Después de algunos años tengo una tele nueva en casa. La verdad es que la televisión por aire en Paraguay no me atraía tanto que digamos ¡Va!, no me atrae. Hasta hace algunos años, hasta el 2006 por ahí, cuando emigré a Madrid (aclaro que no fui corrido por la pésima programación de los canales, sino por el pésimo gobierno de Nicanor que dejó sin trabajo a miles de paraguayos), veía televisión por aire. Al volver, tres años después, la cosa se puso peor y entonces procedí a actuar como hombre práctico: no veo la tele.
Más antes me justificaba diciendo que de la televisión solo veía los noticieros, como era cierto. Ahora ni los noticieros porque son un auténtico vertedero.
No tengo el servicio de cable. A lo mejor entro en uno de los planes que ofrecen las compañías respectivas. El cable ofrece más opciones. Me cuentan que un noticiero de uno de esos canales asuncenos por cable es muy bueno. Me agradaría ver. Esta es una de las razones por las que volveré a ser televidente.
El otro es mi amigo Carlos Alberto Rodríguez, el apreciado Carloncho. Supe que está en un empresa por cables. Buen valor, Carloncho; tiene conocimiento, es un veterano periodista de primerísimo nivel y capaz de ayudar a poner en pantalla materiales que agraden a los televidentes. Sabe tanto de periodismo como de buen gusto. Sé que no hará de papelonero.
El otro día conversaba con un colega español sobre la televisión paraguaya. Me dijo que en España también hay decadencia de la televisión por aire pero no "tanto" como en Paraguay. Los noticieros dejaron de ser noticieros en los canales paraguayos; los programas varios son un bodrio, así intenten ser, por ejemplo, educativos. La tomadura de pelo es total.
Bueno, pero me hice de una tele nueva. Sí. Me es muy útil porque mediante la tele nueva veo fútbol de la Copa América, que transmite Telefuturo (es lo único rescatable, la transmisión de la Copa, digo); desde luego, el aparato está en off, solo en imagen, porque los comentarios de sus relatores no son como para andar escuchando durante todo el partido. Disculpenme los colegas periodistas semejante sinceridad. El partido Paraguay - Venezuela vi con las interpretaciones de Matt Monro que desde un CD las disfrutaba. Ver fútbol por televisión escuchando buena música es una experiencia estupenda, hagan la prueba. De nada, gente, de nada...
A este ritmo, en serio les digo, me apena pensar el futuro de los canales de aire de Paraguay. Supongo que terminarán por cerrar sus respectivas empresas con lo que quedará mucha gente sin trabajo. Me parece que la gente se hartó de tanta mediocridad; yo, primero. Si fuera yo el único disconforme, qué tanto pueden incomodarse los dueños de los canales, pero si somos muchos y, hasta la mayoría, debieran sacudirse. De lo contrario perderán ellos. Los televidentes no perderán nada. Así nomás es la cosa.
Se ve venir su dramático fin, las campanas empiezan a doblar por ellos.
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