayo no viene por otro sino por esa
puntual o difusa intermediación y que sin ella la conversación es
irremediablemente incompleta, casi sin sentido, en cuyo caso más valga apelar
al no menos efectivo “dicen que”, “o je´e ningo”.
He aquí, a propósito, algunas frases de paraguayos famosos a
fuerza de esta costumbre.
“Âgante, Montanaro” es la frase que cruzaría los últimos años
del siglo XX hasta llegar al presente y que pertenece al recordado Humberto
Domínguez Dibb (HDD); correspondía al título de uno de sus famosos sueltos
publicados en la portada de su diario, Hoy.
El padre de Goli Stroessner no era de
llevarse bien con el ex ministro del Interior, Sabino Augusto Montanaro, el
centro de los disparos verbales de aquel. Y como Montanaro era un kangüe ro de aquellos caía simpático a
la gente los comentarios de HDD.
“Shake oú José Gill”, la frase de nuestros abuelos. Gill era un
montonero colorado. “Yaha vaivente hina,
jaiuma jarro hovype”, es una frase frecuentemente utilizada por nuestros
mayores, sobre todo entre los colorados.
“Ikatu a javy, he´i Médico Ju´ai” es más que el “dice que”, parte del refranero popular.
Daniel López era un médico naturalista y que sufría de bocio (ju´ai) que en sus
medicaciones era muy certero y que indicaba a sus pacientes al recetar “este para el jarro”. Se ufanaba de su
conocimiento y para remarcarlo decía “ikatú
ajavy”, de ahí la frase.
Perduran frases famosas que enriquecen las conversaciones
entre paraguayos como “no hay caso, he´i
Gamarra”, “adiomante che calandria”, “elementazo koa, he´i Mbopí Pucú”,
“aguapyta sapy´a mi, he´i Gondra”, “tarde o temprano Quintana será su sastre”.
La gente fifí ,pero de esa pesimista, que no ve nada bueno
en el paraguayo, dice que en Paraguay nadie pierde ni gana reputación. En junio
de 2012, Rolando Niela escribió en Abc: “Cecilio
Báez dijo alguna vez, ¨en Paraguay nadie gana ni pierde reputación¨”. Pudo
haberlo dicho pero la frase se atribuye a un personaje más o menos de la época
del ex presidente, a Ángel Peña. En “Infortunios del Paraguay”, Teodosio
González también utiliza dicha frase, lapidaria por cierto, al igual que
Augusto Roa Bastos en “Madama Sui”.
Pero eso es al margen.
En Paraguay es deporte nacional el “0je´e ko” y se practica a sotto
voce en todas las clases sociales. Se dice luego.
Walter Bauer era un adivino alemán radicado hasta su muerte
en San Bernardino. Sus anuncios nunca fallaron, como aquel a Antoine de
Saint-Exúpery (autor de “El Principito”)
a fines de la década de 1920: de que éste sería famoso. En torno a aquel
extraño personaje teutón se creó “ya lo
dijo Bauer” cuando se pretendía avalar la certeza de una posibilidad o
aseverar un vaticinio.
“Café o leche, no café con leche”, la famosa frase de Alfredo
Stroessner, desentona con la que pronunciara el ex presidente Fernando Lugo
durante su campaña política: “mbytetepe,
poncho juruicha”. Con Stroessner no había media tinta y, contrario a Lugo,
aquella frase está acuñada por él mismo.
A partir del “lo mitâ
ningo he´i voi” todo puede resultar cierto: la homosexualidad del juez, la
transformación en luisón del séptimo hijo de ña Eustaquia, la fortuna de aquel
caudillo liberal que una noche extrajo una olla llena de oro en los fondos del
cuartel de López en Pirayú. Cuando “la
gente dice luego”, el mariscal López
bien puede bajar de su estatua ecuestre a darse un baño en la bahía en
cualquier noche de viernes con luna llena, mientras su caballo pasta en los
bajos del Parlamento.
Cuando “se dice luego” entre los paraguayos, respire hondo, relájese y
disfrute…
FRASES QUE CRUZARON EL TIEMPO
·
“Partido
nacional republicano, católico, apostólico romano” (“Mateo Ka´u”, personaje
urbano)
·
“soy el
piloto del ambiente de la vida trafalaria” (“Piloto del ambiente”, personaje
urbano).
·
“Upeichante
va´era voi ningo”, así nomás luego tiene que ser (expresión popular).
·
“No nos
jodamos más” (Angela Agüero, llamadora de radio).
·
“Upepevente,
upevente” (Bernardino Caballero a josé Domingo Decout, canciller por quinta
vez, quién aspiraba ser presidente de la república).
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