Detrás de la puerta, esto

Detrás de la puerta, esto
Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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jueves, 6 de agosto de 2009

La deuda de los locutores

Escuchaba esta mañana en radio Primero de Marzo que al menos 70 radios comerciales están registradas en la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) de Paraguay (en Venezuela también hay una Conatel).
Decía un entrevistado que cada radio invierten unos 200.000 dólares y ocupan a unas 25 personas. También se puso al tapete de la opinión pública que esa cantidad ya es mucha para un país de 6.000.000 de habitantes, empeorada por otra cantidad igual o mayor de radios que operan sin licencia (piratas) bajo la figura de emisoras "comunitarias".
La excesiva cantidad de radios es un problema y; lo peor, aunque nos duela decirlo, es la escasa preparación del comunicador de radio.
Lo digo, creánme, con mucha pena y vergüenza. La amplísima mayoría de nuestros locutores y dueños de radios son muy limitados académicamente por lo que sus servicios no pasan de ser lamentablemente mediocres.
Si decimos que la mediocridad es moneda corriente en nuestras radios no estamos lejos de la verdad.
Esta limitación, en consecuencia, busca taparse con programas, mensajes, planteamientos ligeros, en broma, arriero porte pe (a nuestra manera). No pueden hacer un programa con contenido útil, divertido y, mucho menos, seductor.
Hace unos días le decia a Kike Gamarra, conocido locutor de una radio capitalina, que admiraba su capacidad dialéctica, la misma que la de Benjamín Fernández, Carlos Martini y unos pocos más.
En Paraguay no se forman a comunicadores para decir cosas sustanciosas en las radios (ni en los canales, ni en los diarios) sino, a mi parecer, para saber las técnicas de impostación y por ahí va terminando la "formación" de los mismos.
Pero, mal de otros consuelo de tontos, también hasta en Estados Unidos hay algunos locutores con pocas luces, como aquel que fue mencionado por la revista Selecciones del mes de mayo de 1990, que dijo: "escucharemos el tema musical La guerra y la paz interpretado por León Tolstoi y su orquesta".
No quiero imaginarme lo que podría publicar si escuchara a nuestros locutores.
Creo que el problema más grave de la radio paraguaya, pues, no es la cantidad de emisoras sino la bajísima, paupérrima, formación de sus locutores que, golpeados por la ignorancia, manosean muchas veces los temas que caen en sus manos.
Y, como si todo fuera poco, no se observan señales que permitan pensar que en el futuro esta madriocridad será superada.