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viernes, 26 de agosto de 2011
Un fenómeno en Facebook
Para cuando estoy escribiendo este comentario, una comunidad paraguaya en Facebook está por los 48.000 y pico de miembros, convirtiéndose por tanto en la más grande en su género de la República de Paraguay. Allí unifican voces para que la Academia de Noruega nomine al creador de la Cruzada Mundial de la Amistad, el doctor Ramón Artemio Bracho, al Premio Nobel de la Paz.
A la comunidad no se suman solamente paraguayos sino también miles de extranjeros, incluso de los países más alejados de los guaraníes, como India, Nepal, China, Corea, Islandia. Se trata de un extraño fenómeno de coincidencias de criterios.
Lo iniciamos el 31 de julio de 2011, un domingo a la mañana, cuando llovía y hacía frío en Asunción, la capital paraguaya. Para la tarde de aquella fecha ya eran 9.000 los adherentes, mientras que ahora está a punto de llegar a los 50.000.
Se suman jóvenes, mayores, hombres y mujeres, políticos, funcionarios públicos, empresarios, artistas, periodistas, comerciantes, policías, militares, choferes, obreros, estudiantes...
¿Qué la hace atractiva a esta comunidad de Facebook si allí no hay más que fotos, miles de fotos, de los rostros de cada uno de los adherentes e informes de gestiones de la comisión que lidera el grupo? No caben dudas que la unidad y el crecimiento se basan en el deseo de que, por fin, se otorgue un premio tan importante al hombre que desde el corazón de América del Sur procuró porque todos, la humanidad toda, se unan, se entiendan, se abracen mediante la práctica efectiva de la amistad.
La gente quiere por lo visto lo esencial. Reclama lo esencial. Cree en la figura del hombre como agente de paz. La humanidad procura por la paz en el planeta, empezando por la individualidad misma, luego por la familia, el barrio, el pueblo, la ciudad, el país, el continente, todo el mundo. La gente quiere paz.
Por esa necesidad, pienso, el entusiasmo en esa comunidad, conocida con el nombre de "Ramón Artemio Bracho, Premio Nobel de la Paz", no se paraliza; al contrario, crece como levadura hacia todo el mundo. Por eso la gente participa y agradece en su idioma que no hubiéramos entendido si Google no nos ponía a manos el traductor. Como nunca esta herramienta es usada a todo dar por los participantes de la comunidad.
La página "Ramón Artemio Bracho, Premio Nobel de la Paz", ya movilizó prensa, contactos de la Academia de Noruega, autoridades nacionales y municipales y, quién más quién menos propone la realización de tales o cuales ideas para seguir aumentando la cantidad de adherentes.
"Qué bueno, no sé quién me adhirió, pero agradezco; aquí me siento bien", es frase símbolo en esta comunidad, ni bien aparezcan los "nuevos" que por cientos se suman a cada hora en el espacio virtual.
Algunos, de vez en vez, se molestan por haber sido añadido por anónimos amigos por lo que piden retirarse y se retiran. Poco después vuelven y los coordinadores los reciben con alegría. En menos de un mes, mucha gente ya hizo amistad efectiva con varios otros. Rosa Zamphirópolos, una de las coordinadoras, logró sumar a no pocos asiáticos al grupo. Para estos momentos, muchos son activos participantes en la página.
¿A cuantos llegará esta marea humana en un sitio virtual?, buena pregunta; lo que los responsables del grupo llaman el "cuantímetro" aumenta en forma constante. Cincuenta mil es la próxima meta, después - seguro - la gente seguirá sumando. Esto, por lo que se ve, apenas está comenzando...
(Foto: Fotolia.com)
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