Les escribo esta carta como aspirantes que son a la presidencia de Paraguay y, sobre todo, por visitarnos en España. No me dirigiré a Blanca Ovelar ni a Fernando Lugo, candidatos como ustedes, por negarse a esta visita.
Es injusto e irresponsable darle al fenómeno de la migración paraguaya a España un carácter puramente anecdótico como en algún momento el actual presidente de nuestro país. Todo el mundo recuerda sus palabras: “Los paraguayos viajan a España sólo porque tienen dinero para hacerlo“.
Los 150.000 paraguayos en España han venido porque en Paraguay no hay oportunidad laboral para todos. La generación de empleos es la consecuencia de la informalidad con que se conducen los hombres en los tres poderes del Estado. Son falsos, mentirosos, incapaces y corruptos. Si no lo eran, ustedes no hubieran tenido necesidad de venir a España, al menos para visitarnos, porque todos íbamos a estar en nuestras casas, en Paraguay.
Estamos aquí porque el Poder, desde hace muchos años, está atrapado en manos de marginales que entienden de todo, menos de decencia, trabajo, honradez y patriotismo. Sólo hablar el idioma de los contrabandistas, narcotraficantes y de los ladrones; de los que, en fin, no tienen la menor idea de lo que es responsabilidad colectiva desde el poder. Y tampoco les importa.
Si vienen a prometernos lo mismo de siempre, acaso pierdan su tiempo. Ya fuimos desplazados de nuestro país porque hasta hace unos tres o cuatro años todavía creíamos en lo que nos prometían. Y les dimos todo el plazo y la paciencia que siempre piden los que suben al poder.
Pero nada. Absolutamente nada.
Y ustedes, Lino César Oviedo Silva y Pedro Fadul, saben que desde España nosotros podemos dar un vuelco a las urnas del 20 de abril aunque no nos permitan votar desde aquí.
Los paraguayos en la Península habrán de alentar a los suyos en Paraguay a depositar su confianza por ese candidato que piense como los paraguayos fuera de su patria; que entiendan de una vez por todas que el país se está muriendo porque el poder cayó en manos de delincuentes. A los que tengan planes concretos y fiables para la reactivación laboral en nuestro territorio.
Los inmigrantes salidos de Paraguay como han podido y sin más equipaje que sus ropas desgastadas no quieren saber ni de colores, ni de origen, ni de profesiones del candidato. Quiere en el poder a una persona trabajadora que sea capaz de: 1)- Generar empleos, para solucionar el problema inmediato de cada uno de los paraguayos y; 2)- Iniciar una inmediata campaña de educación e instrucción pública que nos permita tener gente preparada para dentro de 20 años.
Queremos un presidente de la República que respete a los paraguayos y los extranjeros que vivan en nuestro territorio. Un presidente que no tenga que ocuparse de tonteras, como pasar facturas a sus enemigos políticos. Un ejecutivo que restablezca orden en el desorden moral del Paraguay. Que sea capaz de reflotar la agricultura; de tener muñeca para cobrar impuestos a los poderosos.
Alentaremos a nuestros parientes y amigos en Paraguay a que voten a quien desde el poder mande a la cárcel a los delincuentes, que controle que las fuerzas del orden efectivamente pongan orden en la patria y que sus efectivos no desperdiguen tiempo organizando bandas de robacoches, “peajeros”, rateros y asaltantes; ni que estén preocupados por dos kilos diarios de carnaza de primera para las esposas de los generales.
Alentaremos, en fin, a que se vote al que se disponga a cumplir su papel de Presidente de la República del Paraguay, como lo han hecho Carlos Antonio López, Eduardo Schaerer, Eligio Ayala, Eusebio Ayala y hasta el mismo Bernardino Caballero.
Ser decente y efectivo no es tarea de otro mundo. Es una cuestión de voluntad.
Si tienen esa voluntad, los paraguayos en España pondremos hombros por la candidatura de ustedes. No prometemos lo mismo, yo al menos, ni a Blanca ni al ex obispo, porque - ya lo vemos - no tienen ni siquiera la voluntad de hacer el peregrinaje de 13.000 kilómetros que nos permitan empezar a creer en ellos.
Les deseo mucha suerte.
Es injusto e irresponsable darle al fenómeno de la migración paraguaya a España un carácter puramente anecdótico como en algún momento el actual presidente de nuestro país. Todo el mundo recuerda sus palabras: “Los paraguayos viajan a España sólo porque tienen dinero para hacerlo“.
Los 150.000 paraguayos en España han venido porque en Paraguay no hay oportunidad laboral para todos. La generación de empleos es la consecuencia de la informalidad con que se conducen los hombres en los tres poderes del Estado. Son falsos, mentirosos, incapaces y corruptos. Si no lo eran, ustedes no hubieran tenido necesidad de venir a España, al menos para visitarnos, porque todos íbamos a estar en nuestras casas, en Paraguay.
Estamos aquí porque el Poder, desde hace muchos años, está atrapado en manos de marginales que entienden de todo, menos de decencia, trabajo, honradez y patriotismo. Sólo hablar el idioma de los contrabandistas, narcotraficantes y de los ladrones; de los que, en fin, no tienen la menor idea de lo que es responsabilidad colectiva desde el poder. Y tampoco les importa.
