Los tiempos pasan rápido. Han transcurrido 20 años desde que se fue Alfredo Stroessner y ya hay una nueva generación paraguaya que vino después. Estos, quizás, sepan poco de los protagonistas de los 35 años de poder de aquel militar fallecido en Brasilia. Entre estos Mario Abdo Benitez (en la foto, a la Der., con Gustavo Stroessner y Alfredo Stroessner) jugó un papel de mucha importancia desde su cargo de secretario privado en la Presidencia de la República.
Abdo fue un hombre de escasa formación académica pero su inteligencia y su practicidad nadie puso en dudas, por eso fue muchos años la sombra de Stroessner en el Palacio de López.
Muchas bromas y chistes han brotado a su costilla, precisamente por eso que él adolecía, según la gente, su ignorancia. Sin embargo, alguien que estuvo 44 años en la función pública (un desierto lleno de serpientes) no puede ser tan despistado. De todos modos fue un contador público. Se diga lo que se diga de él, manejó los asuntos políticos como no lo han hecho los más renombrados de su partido, la ANR, llegando a ser reconocido (claro, por los más trepadores) como el “padre espiritual de la juventud paraguaya”.
En la noche del 2 de feberero de 1989 cayó preso en Ciudad Presidente Stroessner, fue procesado por enriquecimiento ilícito y luego liberado. No se marchó del país. A poco tiempo se lo veía frecuentar el parque Ñu Guazú donde practicaba su caminata diaria. Nunca más volvió a las actividades políticas, espacio que ocupó uno de sus hijos.
Nació el 22 de octubre de 1927.
En primera nupcia se casó el 15 de junio de 1946, en Yaguarón, con Modesta Antonia Jara. Él tenía 19 años de edad; ella, 17. Tuvieron tres hijas (una de ellas se llama Rita). Luego se casaría con Ruth Benitez Terrier de Abdo Benitez (Manón) bella y elegante hija de un oficial de caballería. Inmediatamente después del golpe, Ruth abandona a Benitez.
Pudimos rescatar del Registro Oficial dos antiguos decretos del Poder Ejecutivo de la década de 1940 que testimonias sus inicios en las cosas públicas. El 19 de marzo de 1945, por decreto 7.795, se nombra a otro Auxiliar de 4ª. De la Dirección General del Personal del Ministerio de Defensa Nacional en reemplazo del Abdo Benitez, quien pasó a ocupar otro cargo. El 13 de junio de 1947, por decreto 20.357, se acepta su renuncia como empleado militar categoría B-9 de la Secretaría del Ministerio de Defensa Nacional.
Llegó a administrar una importante fortuna. Fue propietario, por ejemplo, de tres edificios en Rosario (Argentina) que, a exigencia de su segunda esposa, los transfirió a nombre de esta.
Muchas bromas y chistes han brotado a su costilla, precisamente por eso que él adolecía, según la gente, su ignorancia. Sin embargo, alguien que estuvo 44 años en la función pública (un desierto lleno de serpientes) no puede ser tan despistado. De todos modos fue un contador público. Se diga lo que se diga de él, manejó los asuntos políticos como no lo han hecho los más renombrados de su partido, la ANR, llegando a ser reconocido (claro, por los más trepadores) como el “padre espiritual de la juventud paraguaya”.
En la noche del 2 de feberero de 1989 cayó preso en Ciudad Presidente Stroessner, fue procesado por enriquecimiento ilícito y luego liberado. No se marchó del país. A poco tiempo se lo veía frecuentar el parque Ñu Guazú donde practicaba su caminata diaria. Nunca más volvió a las actividades políticas, espacio que ocupó uno de sus hijos.
Nació el 22 de octubre de 1927.
En primera nupcia se casó el 15 de junio de 1946, en Yaguarón, con Modesta Antonia Jara. Él tenía 19 años de edad; ella, 17. Tuvieron tres hijas (una de ellas se llama Rita). Luego se casaría con Ruth Benitez Terrier de Abdo Benitez (Manón) bella y elegante hija de un oficial de caballería. Inmediatamente después del golpe, Ruth abandona a Benitez.
Pudimos rescatar del Registro Oficial dos antiguos decretos del Poder Ejecutivo de la década de 1940 que testimonias sus inicios en las cosas públicas. El 19 de marzo de 1945, por decreto 7.795, se nombra a otro Auxiliar de 4ª. De la Dirección General del Personal del Ministerio de Defensa Nacional en reemplazo del Abdo Benitez, quien pasó a ocupar otro cargo. El 13 de junio de 1947, por decreto 20.357, se acepta su renuncia como empleado militar categoría B-9 de la Secretaría del Ministerio de Defensa Nacional.
Llegó a administrar una importante fortuna. Fue propietario, por ejemplo, de tres edificios en Rosario (Argentina) que, a exigencia de su segunda esposa, los transfirió a nombre de esta.
1 comentario:
buenos dias, me intereso siempre la historia de paraguay y me gustaria preguntarles si el señor adbo benitez estuvo viviendo alguna vez en argentina y donde si fuera asi, soy gloria de argentina, muchas gracias
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