El tiempo hatä oikó dice la canción y ese tránsito conspira contra la memoria. Ya pocos recuerdan a aquellos combatientes que tenían mucho de bohemios, los guerrilleros de la Columna 14 de Mayo. Jóvenes y no tan jóvenes paraguayos radicados la mayoría en Argentina y otros pocos en Brasil. Pusieron pecho a la metralla y enfrentaron a Alfredo Stroessner. Pocos hoy recuerdan a aquellos paraguayos que murieron al amparo de sus ideales. Han pasado 52 años de aquellos combates en Itapúa, Alto araná, Caaguazú y los alrededores de Asunción.
Stroessner, coronel Ramón Duarte Vera, Edgar L. Insfrán y el general Patricio Colmán fueron los brazos ejecutores de la masacre de aquellos hombres.
Sobre la historia de ocho guerrilleros escribí un libro en el 2002. Se llama "Masacrados en Nochebuena", donde hay testimonios de primera mano de Gualberto Antonio Arce y del ya lejendario Remigio Giménez a quienes entrevisté varias veces en Foz de Yguazú, Brasil.
Ellos formaron parte de aquella columna entrenada en Misiones, Argentina y que, en número de ocho atacó a través de Alto Paraná. Finalmente, ya en territorio brasileño fueron masacrados en la Nochebuena de 1960 en el sitio que sería llamado "Kurusú seis" en memoria de seis asesinados. Giménez y Arce se salvaron.
El tiempo, implacable en su gestión, hace que muchos paraguayos ya no sepan este capítulo dentro de estos 200 años de independencia paraguaya.
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