Yo también estoy en las redes, sobre todo en Facebook, pero ahora estoy suspendido. Por eso me reporto a la gente a través de mi blog, éste, así sea menos efectivo y, sobre todo, inmediato que las redes.
Tengo entendido que algo hice mal en estos últimos días para que, una vez más, me sea bloqueada la cuenta. Espero equivocarme y que lo mío no sea sino una equivocación pasajera por parte de los administradores de la red.
Para que me puedan entender les debo decir que desde la red Facebook yo venía alentando, hartado como millones de paraguayos, que no se roben 50 millones de dólares de las arcas paraguayas para repartirse entre operadores políticos. Yo, como muchos, insítía desde la red para que los diputados (apodados "dipuchorros") no robaran. Tal fue la sordera de nuestros parlamentarios que copamos la plaza situada frente al Parlamento.
Finalmente, Senadores atendió nuestro reclamo.
Pero a Senadores pedimos que desbloqueen la llamada "lista sábana" (la cruel manera aplicada por los partidos políticos para meter al Parlamento a los mediopelos, ignorantes e inútiles) de modo que la ciudadanía tenga la posibilidad de elegir uno por uno a los parlamentarios que consideren de su confianza y útiles para la nación.
En este reclamo estaba yo en la red Facebook hasta que ahora no puedo entrar más a mi cuenta. En fin. Por eso vuelvo a insistir, pero ahora por medio de este blog, aunque sé que carece de la efectividad inmediata como para movilizar a la gente.
Porque ahí está la clave, en la movilización. Los senadores no hubieran prestado atención al reclamo surgido desde las redes sociales si no nos disponíamos a ocupar la Plaza de Armas, frente al Parlamento Nacional de Paraguay. Y ocupamos por tres días.
Dicen que los paraguayos nos estamos despertando. No estoy muy seguro que hayamos estamos dormidos profundamente; sí, que estabamos maniatados por un sistema perverso y de múltiples causas y efectos. De todo eso nos sacudimos finalmente. Y hoy los paraguayos salimos a la calle, gritamos, exigimos, reclamamos a nuestras autoridades a comportarse con decencia y a trabajar duro.
Ya estoy acostumbrado a recibir golpes por el uso que doy a la red social. Ya una vez me pasó con la movilización de la gente a favor de la candidatura de un paraguayo para el Premio Nobel de la Paz. Juntamos más de 50.000 adherentes en Facebook. Por detrás se filtraron los oportunistas que intentaron obtener beneficios económicos de la idea y, los que se molestaron por sugerir a un paraguayo para tan respetable galardón. Me "hakearon" (¿así se escribe?) y me sacaron del grupo que yo mismo cree.
En las redes estamos de todos, los perseverantes, los cobardes, los valientes, los sensatos, los necios, los irresolutos, los calentones, de todo.
Lo que no podemos negar es la efectividad de las redes; los egipcios tienen buenas experiencias.
En sístesis, lo que les quiero decirles es que así no esté pudiendo retornar a Facebook reclamaré desde aquí la total liberación de las listas para diputados y senadores; reclamaré decencia a los que ejercen el poder en mi país; exigiré como ciudadano la rendición de cada centavo que se pone en sus manos e, igualmente, reclamaré que los que han hecho mal la tarea reciban el castigo merecido.
La democracia no debe ser blanda con los delincuentes. No tiene por qué ser blanda.
Me quedo tranquilo con mi consciencia. No hice nada mal al reclamar, al exigir, al llevar contra las cuerdas a los parlamentarios que preparaban otro festín a nuestra cuenta. Facebook me puede sacar de la red, pero de donde no podrá sacar es a la ciudadanía que ya ganó la plaza.
En mi último post en Facebook escribí algo breve que se refería a la no sesión de los senadores porque, según argumentaron nuestros representantes, no pueden reunirse bajo presión y yo, por eso dije "¡qué maricoones!". Y fue mi último post. Para Facebook yo le habré faltado el respeto a los parlamentarios chorros de Paraguay, cuando que son ellos los que nos faltan el respeto.
De todas maneras, yo seguiré martillando desde mi blog para que los líderes paraguayos aprendan a ser gente, a portarse bien, a trabajar por la patria y no por sus bolsillos.
Me quedo tranquilo con mi consciencia. No hice nada mal al reclamar, al exigir, al llevar contra las cuerdas a los parlamentarios que preparaban otro festín a nuestra cuenta. Facebook me puede sacar de la red, pero de donde no podrá sacar es a la ciudadanía que ya ganó la plaza.
En mi último post en Facebook escribí algo breve que se refería a la no sesión de los senadores porque, según argumentaron nuestros representantes, no pueden reunirse bajo presión y yo, por eso dije "¡qué maricoones!". Y fue mi último post. Para Facebook yo le habré faltado el respeto a los parlamentarios chorros de Paraguay, cuando que son ellos los que nos faltan el respeto.
De todas maneras, yo seguiré martillando desde mi blog para que los líderes paraguayos aprendan a ser gente, a portarse bien, a trabajar por la patria y no por sus bolsillos.
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