Primer club paraguayo del fútbol español

Mauricio Ozuna (48) es uno de los fundadores y director técnico del Club Deportivo Paraguayo (foto). Se entusiasma cuando habla del flamante club de los inmigrantes paraguayos en Málaga. “Sí, alguna vez podemos ser campeones de la Copa Europa”, dice. De haber jugado y dirigido equipos en Paraguay ahora está con toda su familia (su esposa es Ana Lucía Osorio de Ozuna) en esta ciudad andaluza donde regentea dos locutorios.
- Parece que el fútbol se hace en serio entre los paraguayos en Málaga.
- Sí, por eso ya estamos afederados. Creo que somos el primer club de inmigrantes que está en la Federación Española de Fútbol, a través de la Federación Malagueña de Fútbol.
-¿Cuáles son los demás clubes?
- Son 16 equipos: Velez, San Julián, Malaka, Fortaleño, Algarrobo, El Burgos, entre otros. Jugamos en la Primera Regional.
- ¿Desde cuándo están en la Federación?
- Nuestro club se fundó el 30 de agosto de 2007 y, de inmediato, nos afiliamos a la Federación y ya estamos jugando. La Federación ya tiene más de 30 años de existencia. Cuando nosotros ganemos cuatro torneo ya tendremos derecho a jugar contra el equipo de Málaga, equipo de la Segunda División. Si ganamos cinco campeonatos ya podremos jugar contra el Real Madrid.
- Es un compromiso grande e interesante.
- Ahora estamos como en la Segunda de Ascenso de Paraguay.
- ¿Ya tienen una cancha propia?
No. Alquilamos una cancha. Nosotros pagamos todo aquí.
- ¿Cómo hacen para hacer frente a sus gastos?
- Por las boletas vendidas cada vez que nos toca jugar de local. Las entradas cuestan 3 euros e ingresan unas 150 personas como mínimo por jornada.
- ¿En qué clubes jugabas en Paraguay?
- En la primera de Sol, Libertad, Tembetary, River, Capitán Figari. También jugué en la selección nacional juvenil, en la pre olímpica. También dirigí los equipos de Tembetary, Tacuary, River, selecciones del interior. También fui el presidente de la Asociación de Técnicos del Paraguay.
- ¿Ustedes ya se adaptaron al país que les recibió?
- Mis hijos (Emilio Sebastián y Verónica) no quieren volver a Paraguay; yo, tampoco, ahora que nuestro club va muy bien en el torneo malagueño. En realidad que el club lo fundé yo. Todo hice para que se creara.
- Es importante y oportuno desarrollar la disciplina futbolística entre los paraguayos, ¿verdad?
- Sí, porque resta ansiedades a nuestros jóvenes, lo mismo que lo separa de los vicios. Además mediante el fútbol están como en una vidriera de donde puede surgir, en cualquier momento, algo que les permitirá pasar al frente. En el equipo juegan jóvenes de 19 a un poco más de 30 años de edad..
- ¿Quién es tu jugador favorito de tu equipo?
- César Rolón puede jugar en cualquier equipo.
-¿Cómo está el equipo paraguayo en la tabla de posiciones?
- Estamos a tres puntos del puntero. Nuestros goleadores son Fabián Ramos y Rubén Ferreira.

El "Chipá Barrero" de España

Fue el mejor vendedor de panes en su pueblo, Pirayú; años después fabricaba calzados en Buenos Aires, dando empleo hasta a 60 zapateros; en Málaga quiere ser el “Chipá Barrero” de los paraguayos, “sencillamente porque mi señora y yo hacemos la chipa más rica de España y que por eso nos hacen pedidos desde Madrid, inclusive”. Mientras espera ser el líder de los mini fabricantes de este alimento paraguayo, se dedica a trabajar de lunes a viernes en la albañilería. Esta es la pequeña, pero sustanciosa historia de Cándido Medina (50), un hombre que no se acobarda ante el trabajo y ahora decidió ser un exitoso chipero en Europa.
En un lugar llamado Arroyo de la Miel, Málaga, están radicados Cándido, su esposa Esmilce Haydee Gerding Osorio y Marlene Diana, una de las cuatro hijas de ambos. “Soy albañil en España - explicó - y si no hago de albañil hago cualquier otra cosita (“yapusa”) o, de lo contrario, junto energía (descanso). Mi señora trabaja de lunes a sábados a la tarde fuera de casa. Los sábados a la noche comenzamos nuestra tarea de hacer chipa para vender a la mañana del domingo frente a la iglesia de Málaga a donde concurren centenares de compatriotas”.
Cándido afirma que llegará a ser como el “Chipá Barrero” de Paraguay en España porque “nuestro producto es excelentemente uniforme en cada entrega, aún cuando los costos de la materia prima aumenten. Por eso tenemos hasta clientes españoles”.
Lo encontramos, en compañía de su esposa (foto), frente a la parroquia “San Juan Bautista”, donde llevaron 90 chipas y que terminaron de vender en menos de una hora. Mientras va vendiendo dice a PUERTA DE EMERGENCIA que en cuanto a calidad e higiene del producto “no hay que mentir al cliente” y añade que para que la pareja se realice como fabricante de chipa depende de Esmilce “porque es ella la que está radicada legalmente en España. Yo aún no tengo mis documentos de radicación pese a llevar más de dos años viviendo aquí”.
Nos cuenta que le llega almidón brasileño, el ingrediente principal de la chipa y que este pan paraguayo no debe tener harina de maíz. “No, todavía no tiene marca nuestra chipa; yo le llamo “Chipá Barrero”, porque nuestro producto es bueno como el de Juan Ramón Ayala. Aquí hay mucha gente de Eusebio Ayala y Caacupé que nos confirman que nuestras chipas son sabrosas como las de Barrero, por eso decimos que nosotros somos la chipa Barrero de España”, se ufana.

