Luego de las internas coloradas del 15 de diciembre y los resultados dados a conocer por los medios de prensa, se puede decir que las elecciones presidenciales de abril próximo están en línea de partida con los que deben correr. Los paraguayos elegirán al sexto compatriota que deberá sentarse en el sillón de Francisco Solano López en el palacio de la calle El Paraguayo Independiente, tras el derrocamiento de Alfredo Stroessner Matiauda.
Ante semejante compromiso ciudadano en Paraguay y con cientos de miles de paraguayos emigrados en los últimos diez años, ¿qué papel jugará el connacional inmigrante?
Las elecciones presidenciales de 2008 serán claves para el Paraguay en general y, los inmigrantes paraguayos, en particular. Aquellas serán las primeras de los últimos 19 años con tantos compatriotas salidos de nuestro país y que volverán si la mujer o el hombre que es electo gobierna en función a lo que importa al país.
Si el próximo gobierno de nuevo repite la corrupción de los anteriores seguirán inmigrando más y más paraguayos. Y sobre esto hay una herida abierta en las familias paraguayas.
Siendo así de importante las elecciones de abril los inmigrantes paraguayos no se quedarán con los brazos cruzados. Eso está claro.
Desde varios meses atrás, las colonias de paraguayos en Nueva York y Nueva Jersey ya plantearon la puesta en marcha de un movimiento que les permita hacer valer, si no su voto porque no podrán votar, excepto que viajen al Paraguay para dicho compromiso, sus intenciones electorales.
El movimiento consiste en que cada inmigrante paraguayo en Estados Unidos procure influenciar sobre los suyos - parientes y amigos - para que voten a tal o cual candidato, especialmente a aquel que desde el Palacio de López trabaje para el país.
La misma idea había prendido en las colonias paraguayas en España donde se estima están trabajando 150.000 compatriotas.
Los miles de compatriotas en Argentina están en la misma idea; por tanto, los paraguayos salidos de Paraguay en los últimos 10 años por falta de trabajo (que rondarían los 500.000, si no son más) podrán influír en las urnas, como nunca ocurrió en Paraguay.
Los inmigrantes paraguayos tienen un pagaré en manos a cobrar a los políticos. Especialmente a los colorados que, hablando mal y pronto, quebraron el país.
El pagaré efectivizarán el próximo mes de abril.
Para eso, el silencioso trabajo habían comenzado hace meses sin discursos, sin pañuelos al cuello, sin movilizaciones partidarias, sin seccionaleros, afiches en los muros ni pasacalles en las columnas, sin operadores políticos; sin el dinero de los aduaneros, contrabandistas y narcotraficantes; sin encuestas amañadas; sin seccionales coloradas ni comités liberales; sin oficinas de prensa, comunicados, solicitadas, panfletos, ni reuniones de prensa, ni titulares de tapa, ni reacciones en programas radiales mañaneros.
La operación de los inmigrantes es sencilla: hablan con sus parientes y amigos en Paraguay con las herramientas que les permite el contacto permanente: el teléfono fijo, el teléfono celular, el correo electrónico, el chat, el video - cámara.
En estos momentos cruciales de la separación de la familia ningún partido político, ningún líder político, ninguna suma de dinero (que tampoco es gran cosa) ofrecida por los compradores de votos, pueden influír tanto en Paraguay como influirán los inmigrantes desde el exterior. Estos tendrán peso con sus recomendaciones a parejas, hijos, hijas, padres, madres, tíos, tías, hermanos, hermanas, sobrinos, sobrinas, ahijados, ahijadas, que quedan en Paraguay para la hora de la votación, sencillamente porque son aquellos (los y las inmigrantes) quiénes envían el dinero para salvar lo que los gobernantes colorados no saben o, lo que es peor, no quisieron ni quieren hacen para bien del país.
Y los inmigrantes pueden hacer ganar al candidato que elijan.
Los inmigrantes paraguayos quieren efectivizar el cheque que les firmó los Calé, Nicanor, Wasmosy, González Macchi. En abril pasarán por ventanilla. No piensan esperar otros cinco años para ver si se puede cobrar.
No.
Será en abril, el mes de los inmigrantes paraguayos.
Ante semejante compromiso ciudadano en Paraguay y con cientos de miles de paraguayos emigrados en los últimos diez años, ¿qué papel jugará el connacional inmigrante?
Las elecciones presidenciales de 2008 serán claves para el Paraguay en general y, los inmigrantes paraguayos, en particular. Aquellas serán las primeras de los últimos 19 años con tantos compatriotas salidos de nuestro país y que volverán si la mujer o el hombre que es electo gobierna en función a lo que importa al país.
Si el próximo gobierno de nuevo repite la corrupción de los anteriores seguirán inmigrando más y más paraguayos. Y sobre esto hay una herida abierta en las familias paraguayas.
Siendo así de importante las elecciones de abril los inmigrantes paraguayos no se quedarán con los brazos cruzados. Eso está claro.
Desde varios meses atrás, las colonias de paraguayos en Nueva York y Nueva Jersey ya plantearon la puesta en marcha de un movimiento que les permita hacer valer, si no su voto porque no podrán votar, excepto que viajen al Paraguay para dicho compromiso, sus intenciones electorales.
El movimiento consiste en que cada inmigrante paraguayo en Estados Unidos procure influenciar sobre los suyos - parientes y amigos - para que voten a tal o cual candidato, especialmente a aquel que desde el Palacio de López trabaje para el país.
La misma idea había prendido en las colonias paraguayas en España donde se estima están trabajando 150.000 compatriotas.
Los miles de compatriotas en Argentina están en la misma idea; por tanto, los paraguayos salidos de Paraguay en los últimos 10 años por falta de trabajo (que rondarían los 500.000, si no son más) podrán influír en las urnas, como nunca ocurrió en Paraguay.
Los inmigrantes paraguayos tienen un pagaré en manos a cobrar a los políticos. Especialmente a los colorados que, hablando mal y pronto, quebraron el país.
El pagaré efectivizarán el próximo mes de abril.
Para eso, el silencioso trabajo habían comenzado hace meses sin discursos, sin pañuelos al cuello, sin movilizaciones partidarias, sin seccionaleros, afiches en los muros ni pasacalles en las columnas, sin operadores políticos; sin el dinero de los aduaneros, contrabandistas y narcotraficantes; sin encuestas amañadas; sin seccionales coloradas ni comités liberales; sin oficinas de prensa, comunicados, solicitadas, panfletos, ni reuniones de prensa, ni titulares de tapa, ni reacciones en programas radiales mañaneros.
La operación de los inmigrantes es sencilla: hablan con sus parientes y amigos en Paraguay con las herramientas que les permite el contacto permanente: el teléfono fijo, el teléfono celular, el correo electrónico, el chat, el video - cámara.
En estos momentos cruciales de la separación de la familia ningún partido político, ningún líder político, ninguna suma de dinero (que tampoco es gran cosa) ofrecida por los compradores de votos, pueden influír tanto en Paraguay como influirán los inmigrantes desde el exterior. Estos tendrán peso con sus recomendaciones a parejas, hijos, hijas, padres, madres, tíos, tías, hermanos, hermanas, sobrinos, sobrinas, ahijados, ahijadas, que quedan en Paraguay para la hora de la votación, sencillamente porque son aquellos (los y las inmigrantes) quiénes envían el dinero para salvar lo que los gobernantes colorados no saben o, lo que es peor, no quisieron ni quieren hacen para bien del país.
Y los inmigrantes pueden hacer ganar al candidato que elijan.
Los inmigrantes paraguayos quieren efectivizar el cheque que les firmó los Calé, Nicanor, Wasmosy, González Macchi. En abril pasarán por ventanilla. No piensan esperar otros cinco años para ver si se puede cobrar.
No.
Será en abril, el mes de los inmigrantes paraguayos.