En los transportes públicos de Asunción se venden los refrescos de Cola Cola. "Coca a miii, Coca a mii!!", pregonan los vendedores munidos de pequeñas conservadoras. Cada botella les permite llenar un vaso de plástico de unos 200 cc. Se vende bastante por el calor que azota el país.
Si suben pregoneros de cualquier cosa a los ómnibus, bien vale que lo hagan los que venden refrescos.
Por una moneda de 1.000 guaraníes (unos 25 centavos de dólar) engañamos al cuerpo, bapuleado por las altas temperaturas.
Me parece, hasta si se quiere, que es un servicio de caridad eso de vender Coca Cola en los micros en medio de 38 a 42 grados de calor.
Sin embargo, sin percatarnos, ese negocio (al día supongo que deberán venderse miles de botellas de la bebida) ayuda a ensuciar la ciudad al arrojar los vasos de plástico directamente a la calle por parte de los consumidores. Son miles y miles de envases descartados a cuentas de todos.
Si suben pregoneros de cualquier cosa a los ómnibus, bien vale que lo hagan los que venden refrescos.
Por una moneda de 1.000 guaraníes (unos 25 centavos de dólar) engañamos al cuerpo, bapuleado por las altas temperaturas.
Me parece, hasta si se quiere, que es un servicio de caridad eso de vender Coca Cola en los micros en medio de 38 a 42 grados de calor.
Sin embargo, sin percatarnos, ese negocio (al día supongo que deberán venderse miles de botellas de la bebida) ayuda a ensuciar la ciudad al arrojar los vasos de plástico directamente a la calle por parte de los consumidores. Son miles y miles de envases descartados a cuentas de todos.
Un envase de plástico que parece una insignificancia, pero en miles hacen toneladas de desperdicios.
La firma envasadora de dicha marca debiera evitar más desperdicios en las calles poniéndose de acuerdo con los transportistas para colocar, por ejemplo, pequeños y prácticos basureros en cada unidas de buses lo mismo que en las terminales de cada línea de modo que el consumidor y la Coca Cola, indirectamente, dejen de poluir nuestras calles.
Si se quiere se puede.
La firma envasadora de dicha marca debiera evitar más desperdicios en las calles poniéndose de acuerdo con los transportistas para colocar, por ejemplo, pequeños y prácticos basureros en cada unidas de buses lo mismo que en las terminales de cada línea de modo que el consumidor y la Coca Cola, indirectamente, dejen de poluir nuestras calles.
Si se quiere se puede.