La madurez cívica del inmigrante paraguayo

Quienes creen que los inmigrantes paraguayos no se interesan en las próximas elecciones de Paraguay, incluso en la de España del 9 de marzo próximo, están muy equivocados. Y todavía están más errados los políticos que creen que los inmigrantes compatriotas no influirán en las votaciones de abril próximo.

A tanto llega el interés de los paraguayos en España que no pocos paraguayos han visto el primer debate (el segundo está previsto para el día 3 de marzo) por televisión de Rodríguez Zapatero (PSOE) y Rajoy (PP). Del mismo modo se han preocupado por seguir a través de internet del debate entre los cuatro principales candidatos presidenciales de Paraguay en uno de los canales de televisión de Paraguay.

Se puede decir, por un lado, que los paraguayos en España están conseguiendo acceder a un espíritu crítico sobre cómo debe ser un candidato presidencial y, sobre todo, qué decir y cómo conducirse en un debate de televisión.

Los inmigrantes compatriotas empiezan a comparar un debate de "presidenciables" en España con lo que se practica en Paraguay. Los más de 100.000 paraguayos en la Península se acostumbran con notable rapidez a escuchar a los líderes políticos de este país europeo hablando con decencia, respetando al adversario y haciendo propuestas prácticas para captar votos.

Este colonia guaraní también se preocupó en saber sobre el debate de postulantes a la presidencia paraguaya realizado la semana pasada que les produjo una mezcla de risa y desazón por tantas procacidades, chabacanerías e insultos personales sin ton ni son pronunciados por algunos de los candidatos en el debate de referencia.

¿A qué viene esa reacción del inmigrante paraguayo en España? No se debe solo a lo sabido: la falta de empleo en Paraguay que lo empujó a estas tierras, sino porque ya sabe comparar entre un pretendiente del poder en el Primer Mundo con el del Tercer Mundo. Mediante que ve cómo es un debate de televisión en España su capacidad crítica ha evolucionado. Desde luego, con semejante experiencia, su opinión sobre la conducta de los aspirantes presidenciales de Paraguay es patética.

Se puede decir, por otro lado, que los inmigrantes paraguayos no dejarán pasar de largo las próximas elecciones. Es verdad, no votarán. Pero harán votar. La otra noche, en un restaurante madrileño, me decía una joven compatriota que trabaja en España desde hace un par de años, que ella es sosten de su familia en Paraguay y que bastará una llamada telefónica suya para que sus padres y dos de sus hermanos, voten por el candidato que ella les recomiende. Claro: ella es la que envía el dinero mensualmente y, por tanto, la que corta la torta a la hora de votar entre sus parientes próximos. Así de claro es este asunto.

Los líderes políticos de Paraguay están muy equivocados al pensar que deben desatender a los inmigrantes paraguayos en España, Argentina y Estados Unidos para las próximas elecciones porque ellos no suman sus votos. Sí, en ese sentido, tienen razón. Pero tienen la capacidad de, con un toque de teléfono, hacer votar a tres personas en Paraguay por el candidato que considere fiable.

Capaz que, por tanto, la suerte electoral del 20 de abril próximo en Paraguay esté, incluso, entre los inmigrantes aunque algunos líderes políticos no se percaten de este fenómeno.

Música y danza sevillanas

"Almonte, sala rociera". Nos dice nada de buenas a primera. Pero mucha gente conoce. Está en la calle Juan Bravo, 35 casi Príncipe de Vergara, en un exquisito barrio madrileño. Son más de las dos de la madrugada de este sábado 1 de marzo. El sitio está atestado. Sí. Es una discoteca pero donde se escucha y baila únicamente música sevillana.

Los espacios se dividen en dos: arriba y abajo. Sillas, mesas, luces, guitarra gitana, la humareda de los cigarrillos, la cerveza, el vino y la gente, y el baile andaluz. "Almonte" es un sitio muy español donde jóvenes y mayores bailan la sevillana con pasión y entrega. Un lugar demasiado andaluz como para dejar de visitarlo, sobre todo por quienes - como nosotros - que creíamos que la música y el baile de los de Andalucía eran sólo para el cine, el teatro, las fotos postales turísticas, los restaurantes caros, las páginas de espectáculos de los diarios y las tapas de las revistas.

Es que mis amigos, me han invitado a conocer un sitio para bailar músicas sevillanas (debe tener algo que ver con las músicas flamencas, concepto que, como extranjero, se me mezclan con bulerías, tablaos, etc). Y me llevaron a "Almonte" donde encontré a cientos de personas, la mayoría bailando como en las películas españolas que yo veía en Asunción. Me explicaban que hay academias de danza sevillana donde concurren aquellos que desean aprender este baile; "el hombre debe bailar como haciendo de torero", me explica.

Ir a "Almonte" es un verdadero regalo del destino. Un lugar donde se respira ese oxigeno puro de los sureños; de nuestros antecesores andaluces; de esa esencia gitana escapada de los seis caminos de la guitarra, de las castañuelas y de ese extraño palmoteo filtrado entre danza y danza.