Ahora son las 17.14 minutos en España, de este día domingo 20 de abril de 2008, un día con lluvia, viento y frio, especial como para destetar hijos mal paridos. Miles de paraguayos en este país estamos prendidos a Internet para escuchar, ver y leer la marcha de las elecciones en Paraguay. Entre todos nos comunicamos, incluso, con algunos compatriotas residentes en Francia; la mayoría pega nerviosas llamadas telefónicas a Paraguay, ya sea para preguntar o para orientar votos de la parentela hacia el candidato que le parece mejor.
De todas manera todo esto ya se sabe. No podía ser de otro modo.
Lo que no sabe es mi temor a la manipulación que pudieran hacer los colorados con mi voto. Leí en el registro de votantes del Tribunal Electoral que yo, Efraín Martínez Cuevas, con CI 426.348, estoy inscripto para depositar mis papeletas en la mesa 16, orden 172, en el local de la escuela Nº 859, “Héroes de la Patria”, en Luque.
Quiero decirles a todos: a los del Tribunal Electoral, a los observadores extranjeros, especialmente a los de la Organización de los Estados americanos (OEA); a los partidos de la oposición, al Partido Colorado, a mis colegas, a mis hijos, a mis parientes y amigos, a las iglesias Católica, Protestante, Anglicana y Mormona del Paraguay; a la “barra brava” de mi club Olimpia; a mis acreedores (que no son pocos), a la banca, la industria y el comercio; a las gloriosas fuerzas armadas de la nación, a los paraguayos residentes en Argentina, España, Estados Unidos y en el resto del mundo, a Nicanor Duarte Frutos y a Blanca Ovelar, a tirios y troyanos, vivos y muertos (capaces estos de votar en este mágico día electoral en Paraguay) que:
Yo no deposité mi voto …
No voté (si votaba tengan por seguro que iba a ser contra los delincuentes colorados en el poder) porque sencillamente vivo en Madrid, España.
Hago esta aclaración para lo que hubiera lugar; léase casos de manipulación de mi voto por parte de los colorados sinvergüenzas. Ya que hasta a los muertos hacen votar, por qué a mi no me harían lo mismo.
Si en la mesa 172 aparece alguien que se hace pasar por mi, no soy yo; porque yo estoy en España, no sé si me explico …
De todas manera todo esto ya se sabe. No podía ser de otro modo.
Lo que no sabe es mi temor a la manipulación que pudieran hacer los colorados con mi voto. Leí en el registro de votantes del Tribunal Electoral que yo, Efraín Martínez Cuevas, con CI 426.348, estoy inscripto para depositar mis papeletas en la mesa 16, orden 172, en el local de la escuela Nº 859, “Héroes de la Patria”, en Luque.
Quiero decirles a todos: a los del Tribunal Electoral, a los observadores extranjeros, especialmente a los de la Organización de los Estados americanos (OEA); a los partidos de la oposición, al Partido Colorado, a mis colegas, a mis hijos, a mis parientes y amigos, a las iglesias Católica, Protestante, Anglicana y Mormona del Paraguay; a la “barra brava” de mi club Olimpia; a mis acreedores (que no son pocos), a la banca, la industria y el comercio; a las gloriosas fuerzas armadas de la nación, a los paraguayos residentes en Argentina, España, Estados Unidos y en el resto del mundo, a Nicanor Duarte Frutos y a Blanca Ovelar, a tirios y troyanos, vivos y muertos (capaces estos de votar en este mágico día electoral en Paraguay) que:
Yo no deposité mi voto …
No voté (si votaba tengan por seguro que iba a ser contra los delincuentes colorados en el poder) porque sencillamente vivo en Madrid, España.
Hago esta aclaración para lo que hubiera lugar; léase casos de manipulación de mi voto por parte de los colorados sinvergüenzas. Ya que hasta a los muertos hacen votar, por qué a mi no me harían lo mismo.
Si en la mesa 172 aparece alguien que se hace pasar por mi, no soy yo; porque yo estoy en España, no sé si me explico …
1 comentario:
YO VOTE Y VOTE POR FADUL PORQUE ME PARE QUE ES EL MEJOR, PERO ESO NO TIEE IMPORTANCIA LO IMPORTAANTE ES QU POR FIEL EL PUEBLO PARAGUAYO " CASTIGA" CASTIGA CON VOTOS LA MEJOR ARMA QUE TENEMOS NOSOTROS LA SOCIEDAD Y HOY 2O DE ABRIL DEJAMOS DE SER HABITANTES DEL PARAGUAY Y NOS RECIBIMOS DE CIUDADANOS, A PESAR DE TODO ESTOY FELIZ
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