Es menuda y con la simpatía a flor de piel. Está desde el verano pasado colaborando en la referida asociación de inmigrantes paraguayos, cuya oficia está en El Carmen, Madrid. “Me gusta atender a la gente, es mi profesión, soy licenciada en Relaciones Humanas y Públicas”, nos dice en un paréntesis de atención a sus compatriotas y que no cesan de llegar a dicha oficina.
Cuenta que ella también quedó desempleada en Asunción, ciudad donde nació, por lo que había decidido hacer maletas y venir a España, como miles. “Yo he venido varias veces a Europa y me gustaba. Soñaba con venir a radicarme aquí, tan siquiera por un buen tiempo y luego volver a Paraguay”, nos cuenta.
La preguntamos cuál es el cargo que ejerce en la Asociación Guaraní. Se encoge de hombros y respondió que hace un poco de todo: “limpio la oficina, hago el mate, atiendo el teléfono, busco empleo para la gente, atiendo a los que desean empleados y empleadas, estoy atendiendo al compatriota con urgencias, hago relaciones públicas con todos. Aquí soy un todo terreno y me gusta serlo”. Sonríe al ser sorprendida por la pregunta. “Somos pocos los que atendemos a 3.200 socios”, acota.
Para ella es fácil encontrar soluciones a los socios paraguayos de esta entidad de inmigrantes porque “los paraguayos tienen una notable sensibilidad y son siempre positivos. Por más que estén sin trabajo desde hace meses, dicen que está bien. Son solidarios naturalmente, más humildes, abiertos, sencillos, comunicativos, austeros y comprensivos. Tratando con gente de otras nacionalidades encontré con que estos son más exigentes, ponen más condiciones. El paraguayo es distinto”.
A Irma llamó la atención la cordialidad existente entre el trabajador paraguayo y el jefe español. “Aquí el paraguayo aprecia y protege al jefe o la jefa; comprende que es su amigo, que le paga el salario. En Paraguay lo tenemos al jefe como al enemigo. Otro detalle que me llamó la atención es que mujeres y hombres compatriotas, de 30 años para arriba, no quieren cambiar sus empleos por cambiar. Eso habla mucho y bien de los paraguayos” (Artículo publicado el 15 de marzo de 2008 en el periódico madrileño "Euro Mundo Global", número 160, p. 26)
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