¿De dónde vienes norte, tarová, montarás y arisco?
¿Qué te traes entre manos, en tu agosto de enigmas,
De amenazas a quiénes te temen, no te simpatizan?
¿Qué buscas, viento loco?, ¿acaso tu cuota de muerte, de penas, excitación y enojos?
Así y todo, viento norte insociable, saraki y caliente, que cubres las calles de hojas muertas,
Así y todo, te quiero y te espero todos los años, cuando Cáncer se marcha y, altanero,
llega, Leo, el hijo macho, pródigo y fuerte.
Te espero, temeroso; como en diciembre, feliz, a la Navidad del Niño; en mayo, las fiestas patrias y; en setiembre, cuando te marches con tus presas entre garras, a las flores coloridas, las que ahora, en agosto, siguen marchitas, agotadas y, como deseas, muertas.
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