Detrás de la puerta, esto

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Procuro que mi blog sea agradable como lo es un buen vino para quién sepa de cepas; como un buen tabaco para aquellos que, como Hemingway, apreciaban un buen libro, un buen vino, un buen ron y un buen puro. Es todo mi intento para cuando abra esta puerta (Foto: Fotolia.com).

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sábado, 18 de septiembre de 2010

Pirayú ante los ojos de una joven

Pirayú evoca el antiguo libro de lectura para el tercer grado - "Alegría" - de Concepción Leyes de Chaves, allá por la década de 1940.En este libro de texto había un página que bajo el título de "Un regalo" se menciona una carta llegada de Cerro León en la que se anunciaba que unos pirayuenses enviaría regalos por tren a unos parientes de Asunción. Los escolares de entonces, ahora en la ancianidad, quizás siempre asocien el pueblo con aquel útil material de lectura. No escapé a ese hechizo, ignorante de tiempo y espacio.
Por primera vez estuve en Pirayú. En la municipalidad una joven de 20 años, María Virginia Mareco (foto), me muestra su agenda donde tiene anotado el nombre de los personajes pirayuenses y me cuenta, entusiasmada, que ella forma parte de un grupo de jóvenes voluntarios que integran el Consejo de Recursos Hídricos encargado de atender cuatro de los 15 manatiales del pueblo. "Bueno, limpiamos los surgentes y dictamos charlas de concienciación en las escuelas y colegios. Fuimos elegidos por el Banco Mundial por lo que hacemos. Nos entregará 2.000 dólares para nuestras tareas y el dinero será administrado por "Gestión Ambiental", una ONG".
- ¿Usted sabe - me dice - que aquí nació el primer obispo de Paraguay? Se llamaba Basilio López, era el hermano de don Carlos Antonio, él vivió en la casa parroquial que está al lado de la iglesia y que ahora ocupan las carmelitas misioneras.
- ¿Y quiénes fueron otros famosos de Pirayú?
- Tengo anotado en mi agenda ... espere ... José Eduvigis Díaz, militar; Emiliano Gómez Rios, historiador; Marcelino Pérez Martínez, escritor; Roque Mereles, músico popular; Nieves Varesini de Niella, poetisa; Emilio Bodabilla Cáceres, músico; Francisco Pérez Acosta, historiador; José María Delgado, militar....
- Durante la Guerra Grande también fue herido en Pirayú y Acosta Ñu, Emilio Aceval, luego presidente de la República.
- ¡Ah!, eso yo no sabía. Aquí también está el arroyo Madama, muy visitada por Elisa Alicia Lynch. El lugar está a unos ocho kilómetros de aquí, hacia Cerro León. Es un lugar hermoso.
- Aquí veo que hay muchos arroyos.
- Son varios y el agua que tenemos es fresca y limpia, no contaminada. Nosotros tenemos agua corriente en el pueblo proveído por SENASA. El agua viene de un manantial que está a orillas del cerro.
- Y de los hoteles en Pirayú, ¿qué me puedes contar?
- No, no hay hoteles....
- ¿Y pensiones?
- Tampoco. Antes había en una conocida estancia hacia el ex cuartel de Solano López, en Cerro León, pero ahora ya no hay más.
- ¿Y los restaurantes y bares?
- Hay lugares donde los pirayuenses concurrimos, como el bar "María José", donde se sirve pollo asado, pastas helados; los jóvenes son habitués de la bodega "La Casona" y los domingos nos vamos a la heladería "Diego".
- ¿Hay universidades en el pueblo?
- No. Yo voy a la Nacional de San Lorenzo, donde estudio Biología. La mayoría de los jóvenes nos vamos todos los días a la universidad de San Lorenzo u otros pueblos cercanos. Hay micro regularmente que asegura nuestro retorno a casa, si volvemos a la noche.
- ¿Si vienen turistas, serías capaz de hacer de guía?
- Sí, claro, pero ponga que también Olga Martínez, mi compañera de oficina aquí en la Municipalidad, puede orientar a los turistas.
En la esquina de la municipalidad abordé una moto - taxi, conducida por Ricardo, un hombre de 40 años. Me lleva a Cerro León para ver lo que fuera cuartel del Mariscal Francisco Solano López. Cerca de ahí está el cementerio donde enterraron a los muertos en combate, más allá, el arroyo "Madama", visitada por la pareja de López, en carruaje, casi todos los días mientras estaban acampados en el lugar.
A la vuelta aprecié mejor, no sé por qué, las antiguas casas, la vieja estación de dos cúpulas, como ninguna de Paraguay; la plaza "General Díaz", donde hay una estatua del guerrero parado. Debía ser una estatua ecuestre, pensé. El viaje en motocicleta hasta el sitio histórico referido fue muy agradable y, sobre todo, barato. Ida y vuelta no costó sino 20.000 guaraníes, algo así como cuatro dólares.
Ir a Pirayú es un regalo de Dios, es una alegría, suficiente como para recordar el añejo libro de texto de la profesora Leyes de Chaves. En una próxima nota les hablaré de la chipa hecha en Pirayú, una delicia, porque ahora ya no tengo más espacio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante tu publicación amigo...

ana liz almada dijo...

Pirayu es un pueblo de héroes y grandes personajes que el país ignora. la falta de asistencia de autoridades se refleja día tras día. fuentes de supervivencia como un mercado o de educación como una universidad es la necesidad básica de mi querido pueblo. Muy linda información de la joven Mareco.