Esta puede ser una de las noches más largas de los inmigrantes en Europa. Esta mañana, antes del mediodía, el mallete de la Unión Europea golpeó tres veces la mesa: decidido, los inmigrantes ilegales están condenados a marcharse, por las buenas o por las malas, a sus países de origen. Todo es cuestión de tiempo; más tarde o más temprano deberán volver, les guste o no les guste.
Entre los 4.500.000 inmigrantes en España la decisión de la UE genera situaciones crispantes en las miles y miles de habitaciones ocupadas por racimos de inmigrantes ilegales. Esta noche en nada se asemeja a la del 18 de junio de 2007 cuando, tras el duro trabajo diario, podían darse un sueño tranquilo y reparador. Esta noche muchos miles no dormirán tranquilos y mañana no podrán producir como siempre.
Entre los paraguayos en España no está la cosa mejor que entre los de las demás comunidades de inmigrantes. Algunas voces se han alzado inmediatamente después de conocerse la decisión del Parlamento Europeo buscando calmar los ánimos. Sin embargo, el asunto es claro: los indocumentados (que forman parte de una impresionante mayoría) tendrán que marcharse y esta noticia no es como para abrazarnos de felicidad y ni siquiera para tomarla con ligereza como algunos intentaron en la fecha.
¿Qué se hará con tantos inmigrantes retornando a casa?, es un tema que los gobiernos de los países afectados van a tener que poner en sus carpetas de problemas a resolverse.
A mi modo de ver, pese a la crítica situación por la que atraviesa nuestro país, puede darse una solución pronta a los inmigrantes que volverán. Una de las soluciones es el retorno al campo, decisión inteligente, como planteamos en el comentario inmediato anterior.
No nos echaremos a llorar sobre la leche derramada. La cosa está hecha. Ahora vamos a tener que remangarnos todos: el presidente de la República, los ministros, los educadores, los periodistas, los empresarios, los agricultores, los líderes sindicales, todos los políticos, cada uno de los paraguayos para resolver nuestro problema de inestabilidad económica y social. Vamos a ver si cada uno de los paraguayos, sin los corruptos en el poder, tenemos uñas de guitarreros para sacarnos de encima la pesada carga acarreada por la falta de producción.
Ya no debemos hacer las cosas a las tontas y las locas, como hicimos muchos durante los casi 20 años que llevamos de “transición” hacia la democracia. Vamos a ver si con lo que ahora le pasa a los inmigrantes paraguayos indocumentados no aprendemos de una vez por todas que el Paraguay no es sólo el compromiso del presidente electo sino de cada uno de nosotros.
Veremos si cuando ya no llegue (que será muy pronto) esa plata limpia a Paraguay con puntualidad por las empleadas domésticas, los jardineros, los recolectores de frutas, los ayudantes de albañil, los pintores, los cuidadores de ancianos, las cuidadoras de ancianas, las cuidadoras de niños, algunos periodistas de Asunción o algunas mujeres autodenominadas de “alto copete”, o algunos de esos ñeé reí,que nunca faltan, sigan diciendo tonterías de esa mayoría que viene a España a trabajar honradamente.
Así como están las cosas desde hoy, ya no serán 650 millones de euros al año la remisión desde España y eso pesará en la economía paraguaya. Ahora vamos a tener que buscar soluciones prontas y válidas para nuestro problema, lo que comienza en esta miércoles negro para los inmigrantes en Europa.
Entre los 4.500.000 inmigrantes en España la decisión de la UE genera situaciones crispantes en las miles y miles de habitaciones ocupadas por racimos de inmigrantes ilegales. Esta noche en nada se asemeja a la del 18 de junio de 2007 cuando, tras el duro trabajo diario, podían darse un sueño tranquilo y reparador. Esta noche muchos miles no dormirán tranquilos y mañana no podrán producir como siempre.
Entre los paraguayos en España no está la cosa mejor que entre los de las demás comunidades de inmigrantes. Algunas voces se han alzado inmediatamente después de conocerse la decisión del Parlamento Europeo buscando calmar los ánimos. Sin embargo, el asunto es claro: los indocumentados (que forman parte de una impresionante mayoría) tendrán que marcharse y esta noticia no es como para abrazarnos de felicidad y ni siquiera para tomarla con ligereza como algunos intentaron en la fecha.
¿Qué se hará con tantos inmigrantes retornando a casa?, es un tema que los gobiernos de los países afectados van a tener que poner en sus carpetas de problemas a resolverse.
A mi modo de ver, pese a la crítica situación por la que atraviesa nuestro país, puede darse una solución pronta a los inmigrantes que volverán. Una de las soluciones es el retorno al campo, decisión inteligente, como planteamos en el comentario inmediato anterior.
No nos echaremos a llorar sobre la leche derramada. La cosa está hecha. Ahora vamos a tener que remangarnos todos: el presidente de la República, los ministros, los educadores, los periodistas, los empresarios, los agricultores, los líderes sindicales, todos los políticos, cada uno de los paraguayos para resolver nuestro problema de inestabilidad económica y social. Vamos a ver si cada uno de los paraguayos, sin los corruptos en el poder, tenemos uñas de guitarreros para sacarnos de encima la pesada carga acarreada por la falta de producción.
Ya no debemos hacer las cosas a las tontas y las locas, como hicimos muchos durante los casi 20 años que llevamos de “transición” hacia la democracia. Vamos a ver si con lo que ahora le pasa a los inmigrantes paraguayos indocumentados no aprendemos de una vez por todas que el Paraguay no es sólo el compromiso del presidente electo sino de cada uno de nosotros.
Veremos si cuando ya no llegue (que será muy pronto) esa plata limpia a Paraguay con puntualidad por las empleadas domésticas, los jardineros, los recolectores de frutas, los ayudantes de albañil, los pintores, los cuidadores de ancianos, las cuidadoras de ancianas, las cuidadoras de niños, algunos periodistas de Asunción o algunas mujeres autodenominadas de “alto copete”, o algunos de esos ñeé reí,que nunca faltan, sigan diciendo tonterías de esa mayoría que viene a España a trabajar honradamente.
Así como están las cosas desde hoy, ya no serán 650 millones de euros al año la remisión desde España y eso pesará en la economía paraguaya. Ahora vamos a tener que buscar soluciones prontas y válidas para nuestro problema, lo que comienza en esta miércoles negro para los inmigrantes en Europa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario