No hace mucho, ya en el gobierno de Fernando Lugo, algún iluminado bajo su administración dijo, sin ruborizarse, que los agricultores paraguayos deben dejar de pensar en la explotación algodonera por una serie de razones que, francamente, no tengo idea de donde ha sacado.
Propuso como alternativa el kaá hehé, el césamo y otros que, promete, pueden darles interesantes sorpresas económicas.
Mientras esto dice el iluminado paraguayo, en España hay inversionistas que desean adquirir tierras en América Latina para plantar algodón porque es un rubro que promete ganancias y que no terminará de comprarse en el mundo.
Bien vale la pena que el presidente paraguayo haga un chequeo sobre lo que conviene o no conviene producir en nuestras chacras para encarar lo que se viene en el país luego de todo cuanto pasó recientemente en la economía mundial.
El algodón seguirán buscando las hilanderías del mundo. El Paraguay ha llegado a producir las mejores fibras a partir de las variedes Reba, generadas durante la administración del ministro Hernando Bertoni.
Durante el gobierno de Andrés Rodríguez la explotación algodonera comenzó a prostituirse con las importaciones de semilla.
Debe volverse a producir semillas de algodón en Paraguay. Ahí está una de nuestras claves para el éxito, porque el mundo seguirá comprando algodón desmotado ya que vestirse no será obviado, al menos por un buen tiempo. Una de las bases de la ropa es el algodón.
Francisco Solano López, en pleno frente de batalla, en Paso Pucú, premiaba en 1867 a los mejores productores de algodón.
Durante el gobierno de Eusebio Ayala y los tres años de guerra contra Bolivia, el algodón fue el que salvó la economía paraguaya. En esos tres duros años de combate (1932 a 1935) fueron las mujeres quienes producían los mejores algodones de toda la historia nacional.
Durante el gobierno de Alfredo Stroessner, está visto, también se tuvo record de excelente producción algodonera, con la que de 127.000 familias de agricultores vivían dignamente.
Alguna explicación habrá de darnos el ministro de Agricultura y Ganadería, el señor Cándido Vera Bejarano.
Detrás de la puerta, esto
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martes, 18 de noviembre de 2008
Los pedos paraguayos
Esto aconteció en esta ciudad y tuvo como protagonistas a una familia y una visitante canadiense que se alojó en su casa por espacio de tres meses. La historia es digna de un profundo análisis lingüístico. Transcurría un plácido almuerzo, cuando de pronto, la visitante, en un castellano con marcado acento canadiense, preguntó:
- Pero... para ustedes ... ¿todo es pedo?
-¿Como?
- Sí, claro... Es que hay cosas que todavía no entiendo del todo...
- ¿Por ejemplo?
- Hoy Agustín fue caminando hasta el centro a cambiar una remera y el
negocio estaba cerrado. Cuando volvió dijo: 'Me hicieron ir al pedo'.
- Claro, eso significa que fue en vano, inútilmente.
- Sí, sí, pero en plural es diferente. Cuando el otro día vinimos en
taxi, al bajar Micaela dijo: 'Este maldito nos trajo a los pedos'.
- Eso quiere decir que venían rápido.
- Sí, ya me di cuenta. Pero me resulta difícil entender la diferencia
del singular al plural. Además, hay otras frases que no son lo
mismo, por ejemplo: Estar 'en' pedo, que estar 'al' pedo.
- Claro, estar 'en' pedo, es estar borracho; estar 'al' pedo, es estar
sin hacer nada.
- Suena parecido a ir 'al pedo'. Pero también lo usan
cuando quieren significar negativa a hacer algo.
- A veces, en ese caso decimos: 'No voy a ir ni en pedo', que
significa que de ninguna manera lo haremos, o sea que ni borracho iría,
¿me entendés?
- Sí, ahora sí. Aunque todavía me queda otra; cuando el otro día Agustín
no puso la mesa y vos te enojaste, Agustín luego me contó que vos lo
habías 'cagado a pedos'.
- Sí, en ese caso quiere decir que lo reté, que le regañé, que le llamé la atención.
- Me acordé de otra. Cuando fuimos al partido de fútbol y el delantero hizo un gol, el comentario de Agustín fue: 'Le salió de pedo'.
- Eso significa que lo hizo por pura suerte, que fue de casualidad.
- ¿Y qué quieren decir cuando Micaela le dice a
Agustín: ¡vos, te tiraste un pedo!
- Ah no, disculpame, los otros pedos no importan, pero eso no se dice,
es de muy mala educación decirle a otro en público, que se tiró un pedo.
- Pero... para ustedes ... ¿todo es pedo?
-¿Como?
- Sí, claro... Es que hay cosas que todavía no entiendo del todo...
- ¿Por ejemplo?
- Hoy Agustín fue caminando hasta el centro a cambiar una remera y el
negocio estaba cerrado. Cuando volvió dijo: 'Me hicieron ir al pedo'.
- Claro, eso significa que fue en vano, inútilmente.
- Sí, sí, pero en plural es diferente. Cuando el otro día vinimos en
taxi, al bajar Micaela dijo: 'Este maldito nos trajo a los pedos'.
- Eso quiere decir que venían rápido.
- Sí, ya me di cuenta. Pero me resulta difícil entender la diferencia
del singular al plural. Además, hay otras frases que no son lo
mismo, por ejemplo: Estar 'en' pedo, que estar 'al' pedo.
- Claro, estar 'en' pedo, es estar borracho; estar 'al' pedo, es estar
sin hacer nada.
- Suena parecido a ir 'al pedo'. Pero también lo usan
cuando quieren significar negativa a hacer algo.
- A veces, en ese caso decimos: 'No voy a ir ni en pedo', que
significa que de ninguna manera lo haremos, o sea que ni borracho iría,
¿me entendés?
- Sí, ahora sí. Aunque todavía me queda otra; cuando el otro día Agustín
no puso la mesa y vos te enojaste, Agustín luego me contó que vos lo
habías 'cagado a pedos'.
- Sí, en ese caso quiere decir que lo reté, que le regañé, que le llamé la atención.
- Me acordé de otra. Cuando fuimos al partido de fútbol y el delantero hizo un gol, el comentario de Agustín fue: 'Le salió de pedo'.
- Eso significa que lo hizo por pura suerte, que fue de casualidad.
- ¿Y qué quieren decir cuando Micaela le dice a
Agustín: ¡vos, te tiraste un pedo!
- Ah no, disculpame, los otros pedos no importan, pero eso no se dice,
es de muy mala educación decirle a otro en público, que se tiró un pedo.
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