Esto de asumir responsabilidades personales no es de muchos. No nos quepan dudas. El "¿yo qué tengo que ver?" o "yo no fui" son, no sé si sólo de los paraguayos, sino de todos los irresponsables. Les digo esto por un aviso que vengo escuchando en algunas radios de Asunción.
Se trata de un aviso de Café "Mayo".
Los creativos de la publicidad, con el acuerdo de los dueños supongo de la referida marca, presentaron el siguiente argumento:
La hija dice a la madre que se casará con un hombre recién salido de la prisión de Tacumbú; la madre se opone; la hija insiste enojada. Ambas se levantan la voz. La mamá, entonces, propone que se tranquilicen y que mientras toman un cafecito ("Mayo") la casamentera le cuente quién es el hombre elegido.
La hija la cuenta que el supuesto padre del novio tiene una empresa de transporte aéreo, unos pozos petrolíferos y una fábrica de "championes" en China, bienes que la hace cambiar de opinión a la madre diciendo algo así como que no importa el antecedente y que lo importante es que se quieran.
En este aviso hay de todo: histeria, violencia, intolerancia, desvergüenza, impaciencia, soberbia, menos dignidad, integridad, la moral toda.
El aviso publicitario plantea, sin vergüenza alguna, que no importa cómo se pueda llegar a la riqueza, sino llegar.
Me pregunto si así se podrá vender más café.
No sé, tampoco me importa.
Lo que sé es que con estos mensajes lo que se promueve es exactamente el modelo planteado: dar espacio a los sinvergüenzas, violentos, soberbios y amorales. Si bien el aviso no dice que el ex presidiario haya sido, por ejemplo, un criminal y narcotraficante, bien podía haber sido uno de ellos o peor (eso queda a cargo de la imaginación de los oyentes), pero para el mensaje da igual: no hay problemas "si se quieren".
Luego no nos quejemos porque el país está patas para arriba.
Si yo fuera el guionista del aviso me sentiría también responsable de lo que pasa en nuestra sociedad marcada por los antivalores, porque yo aliento los antivalores.
Desde luego, los ejecutivos de la referida marca también son responsables de que la sociedad esté atravesada como está; y los dueños de medios radiales, igualmente. Que el aviso sea pagado y de única responsabilidad de la empresa responsable no deja sin responsabilidad al dueño de la radio. Entonces, este también es responsable de la violencia que existe en el país.
La libertad no es para usarla en esto. Ya vemos, de tanta mala conducta hoy vivimos enrejados, secuestrados, asaltados. Todo porque todos hemos aportado nuestro grano de mal ejemplo.
Se trata de un aviso de Café "Mayo".
Los creativos de la publicidad, con el acuerdo de los dueños supongo de la referida marca, presentaron el siguiente argumento:
La hija dice a la madre que se casará con un hombre recién salido de la prisión de Tacumbú; la madre se opone; la hija insiste enojada. Ambas se levantan la voz. La mamá, entonces, propone que se tranquilicen y que mientras toman un cafecito ("Mayo") la casamentera le cuente quién es el hombre elegido.
La hija la cuenta que el supuesto padre del novio tiene una empresa de transporte aéreo, unos pozos petrolíferos y una fábrica de "championes" en China, bienes que la hace cambiar de opinión a la madre diciendo algo así como que no importa el antecedente y que lo importante es que se quieran.
En este aviso hay de todo: histeria, violencia, intolerancia, desvergüenza, impaciencia, soberbia, menos dignidad, integridad, la moral toda.
El aviso publicitario plantea, sin vergüenza alguna, que no importa cómo se pueda llegar a la riqueza, sino llegar.
Me pregunto si así se podrá vender más café.
No sé, tampoco me importa.
Lo que sé es que con estos mensajes lo que se promueve es exactamente el modelo planteado: dar espacio a los sinvergüenzas, violentos, soberbios y amorales. Si bien el aviso no dice que el ex presidiario haya sido, por ejemplo, un criminal y narcotraficante, bien podía haber sido uno de ellos o peor (eso queda a cargo de la imaginación de los oyentes), pero para el mensaje da igual: no hay problemas "si se quieren".
Luego no nos quejemos porque el país está patas para arriba.
Si yo fuera el guionista del aviso me sentiría también responsable de lo que pasa en nuestra sociedad marcada por los antivalores, porque yo aliento los antivalores.
Desde luego, los ejecutivos de la referida marca también son responsables de que la sociedad esté atravesada como está; y los dueños de medios radiales, igualmente. Que el aviso sea pagado y de única responsabilidad de la empresa responsable no deja sin responsabilidad al dueño de la radio. Entonces, este también es responsable de la violencia que existe en el país.
La libertad no es para usarla en esto. Ya vemos, de tanta mala conducta hoy vivimos enrejados, secuestrados, asaltados. Todo porque todos hemos aportado nuestro grano de mal ejemplo.
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