Detrás de la puerta, esto

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martes, 13 de diciembre de 2011

Historia de la ganadería paraguaya

T ranscurridos 18 años de la llegada de los primeros españoles a la Bahía de los Carios, el primer plantel bovino llegaba al Fuerte de la Santa María de la Asunción. Dada las excelentes condiciones de los campos de pastoreo de las comarcas guaraníes, fue alentada por los pioneros del reino a importar, con muchas penurias de traslado sin dudas, aquellas primeras cabezas de estos cuadrúpedos que les permitirá seguir,como en España, con la costumbre ganadera. Trece años antes de la llegada de las primeras siete vacas y del primer toro importado de España por los hermanos Scipión y Vicente Goes había llegado la primera manada de caballos mediante Álvar Núñez Cabeza de Vaca.
El historiador español Pedro Antonio Vives Azancot, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, afirma que Paraguay en el siglo XVIII todavía seguía siendo un "lugar extraño, olvidado, de segunda fila" y que Asunción no pasaba de ser "un almacén distante, mal combinado y con un paupérrimo surtido"1/, de modo que pensar en que la ganadería bovina en estas lejanías, tras la incorporación de las vacas tropeadas por un tal N. Gaete y el mismo Juan de Salazar (foto, arriba), desde las costas del Brasil 2/, fue más bien por la bondad de la naturaleza que por un plan político económico de la colonia.
Esta primera hacienda fue llevada hasta las cercanías de los aduares del cacique Maquiracé, en Tapuá (San José de los Campos Limpios de Tapuá desde el 1 de febrero de 1785) que era una planicie libre de bosques, benigna para el cuidado de la nueva hacienda, a la que los nativos, emparentados con Domingo Martínez de Irala (foto de abajo), casado con Yvoty Sa´yju (Leonor), y otros capitanes de este. Las tierras ocupadas actualmente por el campo de exposiciones de la Asociación Rural del Paraguay en Mariano Roque Alonso eran partes de aquellas que contenían los primeros bovinos locales.

Trece años después de la primera importación de bovinos, en 1568, Felipe de Cáceres introducía en Asunción otra partida de vacas y toros traídos desde el Alto Perú. Desde el año siguiente, Cáceres fue autorizado por el rey de España a repartir tierras y ganado a los capitanes.
Esta hacienda, sin dudas, amalgamó aún más la relación hispano con los indígenas y obligó a dar inicio a una planificación de las tareas rurales en base a esta incipiente actividad junto a la milenaria agricultura que se practicaba en la comarca. Muy pronto la ganadería tuvo que practicarse en zonas bien separadas por empalizadas de troncos y ramas de árboles y los cursos hídricos, de modo que los cultivos no se vean dañados. Ya en 1578 Juan de Garay firmó una ordenanza obligando a los vecinos a construir corrales donde meter el ganado para que no destruyan "las rozas" 3/.
Más adelante, por mediados del siglo XVII, comenzaron los enfrentamientos entre los nativos de Tapuá con los guaicurúes y payaguaes atraídos por la hacienda. Por 1680 la zona fue arrasada por estos y sus pobladores migraron hacia el este hasta el valle de Capiatá 4/ donde se formaría luego, con sus descendientes, el pueblo del mismo nombre. Aquella guerra guaraní fue también promovida por la codicia despertada hacia los bovinos. Por 1670, el general Pedro de Orrego y Mendoza tenía una estancia en el valle de Tapuá Guasú con ganado y agricultura 5/.
Un siglo antes, por 1580, Juan de Garay decide repoblar Buenos Aires con nativos guaraníes y criollos trasladados desde Asunción. El contingente también llevó al menos mil caballos, doscientas vacas, quinientas ovejas, yeguas, carretas, bueyes y otras cosas indispensables, respaldado por 39 soldados armados a cargo de Alonso de Vera, sobrino de Pedro de Mendoza, afirmaba el padre Lozano. En 25 años de ganadería vacuna en Asunción y alrededores ya había suficiente como para rehacer la ganadería en el estuario del Río de la Plata, desde los campos próximos al Fuerte de Buenos Aires.
Si bien la idea de que la ganadería bovina fue incorporada a Tapuá por la necesidad alimentaria de los españoles es totalmente descartable, sí se puede afirmar que con su explotación se dio inicio a una serie de modificaciones socio culturales y, como señaláramos más arriba, hasta cruentas y prolongadas guerras entre pueblos indígenas y españoles.
Para finales del siglo XVI, todas las tierras del Río de la Plata, desde Buenos Aires hasta Asunción, estaban invadidos por ganado bovino salvaje cuya cacería estaba permitida para extraerle cuero, cebo y la lengua, la única parte que usaba para alimentarse 6/.

