Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

Temas disponibles en este blog

martes, 1 de septiembre de 2009

Lula y yo, colapsados en la web

Yo creo que la gente debe solidarse con José Ignacio Lula da Silva y conmigo. Los dos tenemos nuestras respectivas páginas web y ahora no podemos usarlos, ni él el suyo y el mío; ni yo, el mío ni el suyo, por más que querramos porque por razones ajenas a nuestras respectivas voluntades quedamos fuera de juego.
Vamos a ver,
Los dos somos nuevos como responsables de una página web. Cuando yo comencé en esto, hace dos meses y medio, ya me vino el primer golpe provocado por los visitantes. Colapsamos. Pasaron 48 horas para que la servidora nos rehabilitara. Claro, para que la gente vuelva a visitarnos tuvimos que pagar, mi hijo y yo, un poco más de dinero y doblamos el derecho a espacio (no sé cómo se dice técnicamente, pero ustedes me entienden). Para que les pueda explicar mejor: compramos dos manzanas, que no fueron suficientes; después, compramos cuatro, que tampoco fueron suficientes.
Lula ni bien comenzó con su página, colapsó. Igual que yo, pensó que con lo que contrató de espacio podía hacer frente a la cantidad de visitas. Fue muerto. Ahora debe estar lamentando, como yo, porque no creyó que la web sea tan efectiva.
Le quiero decir al señor Lula que así nomás, por presidente del país más poderoso de Sudamérica que fuera, no se recupera la página colapsada. Debe pagar y los señores que inventaron Internet son muy insensibles al éxito que pudiera tener Lula o yo con el público. Poniendo estaba la gansa y la página se reabre.
Si antes de haberle pasado lo que le pasó él se comunicaba conmigo, le hubiera dicho que tenga cuidado que de un saque su página web puede quedar fuera de juego.
Mi solidaridad con el señor presidente de la República Federativa del Brasil.
Así es, don Lula, este mundo virtual: receptivo pero, a la vez, ingrato. Se le cerró su web y va a tener que ser como yo, pagar por más espacio para que le habiliten de inmediato o; esperar hasta que comience de nuevo un nuevo mes, como le corresponde y sigue con la cuenta vieja. Si colapsó, paciencia, así de ingrato es el tema.
Pero, hablando en intimidad, señor presidente, usted debiera solidarizarse también conmigo que tengo a la www.puertademergencia.com colapsada. Los weseros debemos estar muy unidos. En la red somos todos iguales. No me venga con que solo con Fernando Lugo puede hablar y, además, de asuntos oficiales. Olvidese de esas tonteras. La web es más importante y, por tanto, debemos darnos - los internautas - más importancia.
Espero que en su blog podamos leer que usted hace causa común conmigo porque www.puertademergencia colapsó.
Si usted, don Lula, tuvo problemas con sus lectores brasileños, yo tengo con mis lectores de Venezuela que venían devorando con ganas lo que descubrimos de las andanzas de su colega Hugo Chávez con una prostituta por Paraguay.
¡Ah!, si ya leyó, no hace falta que le explique. Espero, a propósito, que cuando venga por aquí, no se le ocurra hacer lo mismo o; si lo hace, mantenga las prudencias debidas. Le recomiendo como buenos weseros que somos.
Decía al comienzo que la gente debería solidarse con el presidente brasileño y conmigo porque nuestras respectivas páginas colapsaron. Yo creo que el presidente brasileño estará de acuerdo conmigo al sugerir al público (al de él y al mío) que no salgan a la calle a protestar contra las empresas servidoras en Internet ni contra el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, científicos y técnicos de importantes universidades, como el MIT y la de Berkley, los inventores de Internet, porque estamos fuera de la red,sino munirse de paciencia hasta que nuestras respectivas páginas vuelvan a la pantalla (como dicen los locutores de la tele) y, de nuevo, todos - Lula, ustedes, yo - felices y contentos.