Si vienen a prometernos lo mismo de siempre, acaso pierdan su tiempo. Ya fuimos desplazados de nuestro país porque hasta hace unos tres o cuatro años todavía creíamos en lo que nos prometían. Y les dimos todo el plazo y la paciencia que siempre piden los que suben al poder.
Pero nada. Absolutamente nada.
Y ustedes, Lino César Oviedo Silva y Pedro Fadul, saben que desde España nosotros podemos dar un vuelco a las urnas del 20 de abril aunque no nos permitan votar desde aquí.
Los paraguayos en la Península habrán de alentar a los suyos en Paraguay a depositar su confianza por ese candidato que piense como los paraguayos fuera de su patria; que entiendan de una vez por todas que el país se está muriendo porque el poder cayó en manos de delincuentes. A los que tengan planes concretos y fiables para la reactivación laboral en nuestro territorio.
Los inmigrantes salidos de Paraguay como han podido y sin más equipaje que sus ropas desgastadas no quieren saber ni de colores, ni de origen, ni de profesiones del candidato. Quiere en el poder a una persona trabajadora que sea capaz de: 1)- Generar empleos, para solucionar el problema inmediato de cada uno de los paraguayos y; 2)- Iniciar una inmediata campaña de educación e instrucción pública que nos permita tener gente preparada para dentro de 20 años.
Queremos un presidente de la República que respete a los paraguayos y los extranjeros que vivan en nuestro territorio. Un presidente que no tenga que ocuparse de tonteras, como pasar facturas a sus enemigos políticos. Un ejecutivo que restablezca orden en el desorden moral del Paraguay. Que sea capaz de reflotar la agricultura; de tener muñeca para cobrar impuestos a los poderosos.
Alentaremos a nuestros parientes y amigos en Paraguay a que voten a quien desde el poder mande a la cárcel a los delincuentes, que controle que las fuerzas del orden efectivamente pongan orden en la patria y que sus efectivos no desperdiguen tiempo organizando bandas de robacoches, “peajeros”, rateros y asaltantes; ni que estén preocupados por dos kilos diarios de carnaza de primera para las esposas de los generales.
Alentaremos, en fin, a que se vote al que se disponga a cumplir su papel de Presidente de la República del Paraguay, como lo han hecho Carlos Antonio López, Eduardo Schaerer, Eligio Ayala, Eusebio Ayala y hasta el mismo Bernardino Caballero.
Ser decente y efectivo no es tarea de otro mundo. Es una cuestión de voluntad.
Si tienen esa voluntad, los paraguayos en España pondremos hombros por la candidatura de ustedes. No prometemos lo mismo, yo al menos, ni a Blanca ni al ex obispo, porque - ya lo vemos - no tienen ni siquiera la voluntad de hacer el peregrinaje de 13.000 kilómetros que nos permitan empezar a creer en ellos.
Les deseo mucha suerte.
(Este artículo publicado en el períodico madrileño "Euro Mundo Global", número 160, p. 27, se había escrito antes de conocerse que, finalmente, Lino Oviedo prefirió dejar de lado su compromiso de venir a visitar a los paraguayos en España, tal como prometió).
1 comentario:
Hola, Efraín. Comparto contigo la opinión que los candidatos a presidente del Paraguay no se esforzaron para llegar a la masa de compatriotas que vive en España. Creo que los políticos que aspiran hoy al Palacio de López se equivocan, ya sea por falta de sensibilidad o por falta de inteligencia. A todas luces, como vos, muy bien lo señalás en tu artículo, los paraguayos que trabajan en España tienen poder sobre la decisión de sus familiares. Al fin y al cabo, ¿no son ellos quienes, que con sacrificio, mantienen a sus hijos, esposas, esposos desde la distancia? Son miles de personas, cuya influencia, sin duda, será gravitante a la hora de direccionar el voto de sus parientes.
Conozco, por haberlas visto de cerca, las condiciones de vida de nuestra gente en el Viejo Mundo(Viví un tiempo en Valencia y en Madrid); nada más lejano a un viaje o estadía de placer. Decir que se fueron solo porque “tenían para su pasaje”, es una enorme y dolorosa muestra de irresponsabilidad de quien o quienes deberían velar por el bienestar de todos y todas.
Trabajo, añoranza y esperanza. Quizás el trío que configura la vida de los compatriotas en España y en otros países del mundo. Miles de paraguayos y paraguayos que se marcharon porque no encontraron respuesta a sus necesidades en su propio país.
Si no son prioridad para los que se postulan a dirigir el Paraguaya, por lo menos se merecen respeto.
Considero que es realmente un despropósito que a 16 años de la promulgación de la Constitución nacional, ésta no haya sido modificada para permitir que miles de compatriotas puedan hacer valer su voz. Sobre todo, teniendo en cuenta que sus ingresos hoy representan uno de los principales sostenes de la economía paraguaya. Una pena.
Un saludo fraterno, desde Asunción.
Tu colega, Natalia González Giménez.
(marlluna07@hotmail.com)
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