En síntesis: Habiendo suficientes recursos alimenticios en Tapuá y el Fuerte de Santa María de la Asunción, proveida especialmente por los indígenas parientes, los españoles se preocuparon introducir el ganado bovino 18 años después de la fundación del fuerte. En resumen también se puede decir de esta primera parte de la historia ganadera en Paraguay que en menos de 50 años, la especie bovina se multiplicó por miles sin que el hombre pueda controlarla por lo que, incluso, se volvió salvaje, permitiéndose la caza indiscriminada de la especie.
El manejo del negocio ganadero a partir de las misiones jesuíticas primero y, del Estado, después, han permitido el constante sostenimiento, de la exportación de cuero y cebo, interrumpido de vez en vez por medidas políticas de los gobiernos de Buenos Aires. Las diferencias entre la nueva Confederación Argentina y la República del Paraguay del doctor José Gaspar Rodríguez de Francia han obligado a éste a entregar animales (vacas y caballos) criados en las Estancias de la Patria (formadas en base a los bienes de los expulsados jesuitas) con lo que la población paraguaya pudo soportar las necesidades alimentarias por causas del aislamiento en el periodo post independentista.
La hacienda bovina para cuando comenzó la Guerra contra la Triple Alianza superaba las 1.500.000 cabezas, consumida casi en su totalidad, repoblandose los campos con el aporte de los criadores entrerrianos y correntinos, en el sur del país, dándose inicio a la incorporación de las industrias saladeras del norte en 1912 la formación de nuevas empresas pecuarias entre 1912 y 1920 (Saccarello, Spinzi, Núñez, Irigoyen, Richar, Urrutia Ugarte y Compañía, Girard, Storm, Liebig´s, Aceval, Macchi, etc.); la reorganización de la sociedad ganadera inmediatamente después de la guerra contra Bolivia; la importación de animales pura sangre de razas europeas a partir de 1940 y; la importación de ganado cebuíno desde el brasil por los Sarubbi de Caazapá a mediados del siglo XX 7/.

FUENTES:
1- VIVES Azancot, Pedro Antonio, "El confín norteño del Río de la Plata, Asunción en el último cuarto de siglo XVIII", tésis doctoral, Universidad Complutense de Madrid, Biblioteca Nacional de Madrid, 1980, pp. XI-XIII.
2- LOZANO, Pedro, "Historia de la conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán", Vol. I, Imprenta Popular, Buenos Aires, 1874, p. 273.
3- AGUIRRE, J. Francisco, "Discursos históricos", Segunda edición, Espasa-Calpe, Buenos Aires - Mexico, 1947, p. 138.
4- QUEVEDO, Roberto, "Paraguay años 1671 a 1681", El Lector, Asunción, 1983, p. 53.
5- QUEVEDO, idem, p. 62.
6- LOZANO, idem, p. 275.
7- Registro Oficial de Paraguay, archivo del autor.
El artículo se sustenta en "La Ganadería en Paraguay, desde la conquista hasta la Guerra Grande", La Rural Ediciones, Asunción, 1987 y; "Nelore y Neloristas del Paraguay", La Rural Ediciones, Asunción, 1988.



MARTINEZ CUEVAS, Efraín, "La Ganadería en Paraguay, desde la conquista hasta la Guerra Grande", La Rural Ediciones, Asunción, 1987 y; "Nelore y Neloristas del Paraguay", La Rural Ediciones, Asunción, 1988.






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