Hugo Jiménez de Recalde y María Aponte Ruffinelli son un matrimonio y, amigos míos desde inicios del siglo nuevo. Ellos tienen dos hijas: Gabi y Patita. Aquella tiene 11 años y; esta, ocho. A Gabi le agrada la música y a la hermana menor, la pintura. Cuando conozcan a esta familia y, sobre todo, a las dos hijas, van a quedar felizmente atrapados como yo. Buena gente.
Les quiero hablar hoy de Patita. La conocí desde que nació. Hoy, a los ocho años de edad, a más de ir a la escuela, estudia pintura. Su padre alzó unos cuadros de ella en su Facebook que al verlos me quedé gratamente impresionado.
Les quiero hablar hoy de Patita. La conocí desde que nació. Hoy, a los ocho años de edad, a más de ir a la escuela, estudia pintura. Su padre alzó unos cuadros de ella en su Facebook que al verlos me quedé gratamente impresionado.
Cuando el otro día me visitaron en casa tuvimos la oportunidad de charlar un poco más sobre la virtud de la niña (ella y su hermana mayor también estuvieron), ocasión en que la madre dijo que todo comenzó cuando el médico descubrió que ella tiene dificultades en uno de los ojos. Claro, ya usa gafas con la que soluciona gran parte del problema oftálmico.
Me puse muy feliz al ver los cuadros de la hija menor de mis amigos. Ese talento precoz nos garantiza arte futuro; todo dependerá de Hugo y María y, francamente, estoy seguro que ambos se empeñarán en apoyar a la niña con todas sus energías. En la próxima voy a preguntar a ambos del coeficiente intelectual de la nena que, no me caben dudas, debe estar por encima del promedio general.
Muchas veces los padres envían a los hijos a cursos varios, así sea de danzas, canto, idiomas, gimnasias varias no tanto para desarrollar sus cualidades sino para que ellos (papá y mamá) tengan más libertades. Conociéndo a Hugo y María no puedo pensar sino que acompañarán hasta el final la carrera de la niña.
Ya la familia encontrará mecenas que apoyen aún más a la precoz para llegar aún más lejos. Siempre hay dómines de buena voluntad con medios para velar joyas humanas como estas.
Por de pronto, si yo fuera periodista de un diario (que ya no soy) dedicaría un buen tiempo para reportear a la pintora (quizás la más joven de Paraguay) y publicar para que la gente se asombre como yo ante abundante, copioso y fértil promesa.
La foto que acompaña es uno de los cuadros de Patita que, coincidirán conmigo, no parece haber pintado una niñita de ocho años de edad.